𝐁𝐀𝐂𝐊 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬

VII

La presencia de Laia, ese encuentro inesperado, me había golpeado con una fuerza que no estaba preparada para manejar. Cuando me despedí de mi madre y de Sandra, las cuáles también estaban afectadas caminé por el pasillo del hotel, intentando mantener la compostura, pero sentía que el mundo a mi alrededor se había vuelto borroso y desdibujado. Cada paso que daba era una lucha contra las lágrimas y la frustración.

Cuando llegué a la sala de descanso, la encontré en silencio, iluminada solo por una luz tenue. Vi a Jenni sentada en un rincón, su expresión tranquila pero distante, como si estuviera inmersa en sus propios pensamientos. Me sentí aliviada al verla, pero al mismo tiempo, el nudo en mi estómago se hizo aún más apretado. Necesitaba hablar con alguien, desahogar lo que sentía, y Jenni era mi amiga más cercana y confidente en el equipo.

Me acerqué a ella, intentando respirar profundamente para calmarme, pero el dolor seguía palpitando en mi pecho. Estaba segura de que mi rostro reflejaba el torbellino emocional que llevaba dentro.

-Jenni-dije con una voz que trataba de sonar firme, pero que traicionó mi angustia-. Necesito hablar contigo. Ahora.

Jenni levantó la vista lentamente, su mirada encontrando la mía con una mezcla de sorpresa y preocupación. Noté que sus ojos se estrecharon ligeramente, como si estuviera tratando de leer lo que me ocurría.

-Claro-respondió, levantándose y dirigiéndose hacia una esquina más apartada de la sala. Su tono era calmado, pero había una tensión subyacente en su voz que no pude ignorar.

Me senté junto a ella, intentando ordenar mis pensamientos mientras sentía que las lágrimas amenazaban con escapar. No sabía por dónde empezar, pero la necesidad de expresar lo que sentía era abrumadora. Mi voz se quebró cuando finalmente hablé.

-¿Por qué no me has dicho que Laia estaba aquí?-pregunté, intentando mantener el control pero sintiendo que la rabia y la tristeza se apoderaban de mí.

Jenni me miró con una expresión que mezclaba sorpresa y culpa. Parecía que no se esperaba que esta pregunta fuera la que brotara de mi dolor. Se pasó una mano por el cabello, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

-Alexia, yo…-comenzó, pero no parecía estar segura de cómo continuar.- Sabía que te iba a afectar. No quería que te sintieras mal antes del partido, y pensé que si no lo sabías, podrías concentrarte mejor en el.

Sus palabras me hicieron sentir aún más frustrada. Mi pecho se apretó con una mezcla de rabia y tristeza. No era solo el hecho de que Laia estuviera allí, sino la sensación de traición por no haberme dado la oportunidad de prepararme mentalmente para ese encuentro.

-¿De verdad creíste que no iba a notar su presencia?-dije, mi voz temblando con la intensidad de mi emoción-¿Cómo has podido pensar que esconderme la verdad iba a ayudarme?

Jenni bajó la mirada, claramente afectada por mi reproche. Parecía luchar con sus propios sentimientos, y eso solo hizo que mi frustración aumentara. Me sentí como si estuviera atrapada en un torbellino de emociones que no podía controlar.

-No quería que te sintieras así-dijo finalmente, su voz apenas un susurro-Ahora la has visto y mira cómo estás.

Me sacudió un estremecimiento al escuchar sus palabras. Sabía que Jenni había intentado protegerme, pero el hecho de que no hubiera considerado cómo me afectaría emocionalmente ahora que ya la había visto, me hacía sentir aún más desamparada.

-Lo entiendo, pero eso no cambia lo que siento ahora-dije con voz quebrada-Ver a Laia allí, justo después de haber tenido ese partido, me hizo sentir como si todo lo que había logrado no significara nada. Sentí que el esfuerzo no valía la pena y que había sido engañada por mi propia confianza.