XXI

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Tercera persona

Después de la violenta confrontación en la habitación de Alexia, Alexis salió con una mezcla de frustración y desdén. La furia que había mostrado en su enfrentamiento con Alexia aún palpitaba en sus venas, y la amenaza final que había dirigido a Laia le dejó un amargo sabor en la boca. Sabía que la situación necesitaba una resolución rápida y efectiva, y decidió que era el momento de recurrir a medidas drásticas.

Alexis se dirigió hacia la oficina de Ferran con pasos decididos. La tensión en su cuerpo era evidente, y su rostro mostraba un ceño fruncido de rabia. La necesidad de tomar una decisión contundente la impulsó a buscar a Ferran, esperando encontrar en él una solución que resolviera el problema de una vez por todas.

Cuando llegó a la oficina de Ferran, golpeó la puerta con firmeza antes de entrar. Ferran, que estaba revisando algunos documentos, levantó la vista al escuchar el golpe, y al ver la expresión de Alexis, supo que la situación no era trivial.

—Alexis —saludó Ferran, su tono neutral pero con una mirada inquisitiva—. ¿Qué pasa?

—Necesito hablar contigo —dijo Alexis con voz tensa, cerrando la puerta detrás de ella con un golpe seco—. La situación con Laia y Alexia está fuera de control. No podemos permitir que esto siga así.

Ferran levantó una ceja, pero hizo un gesto para que Alexis tomara asiento frente a su escritorio. Sabía que la conversación iba a ser importante, y esperaba que Alexis tuviera una solución que pudiera resolver el problema.

—Dime, ¿qué ha pasado ahora? —preguntó Ferran, preparándose para escuchar la explicación.

Alexis tomó una respiración profunda, tratando de calmarse antes de continuar. —La situación se ha vuelto insostenible. Alexia está dispuesta a hacer cualquier cosa por proteger a Laia, y eso está afectando gravemente nuestro equilibrio. Necesitamos una solución que ponga fin a esto de una vez por todas.

Ferran la miró con interés, y se inclinó ligeramente hacia adelante. 

—¿Qué tienes en mente?-Preguntó curioso.

—Creo que es hora de recurrir a nuestra última opción —dijo Alexis con determinación—. Debemos hacer que Laia se vaya. Necesitamos una excusa que sea convincente, algo que no se pueda cuestionar.

Ferran frunció el ceño, procesando la idea. —¿Qué tipo de excusa estás pensando?

—Podemos alegar que la empresa la necesita en Estados Unidos —sugirió Alexis—. Es una razón que no puede ser fácilmente refutada y que justificaría su regreso inmediato. Dado que su trabajo está basado en la sede de allí, podríamos decir que es una urgencia y que debe volver a atender asuntos críticos.

Ferran se quedó en silencio por un momento, evaluando la propuesta. Finalmente, asintió lentamente, comprendiendo que era una solución pragmática para un problema complicado. La idea de enviar a Laia de regreso a Estados Unidos podría ser la forma más efectiva de solucionar la situación sin escalar el conflicto.

—Es una medida drástica, pero puede ser la única forma de resolver esto —dijo Ferran con un tono calculador—. Prepararé la comunicación necesaria para hacer que Laia regrese a Estados Unidos bajo la excusa de que es una necesidad urgente para la empresa.

Alexis asintió, sintiendo un alivio mezclado con una sensación de triunfo. La decisión estaba tomada, y ahora había que actuar con rapidez para implementar el plan.

—Gracias, Ferran —dijo Alexis, su tono mostrando una mezcla de gratitud y determinación.

Ferran asintió y se inclinó hacia su escritorio para comenzar a redactar los documentos necesarios. La decisión estaba en marcha, y el plan para enviar a Laia de regreso a Estados Unidos era ahora una realidad inminente.

𝐁𝐀𝐂𝐊 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora