02 - Majorie 01: Majorie Vawdrey

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Mis primeros recuerdos... tengo la particularidad de tener mis primeros recuerdos dos veces. Los primeros fueron en el hospital, con las enfermeras pasando una toalla por todo mi cuerpo, mientras el sonido de los instrumentos del quirófano emitían pitidos y escuchaba voces diciendo «¡es una niña!».

Y mis segundos recuerdos, abriendo mis ojos en una enorme sala con paredes de piedra. Unos brazos que me sostienen en el regazo de una mujer que no es mi madre, pero que ella asegura serlo. Y luego los gritos de lo que parecen ser sirvientas.

—¡Está maldita!

—¡Oh por Dios, tiene los ojos!

—¡Majestad, lo sentimos mucho!

La mujer me abraza y siento su pecho contraerse, como si sollozara ligeramente. Quiero moverme, pero me siento débil. Mis ojos pasean por toda la escena, intentando disipar la confusión de mi cerebro.

—Quinella...

—Está bien, estoy intentando procesarlo, necesito tiempo para eso—interrumpe la mujer.

Su cabello es albino y largo, como una cascada de leche. Quien habló previamente es un hombre con apariencia de cuarenta años. Viste elegantemente y lleva una barba recortada.

Todo es tan confuso que necesito rememorar como llegué aquí. Yo estaba en el salón de clases, había llegado temprano y estaba bostezando en mi mesa, luchando por mantener los ojos abiertos cuando una fuerte sacudida seguida de un poderoso estruendo me hizo saltar de la impresión. Era como si algo hubiera chocado a fuertes velocidades con la infraestructura de la escuela. Definitivamente tenía el poder suficiente para pasar por todo ese montón de concreto sin detenerse, como si fuera una fuerza imparable, aunque sin su contraparte inamovible.

Yo estaba realmente aturdida por el impacto, así que me puse de pie a como pude y salí corriendo del aula lo más rápido que mis piernas me permitían. El escenario fue espantoso, suficientemente perturbador como para recordarlo, pero pude ver varias víctimas.

Lastimosamente para mí, un pedazo de escombro cayó cerca, aplastando mi brazo. El dolor definitivamente fue espantoso, pero la pesadilla apenas comenzaba. Intenté liberarme del gran trozo de suelo que destrozó mi mano, pero mi fuerza no fue suficiente para moverlo. Los demás estudiantes estaban demasiado ocupados corriendo y salvando sus vidas como para preocuparse por hacer lo mismo conmigo.

Finalmente, pude ver como un fuego que probablemente se inició en la cafetería de la escuela empezó a expandirse poco a poco. Las tuberías de gas no hicieron más que acelerar el proceso de lo inevitable. Me resigné a morir, así que solo cerré mis ojos y susurré para mis adentros una despedida para mi familia y amigos hasta el último segundo en que las llamas me consumieron.

Sin embargo, algo ocurrió. Había muerto, pero mi conciencia se mantuvo en este universo. Recuerdo que abrí los ojos y me encontraba frente a un niño de cabello dorado que emanaba un aura de paz. Él se presentó ante mí y más personas como un Dios. Ese momento fue algo borroso, pero en mi memoria permanece el instante en el que yo elegí reencarnar. Él dijo que me reubicaría en otro mundo, distinto al mío. Yo quise decir que quería quedarme, pero no tuve alternativa ni voz para decidir. Simplemente fui arrojada hacia un vacío donde una voz me dio la bienvenida a un lugar llamado SW000. También se me dio a elegir una "habilidad inicial", lo sea que quiera decir eso. Yo estaba bastante asustada y confundida, así que solo pude atinar a elegir algo llamado "Domino".

Después, todo fue oscuridad. No sentí mi cuerpo y mi mente nublada me tuvo en un trance por mucho tiempo. Finalmente, pude sentir como era expulsada hacia algún lado que desconocía. Eso es todo. Estos son mis segundos recuerdos.

Que se jodan los arcoíris ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora