15 - Majorie 04: Mal disparo

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—Mañana será un día especial—el profesor Lamanas se pasea por el salón de clases—el día de mañana tendremos una clase práctica especial para observar la naturaleza de El Abismo de forma directa y concisa.

Mi atención, que se había visto mermada por mi condición social, vuelve a reactivarse y mis ojos brillan ante la idea de una excursión grupal hacia algunas zonas aledañas. Es una nueva oportunidad para poder hacer amigos y quitarles esa imagen desagradable sobre mi maldición.

—El objetivo de esta expedición es que puedan estudiar de manera presencial el bosque Melipar, que colinda con la academia. Además, se espera que puedan descansar, relajarse y obtener ideas para la fiesta de la oscuridad y la fiesta de la cosecha que vendrá próximamente—continúa el profesor.

Sí, sin duda es una buena oportunidad. Pongo atención a los detalles acerca de la actividad. Al parecer, tendremos que hacer equipos para la expedición, montar un campamento y realizar un reporte sobre el bosque y su flora y fauna. Por desgracia, es una actividad para mi grado, así que solo participará mi salón y otros grupos que tengan el mismo nivel, por lo que puedo irme despidiendo de tener a Ameba cerca.

También está el tema de Kendra, o Bridget, como se llama en este mundo. La situación no se me ha podido salir de la cabeza en un largo tiempo. Pensar que alguien más reencarnaría junto conmigo en este mundo es algo tan loco y extraño que me cuesta creer en las posibilidades. Existe la posibilidad de que más compañeros hayan reencarnado también, pero no tengo forma de comprobarlo a menos que me ponga a analizar a cada persona que vea, lo cual sería a su vez grosero de mi parte. Y además, ¿en qué me beneficiaría que hubiera más personas de mi mundo original? Probablemente solo quiera no sentirme excluida, sentir que hay algo de mi antiguo hogar que aún me acompaña en este lugar.

Como sea, lo mejor que puedo hacer en este momento es concentrarme en las posibilidades futuras que vienen.

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—Ugh, este lugar es asqueroso y desagradable—bufa Celine, una de mis compañeras de equipo.

—Lo que pasa es que eres una niña de casa, ¿te has dado cuenta siquiera que todo este mundo es asqueroso y desagradable?—ladra Bridget mientras camina con ligereza.

—Oigan, oigan, ¿podemos tranquilizarnos? Vamos a pasar los próximos días juntos, podríamos hacer un intento por llevarnos bien—interviene Nodieu para calmar las aguas.

—¿Tranquilizarnos? Esta perra me dijo "niña de casa" como si ella no viviera rodeada de lujos en su iglesia—Celine enciende aún más su mal humor.

—Bueno, si lo pensamos bien, Bridget ha estado en la academia un largo tiempo, viviendo como una igual entre nosotros—salto a su defensa.

—Cierra la boca, lagartija—insulta Celine.

Sus palabras me hieren en profundidad. Observo a Bridget, quien solo cierra los ojos y desaprueba con la cabeza. Nodieu ni siquiera sabe que decir al respecto. Parece que me tengo que tragar otra falta de respeto desagradable... No, no pienso callarme esta vez.

—Lo siento, pero no soy una lagartija como aseguras, discúlpate—respondo, deteniendo mi marcha.

Celine parece erizarse ante la respuesta inesperada.

—¿Disculparme? ¿Por qué debería hacerlo? Igual te vas a morir pronto—me mira retadora y continúa su camino.

¡Ugh! ¡Me hierve la sangre por primera vez en mi existencia! No, necesito tranquilizarme, soy una princesa y este no es un comportamiento adecuado. Respiro poco a poco para calmar mi ira y pronto recupero la compostura. Se supone que debería estar haciendo amigos.

Que se jodan los arcoíris ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora