Alexis
Me encontré de nuevo frente a los papeles del divorcio, la furia y la sensación de traición que sentía hacia Laia palpitaban en cada rincón de la casa. La separación era un proceso doloroso y desalentador, y mi decisión de no firmar los documentos era solo el principio de una batalla más amplia. No era que todavía quisiera a Laia, al menos no en el sentido romántico. Pero había una necesidad más oscura y retorcida en mí que me impulsaba a asegurarme de que ella no saliera de esto tan fácilmente. Quería que se enfrentara a obstáculos, que sintiera el peso de su decisión.
Hablé con Jason, mi viejo amigo con conexiones legales, y él me sugirió algunas tácticas que podría usar para complicar la vida de Laia. No era un abogado, pero conocía a suficientes personas en el ámbito legal para saber cómo hacer que las cosas fueran más difíciles para ella. Lo que me propuso eran estrategias que no necesariamente se alineaban con la ética, pero en ese momento, mi objetivo era claro: hacer que el proceso fuera tan complicado y doloroso como me sentía.
Primero, Jason me habló de explorar las lagunas legales en los documentos que Laia había presentado. Al parecer, había formas de cuestionar la validez de ciertos aspectos de los papeles, alegando irregularidades menores o fallos en el proceso de firma. Aunque no había garantías de que esto funcionara, cualquier retraso en el proceso sería beneficioso para mí. La idea era presentar objeciones sobre cómo se habían manejado los documentos, no para ganar el caso, sino para crear un campo de batalla legal que cansara y estresara a Laia.
Luego, Jason sugirió que podría investigar sobre alguna posible reclamación de incumplimiento de contrato o falta de cumplimiento de acuerdos preexistentes. Aunque no tenía pruebas claras, la idea era alegar que Laia había violado algún acuerdo verbal o implícito que habíamos tenido, aunque esto en realidad no fuera cierto. Esto añadiría más fricciones al proceso de divorcio y generaría más problemas para ella.
Sentado en la cocina, mirando los papeles frente a mí, sentía una mezcla de determinación y malestar. No quería que Laia pensara que podía irse sin enfrentar ninguna consecuencia. Aunque mis sentimientos hacia ella no eran de amor, había algo profundamente perturbador en la necesidad de controlar y someter a alguien que había sido una parte tan importante de mi vida. Sentía que debía demostrar que no iba a ser simplemente un espectador pasivo en esta separación.
—Jason, voy a seguir tus consejos —le dije al teléfono, mi voz cargada de una mezcla de resignación y furia—. Quiero que investigues las posibles irregularidades en los documentos y que prepares las objeciones que mencionaste.
La conversación concluyó con la promesa de que Jason se encargaría de reunir la información necesaria para proceder. Colgué el teléfono con una sensación de satisfacción retorcida. Estaba tomando medidas, asegurándome de que Laia enfrentara dificultades a cada paso del camino. No era solo un proceso de separación para mí; era una cuestión de demostrar que no iba a dejar que ella se saliera con la suya sin consecuencias.
Pasaron varios días y comencé a recibir actualizaciones de Jason sobre los movimientos legales que habíamos tomado. Cada pequeño obstáculo que se creaba en el camino era una victoria para mí, una forma de sentir que tenía algún control sobre la situación. Mi enfoque no era necesariamente sobre ganar el caso, sino sobre crear un proceso que Laia tuviera que enfrentar con angustia y estrés.
La situación se fue complicando aún más cuando Jason encontró una pequeña irregularidad en la documentación presentada por Laia. Aunque era algo menor, era suficiente para presentar una objeción formal. Esto retrasaría el proceso y daría lugar a más disputas legales, algo que me complacía.
Cada vez que pensaba en Laia, no podía evitar sentir una satisfacción oscura al imaginar el estrés que estaba causando. Sabía que esto no resolvería el dolor que sentía, pero en mi mente, la idea de tener algún tipo de control sobre la situación me proporcionaba una forma distorsionada de consuelo.

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𝐁𝐀𝐂𝐊 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬
SonstigesDespués de 6 años saliendo una discusión tonta termina con la relación de Laia y Alexia, Laia se va dejando todo atrás y sin dar explicaciones, pero cuatro años después el destino las vuelve a conectar de nuevo, las vidas de ambas son muy distintas...