XVI

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Tercera persona

Alexis y Ferrán se encontraron en el despacho de Ferrán, un espacio rodeado de estanterías de caoba repletas de documentos y recuerdos familiares. El ambiente estaba cargado de una tensión palpable. Alexis, con una expresión de frustración y agitación, se acomodó en una de las sillas frente al escritorio de Ferrán. Ferrán, con su actitud metódica y calculadora, se apoyó en su silla, cruzando los brazos.

—Laia está demasiado cerca de Alexia —comenzó Alexis, su voz tensa y cargada de desconfianza—. Las he visto juntas en la sala de fisios, estoy bastante seguro de que pasaron la noche juntas.

Ferrán frunció el ceño, claramente perturbado por la noticia. Se inclinó hacia adelante, sus ojos escrutando a Alexis con un brillo inquietante.

—No puedo permitir que eso suceda —dijo Ferrán con firmeza—. No solo está en juego nuestro control sobre ella, sino también nuestro plan.

Alexis asintió, sabiendo que la situación debía manejarse con precisión. Se ajustó en la silla, sintiendo el peso de las expectativas de Ferrán.

—Pero… —Alexis vaciló—. Las cosas no han salido exactamente como esperábamos. No he logrado hacer que Laia se quede completamente a mi lado. El tema con Alexia la está distanciando más.

Ferrán frunció el ceño, su frustración apenas contenida. Sabía que el éxito del plan dependía en gran medida de que Alexis cumpliera con su parte del acuerdo. Se inclinó más cerca, su voz baja pero intensa.

—¿Y qué pasa con nuestro acuerdo? —preguntó Ferrán, su tono cargado de desdén—. ¿Has hecho todo lo que se discutió?

Alexis tragó con dificultad. Recordaba vívidamente la conversación que habían tenido tiempo atrás, una conversación en la que Ferrán le había dictado un plan oscuro y preciso. El acuerdo era claro: Alexis debía intentar dejar embarazada a Laia sin su consentimiento explícito para asegurar su sometimiento definitivo. La idea era utilizar el embarazo como una herramienta para atar a Laia a él de manera inquebrantable.

—He intentado —dijo Alexis, su voz tensa—. Pero la situación con Laia es más complicada de lo que anticipé. No ha sido tan fácil como pensábamos.

Ferrán se enderezó, claramente descontento. Sus ojos, duros y penetrantes, no dejaban espacio para excusas.

—Eso no es suficiente —declaró Ferrán—. Necesitamos que Laia esté completamente bajo tu control. No podemos permitir que Alexia interfiera. El embarazo debe ser un hecho consumado para garantizar que Laia se quede contigo y no pueda escapar de nuestro plan, la sin vosotros dos juntos todos los acuerdos con la empresa de tu familia podrían irse a la mierda y nadie quiere eso.

Alexis sintió un escalofrío al recordar los detalles de lo que se esperaba de él. La presión que sentía era abrumadora. La necesidad de cumplir con el acuerdo se volvía cada vez más urgente, y el miedo de que el plan se derrumbara estaba siempre presente.

—Voy a redoblar mis esfuerzos —dijo Alexis, tratando de sonar más convencido—. Haré lo que sea necesario para asegurarme de que el embarazo se lleve a cabo y que Laia permanezca bajo control.

Ferrán asintió lentamente, su rostro aún tenso. El éxito del plan no solo dependía de la habilidad de Alexis para mantener a Laia bajo control, sino también de la capacidad de ambos para manejar las complicaciones que surgieran. Ferrán sabía que la clave estaba en la implementación precisa del plan y en la capacidad de Alexis para manejar las variables imprevistas.

—Asegúrate de que no haya más desviaciones —ordenó Ferrán—. Laia debe estar completamente sometida, y Alexia debe mantenerse al margen. Si no cumples con esto, enfrentaremos consecuencias graves.

𝐁𝐀𝐂𝐊 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora