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Laia

Obviamente, Alexia aceptó el plan de ir a la ducha, al llegar me giré para volver a quedar frente a ella y volví a besarla con cariño, sus manos bajaron hasta el botón de mi pantalón y yo hice lo mismo con el suyo, poco después nos desprendimos de nuestras camisetas teniendo que cortar el beso durante unos instantes, mientras seguíamos besándonos me tomé un tiempo acariciando su espalda antes de desabrochar su sujetador, el cual cayó con elegancia sobre el suelo del baño y el mío no tardo en estar en el mismo sitio.

La ducha se transformó en un cálido baño en la bañera, un cambio que nos brindó un espacio más amplio y relajante para disfrutar juntas. Después de llenar la bañera con agua caliente y algunas burbujas, Alexia y yo nos deslizamos en el agua, disfrutando de su suavidad y calidez.

Nos acomodamos en la bañera, y pronto, Alexia se recostó en el borde, sus piernas extendidas a lo largo del agua. Aproveché la disposición del espacio y me incliné hacia ella, buscando la comodidad y la intimidad de su abrazo. Con una sonrisa, me acomodé entre sus piernas, apoyando mi espalda en su pecho y mi cabeza descansando cerca de su cuello.

El contacto con el cuerpo de Alexia me llenaba de una sensación de paz. El agua caliente rodeaba nuestros cuerpos, y el vapor seguía envolviéndonos en una atmósfera relajante y acogedora. Alexia rodeó mi cintura con sus brazos, y su respiración suave contra mi piel era una fuente de consuelo.

Mientras me acomodaba sobre su pecho, sentí cómo el calor de su cuerpo se transmitía al mío, creando una conexión profunda que era tanto física como emocional. Alexia comenzó a acariciar suavemente mi cabello, sus dedos moviéndose con ternura y cuidado. La sensación de sus caricias era reconfortante, y el entorno íntimo de la bañera parecía acentuar la cercanía entre nosotras.

-Esto es tan perfecto-murmuré, dejando escapar un suspiro de satisfacción. Mi voz se mezclaba con el sonido del agua que se movía suavemente alrededor de nosotras.

Alexia me rodeó de nuevo con sus brazos, ajustando su posición para asegurar que estuviéramos lo más cómodas posible. Su abrazo era cálido y firme, y el latido de su corazón contra mi espalda me proporcionaba un ritmo reconfortante. 

Nos quedamos en silencio durante unos momentos, disfrutando del calor del agua y la conexión íntima que compartíamos. El ambiente en la bañera era tranquilo, y el mundo exterior parecía no existir. La suavidad de las burbujas y el calor del agua eran un contraste perfecto con la intensidad de la pasión que habíamos compartido anteriormente.

Mientras me recostaba sobre su pecho, no podía evitar sonreír al sentir cómo la tranquilidad y el afecto nos rodeaban. Las caricias de Alexia y el calor del agua creaban una sensación de armonía que me llenaba de gratitud. La intimidad de la bañera se había convertido en un refugio para nosotras, un espacio donde podíamos ser completamente honestas y vulnerables.

En la serenidad del baño, mientras el agua caliente rodeaba nuestros cuerpos y el vapor envolvía el espacio, la atmósfera comenzó a cambiar lentamente. La conexión profunda y el afecto entre Alexia y yo se transformaron en algo más intenso y cargado de emoción. La bañera se llenaba de una tensión palpable, una electricidad que no podía ser ignorada.

A medida que nos recostábamos en la bañera, nuestras miradas se encontraron con una intensidad que parecía cargar el aire. La sensación del agua caliente y el calor de los cuerpos se mezclaban, creando un ambiente en el que la cercanía se sentía cada vez más estimulante. La suavidad de las caricias de Alexia y la forma en que me abrazaba en la bañera comenzaron a despertar un deseo que estaba latente desde nuestro primer beso.

Su respiración se volvió más entrecortada, y sus manos comenzaron a explorar mi cuerpo con una delicadeza que rápidamente se tornó más apasionada. Sentí cómo sus dedos se movían con firmeza y ternura, acariciando mi piel y provocando una serie de escalofríos que se extendían por todo mi cuerpo. La conexión entre nosotras se volvía más intensa con cada toque, y la tensión sexual en la bañera se hacía cada vez más evidente.

𝐁𝐀𝐂𝐊 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora