42 - Capítulo 24: Que se jodan los administradores

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«Y aquí está, la buen Nano».

«Ya veo, es un frisón muy asombroso, por lo que puedo observar».

«Lo es. Por desgracia tiene muchos problemas con sus articulaciones, así que ya no me sirve mucho para los trabajos más pesados en la granja».

«Debe haber sido una buena compañera de campo. Es justo que disfrute una vida tranquila ahora».

«Estoy de acuerdo. No me atrevo a dejarla en manos de alguien más, prefiero que disfrute de las visitas en este lugar. Ya se ha acostumbrado».

«¿Le gusta la compañía de las personas?».

«Sí. De hecho en un par de días vendrán algunos estudiantes de excursión, una especie de investigación de campo o algo así».

«Bueno, pues entonces no hay tiempo que perder. Cambiemos sus herraduras y dejémosla lista para las visitas...».

•┈••✦ ۵ ✦••┈•

Doy una hiperventilada antes de levantarme bañada en sudor. Arthur se encuentra a mi lado, parándose de inmediato para atenderme.

—Calma, tranquila, no te alteres. Todo está bien—coloca su manos en mis hombros para acostarme de nuevo.

̶S̶í̶,̶ ̶c̶a̶b̶r̶ó̶n̶,̶ ̶c̶o̶m̶o̶ ̶t̶ú̶ ̶n̶o̶ ̶a̶c̶a̶b̶a̶s̶ ̶d̶e̶ ̶t̶a̶l̶a̶d̶r̶a̶r̶t̶e̶ ̶l̶a̶ ̶m̶e̶n̶t̶e̶ ̶c̶o̶n̶ ̶A̶b̶s̶o̶r̶c̶i̶ó̶n̶ ̶y̶ ̶l̶u̶e̶g̶o̶ ̶d̶e̶s̶p̶i̶e̶r̶t̶a̶s̶ ̶e̶n̶ ̶u̶n̶a̶ ̶c̶a̶l̶i̶e̶n̶t̶e̶ ̶c̶a̶m̶a̶ ̶d̶e̶ ̶p̶i̶e̶d̶r̶a̶ ̶q̶u̶e̶ ̶t̶e̶ ̶h̶a̶c̶e̶ ̶d̶o̶l̶e̶r̶ ̶l̶o̶s̶ ̶h̶u̶e̶s̶o̶s̶.̶

Mis ojos se acostumbran poco a poco a la visibilidad de la habitación. Luce como un baño de temazcal, pero sin la funcionalidad del baño, obviamente. Estoy acostada en lo que perfectamente podría pasar como una maldita plancha para cocinar hamburguesas... ñam, ñam, tengo hambre.

—Por Asonas, me alegra que estés bien. Tuve miedo de que no despertaras—suspira Arthur, dejándose caer en el suelo.

Me incorporo en mi lugar y me doy cuenta que estoy en ropa interior. ¡Aaaaaaaah! ¡Pervertido hijo de perra! ̶¡̶Y̶ ̶u̶s̶t̶e̶d̶e̶s̶ ̶n̶i̶ ̶s̶i̶q̶u̶i̶e̶r̶a̶ ̶p̶i̶e̶n̶s̶e̶n̶ ̶e̶n̶ ̶u̶s̶a̶r̶ ̶s̶u̶ ̶i̶m̶a̶g̶i̶n̶a̶c̶i̶ó̶n̶,̶ ̶i̶m̶b̶é̶c̶i̶l̶e̶s̶!̶

Arthur nota mi reacción avergonzada y se disculpa, dándose la vuelta de inmediato.

—¡L-lo siento! Rhea fue quien sugirió mantenerte fresca, como nadie está acostumbrado a estas temperaturas. Por favor, acepta mis disculpas—no deja de hacer reverencias.

Ugh, ya deja de hacer el ridículo, majestad. A decir verdad, agradezco no haberme cocinado en mi túnica oscura.

—¿Ya te sientes mejor? ¿Qué fue lo que hiciste?—pregunta sin mirar atrás.

—¿Qué pasar con vampiro?—contraataco yo.

Sí, sí, es grosero responder una pregunta con otra, pero creo que soy yo quien merece más explicaciones. Solo me acuerdo de un montón de habilidades y niveles que subí, junto con las credenciales de seguridad actualizadas.

—¿Ruxel? Lo ejecutamos. Cuando caíste desmayada, él estaba demasiado débil para luchar más. Intentamos sacarle información, pero no paraba de alabar una tal republica de Fridried sin responder a ninguna pregunta. Los líderes tribales no esperaron más y lo ejecutaron lanzándolo a la lava—explica Arthur de forma calmada.

—¿Cómo está equipo?

—Ellos están bien, recuperándose. Sybil fue de gran ayuda con su magia curativa. Por fortuna y desgracia, desconocemos donde se encuentra Amcottes.

Que se jodan los arcoíris ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora