26 - Capítulo 14: Que se jodan las princesas

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Creo que hablo muy en serio cuando digo que este abismo es hostil a la vida. ¿No pueden tener un maldito día de paz y tranquilidad sin que alguna mierda salida de las profundidades intente matar todo a su paso? Puede ser un dragón de escamas blancas; un unicornio oscuro con el alma de una humana dentro; o en este caso, una enfermedad mortal altamente contagiosa.

Poco después de que el señor héroe acabara con el dragón sin darme ni un mísero crédito, apareció una epidemia de peste que se extendió por todo el mundo. Al principio no le di importancia, pero la gente de este mundo tiene un conocimiento nulo sobre las enfermedades. No los culpo, estamos sucumbiendo por ignorancia académica y no por estupidez como en mi mundo natal.

Este mundo tiene mucha suerte de tenerme, porque como soy muy inteligente, inventé un dispositivo sencillo de producir y totalmente eficaz para disminuir los contagios. Y lo llamé, cubre bocas 2.0, agradézcanme, humanos.

Bueno, tal vez lo copié de los que había en m antiguo hogar, pero es mejor improvisar uno con tela a andar con las vías respiratorias expuestas. Y como sigo siendo muy inteligente, aplico el aislamiento social, así es. Y que nadie se atreva a sugerir que en realidad lo hago para evitar relacionarme con las personas.

Volviendo al tema central, muchos pueblos y ciudades están cayendo como moscas ante la infección. La gente está culpando a la princesa del reino y al dragón de escamas blancas que apareció en Badaron. ¿Podrían mejor quedarse en sus malditas casas y dejar de desinformar a la gente?

Creí que las teorías conspirativas estúpidas como las vacunas que inyectan microchips era basura que solo existían en mi anterior mundo, pero este no se queda muy atrás; no paran de pedir que asesinen a la princesa para que la enfermedad desaparezca porque creen que ella está intentando matarnos a todos.

Ah sí, y es la iglesia quien está arrojando más leña al fuego. En serio, están comenzando a fastidiarme, no solo porque tengo que esconderme cada que los monjes están cerca, sino porque no hacen más que empeorar la situación de este mundo.

Ay, ya me aburrí, voy a resumirlo en que la princesa se escapó y está prófuga de la justicia ahora mismo. La gente está aterrada y estoy casi segura de que van a lincharla a la menor oportunidad que tengan si la ven. Pero como yo soy muy inteligente y muy fuerte, a mí no me da miedo. Es más, la reto a un combate uno contra uno a puño limpio, de dos a tres caídas sin límite de tiempo; y tú eres testigo, unicornio que acaba de aparecer para mirarme.

Observo al ejemplar que se acercó a la granja sin ninguna intención particular. Me mira como si lo conociera de toda la vida. Hey, tranquilo, amigo, yo soy humana ahora y tú sigues siendo un unicornio. Mis ojos viajan hacia una placa en su oreja que dice "Princesita de algodón". ¡Nooooooooooooooooooo! Tú no pudiste salvarte de ese funesto destino... me compadezco de ti.

Tengo una fuerte empatía por los unicornios, después de todo no dejo de ser uno yo también. Pero bendigo mi suerte de no haber acabado tal como lo predije cuando aquellos traficantes de unicornios intentaron secuestrarme. Llevo mi mano hacia su cabeza para acariciarlo. Por alguna razón, siento una pequeña conexión con él, como si nos conociéramos de algún lado.

Déjame adivinar, quien te puso ese horrible nombre fue una niña rica, ¿verdad? Tráemela ahora mismo para arreglar esto a puño limpio, le daré la paliza de su vida...

—Hola, disculpa las molestias. Estoy buscando la entrada a los Jardines Huecos, ¿sabes dónde se encuentra?—pregunta una voz.

¡Uaaaaaaaah! ¡Era broma! ¡Por favor, no me bautices con otro nombre ridículo! Quien ha hablado no es más que una chica de cabello blanco y piel pálida. Esa tonalidad es común en El Abismo, después de todo no existe el sol; pero en serio, la piel de esta persona es más pálida de lo normal. Además, sus ojos son amarillentos y extraños... ugh... ahora no sé quién de las dos tiene los ojos más asquerosos.

Que se jodan los arcoíris ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora