Cap 101

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Narra Camila

¡maldita sea Camila! Lo, empezó a bromear conmigo y le hice una escena de celos, tengo que arreglar esto, pronto. Discretamente desabrocho mi bata, finjo que estoy leyendo, me levanto y se abre la bata, sus ojos recorren mi cuerpo y en automático mis pezones endurecen.

-podrías disimular tu mirada- digo burlándome de ella.

-yo ammh lo lamento- dice agachando su cara que se ve toda rojita. Vaya si es hermosa, pienso.

-tranquila, si desabroché la bata fue para que tuvieras una vista mejor, es todo tuyo- decidí ser más directa, se había abierto una brecha de esperanza y la aprovecharía al máximo.

-ah mmm Camila, creo que no deberíamos intentarlo mientras sigamos aquí, ya sabes después de lo que pasó hoy- dice Lauren mientras voy acercandome a ella.

Subo a la cama y Lauren está totalmente nerviosa, no mentiré, yo me sentía igual. Solo tengo esta oportunidad para crear una mejor.

-Lo, tocame- pedí y sus manos manos fueron a mis pechos, llevó una hacía atrás y desabrochó mi sosten, carajo, esta sensación nuevamente, me recosté un poco sobre ella, mis piernas abiertas le daban total acceso.

-quitate la ropa- ordené.

-se pide por favor- dijo ella riendo. 

-no amor, te estoy diciendo que te la quites porque te quiero entre mis piernas, primero tu cara, después tu cuerpo, quiero que sentirte dentro de mi, asi que obedece y quitate la ropa- esas palabras bastaron para que su mirada se oscureciera, se veía el deseo, excitación. Me levanté y ella igual.

Quitó toda su pantalón y su blusa, mientras yo me recostaba.Ella me miraba con amor, con deseo, era increíble ver que aún me amaba, allí estaban sus ojos rindiéndose. Era mi oportunidad…

-ya cogeme Lauren, lo necesito- ordené.

Inmediatamente subió a la cama, se acomodó de rodillas y siguió viéndome.

-eres perfecta Camila- dijo y miró mis piernas.

Comenzó a besar mi cuerpo, poco a poco iba subiendo, sus manos me acariciaban de igual manera, yo moría de ganas de sentirla, de que ya tocara directamente mi vagina, la quería allí.

-ya por favor Lauren- yo pedía, y parecía que ella disfrutaba.

-mejor tu arriba- me dijo con una sonrisa.

-ok, acuéstate mi amor- sonreí igual, ella quería que yo aguantara mas sin sentirla en mi.

-si te digo que te quiero sentir, lo quiero ya Lauren, acuéstate- le dije y baje sus boxers.

-wow serás la activa eh- comentó un tanto sorprendida.

-no mi amor, pero como no obedeces, seré la pasiva dominante- dije al quitarme mis bragas.

Subí a la cama y me acomodé encima de ella con las piernas abiertas, seguía de rodillas, aún no me sentaba, pase mi mano entre mis piernas, y llegue a su centro, acaricié por encima.

Ella gimió, metí un dedo entre sus labios y toqué su clítoris, gimió aún más fuerte.

Saqué mi mano y abrí mis labios, mientras iba bajando, quería sentarme en ella y estuviera tal cual en mi.

-cuando te diga que te quiero sentir, quiero que me recuerdes abriendome para ti, quiero que entiendas que si te lo digo es porque ya estoy mojada y lista para ti- seguía hablandole, pero sin sentarme.

-si tengo que volver a pedirlo 2 veces, mejor optaré por hacerlo yo misma- amenacé con mi voz claramente sexosa. Entonces toqué mi clítoris yo misma y gemí.

-ves, puedo hacerlo yo misma amor, pero te prefiero a ti, que tú sientas lo mojada y caliente que me pones, ¿entiendes?- cuando pregunté eso último me senté, en su cadera.

Dejé que se empujara contra mí, mientras soltamos un gemido al unísono y me tomaba de mi cadera.

La sentía dentro y era fantástico. Me incliné hacía enfrente puse mis manos en la cabecera de mi cama, comencé a moverme, miraba hacia arriba, Lauren me tenía sujeta de las caderas, ambas empujabamos.

Se sentía delicioso, entre gemidos, cada vez íbamos más rápido, yo podía sentir mi clítoris frotándose contra ella, 

Entre gemidos, respiraciones agitadas, llegamos al clímax, me quedé encima de ella, me sentía tan bien en ese lugar, era fantástico.

-¿crees aguantar otro?- le pregunté.

-sabes que no soy de una sola vez eh- aseguró ella sonriendo, tenía una sonrisa increíble.

Descansamos un poco, realmente me agotaba nuestras sesiones, sin embargo, quería volverlo a hacer, tenerla entre mis piernas, de solo pensarlo volvía contraerse mi centro.

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