57 - Majorie 14: Unión entre razas

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—Dejame digerirlo. ¿Aquél hombre llamado Amcottes tiene en su poder armas capaces de superar al Sistema?—recapitula la capitana Rhea.

—Es correcto.

—¿Y nos estás contando que El Abismo entero es solo una fuente de combustible para una sociedad que vive sobre nosotros?

—Eso me temo.

La capitana Rhea se cruza de brazos y mantiene el silencio por un momento. Acto seguido salta de su asiento mientras señala a los demás semi humanos de la sala, ríendo con euforia.

—¡Ja!, ¡les dije que yo tenía razón!, ¡la tuve desde que el príncipe Arthur hizo contacto con nosotros!

—Mantén la calma, ¿quieres?—se queja un chico con orejas de lobo.

—Lo siento, pero es inevitable. Siempre tuve la razón, había mucho más que el océano oscuro, y todavía más que el propio Abismo—la capitana no deja de emocionarse.

Giro mi mirada hacia Jean, quien solo se encoge de hombros.

—Como sea, de no ser por la presencia de Panqueque, sería algo en lo que me costaría creer y confiar—añade otro de los presentes, una especie de centauro con un cuerno similar al de Jean.

Panqueque es el nombre con el que se dirigen a Jean. Me causa mucha gracia, pero desconozco por qué le dicen así. Quizá se vio forzada a mantener una identidad oculta por un motivo mucho más profundo del que pueda imaginar. No me cabe duda, solo a alguien tan cautelosa como ella se le pudo haber ocurrido algo así.

—Ese hombre y su gente no hizo más que causar problemas con su llegada, pero no sé si estamos en condiciones de pelear contra alguien tan avanzado—analiza un hombre toro que luce muy fuerte.

—Sé que es así, nadie lo está. Hasta hace poco fui despojada de todo lo que tenía, pero ahora solo me queda pelear. Necesito su fuerza para enfrentar a nuestro enemigo, solo así podremos ser libres—respondo.

—¿Tienes un plan?—pregunta Rhea.

—Sí, lo discutimos hace poco con mis aliados. —doy un paso para acercarme a la mesa— Planeamos dividirnos en dos bandos. El primero estará a mi mandato, nos encargaremos de destruir las instalaciones que drenan la magia de El Abismo. El segundo equipo montará un asalto directo hacia la iglesia para asesinar a Amcottes.

—Y supongo que vas a necesitar mucho más que un par de aliados para ambos objetivos. Respeto al príncipe Arthur y su memoria, de mi parte puedes contar con mi tripulación para eso—la capitana Rhea se apunta de inmediato.

—¡Muchas gracias, capitana! Estoy segura de que su ayuda nos vendrá de maravilla para la pelea—agradezco con emoción.

Quienes no parecen muy convencidos son el resto de los líderes semi humanos. Ellos continúan meditando y pensando mis palabras, como si no estuvieran dispuestos a ceder a su gente.

—No lo sé. Nosotros vivíamos muy bien antes de que ustedes pisaran nuestros territorios—comenta el hombre toro.

—Sé que la presencia de las personas de Asonas ha repercutido en su estilo de vida, pero si no nos unimos para enfrentar a nuestros enemigos, no quedará lugar para nadie de nosotros en el mundo—intento persuadirlos.

El hombre centauro se cruza de brazos y lo analiza por un momento.

—Lo que pides es difícil. Estaríamos condenando a nuestra raza a la muerte en caso de fracasar.

—Y lo estaremos todos si no peleamos por nuestras vidas—replico con desesperación apoderándose de mi voz.

Los líderes vuelven a quedarse en silencio un segundo más. Estoy por decir algo cuando Jean da un paso adelante para arrodillarse.

Que se jodan los arcoíris ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora