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Laia

La mañana estaba llena de una mezcla de emoción y nerviosismo mientras me
dirigía al estadio. Hoy era un día importante para mí; iba a firmar el contrato de trabajo que me unía oficialmente al FC Barcelona, como fisioterapeuta del filial del equipo, me esperaba un nuevo capítulo en mi carrera, uno que, por alguna razón, sentía que estaba profundamente entrelazado con mi vida personal y, por supuesto, con Alexia.

El camino a las oficinas me parecía más largo de lo habitual, quizás por la anticipación que sentía. Me pasaba los minutos repasando en mi mente los detalles del contrato, las condiciones, las expectativas. No era la primera vez que firmaba un contrato, pero esta ocasión tenía un matiz especial. Trabajar en el mismo equipo que Alexia, quien había sido una parte tan importante de mi vida en los últimos meses, hacía que todo se sintiera más significativo.

Cuando finalmente llegué, el sol brillaba en lo alto, y el aparcamiento estaba lleno de coches de la marca Cupra, que pertenecían a todos los jugadores y jugadoras. Me detuve en la entrada principal y, tras mostrar mi identificación, me dirigí a la oficina de administración. La entrada al edificio estaba decorada con fotos de los jugadores y logros del equipo, y mientras me dirigía hacia el interior, no pude evitar sentirme un poco abrumada por la magnitud del lugar.

Entré en la oficina de administración, donde fui recibida por una mujer amable que me llevó a una sala de reuniones. Allí, me esperaban el presidente y el jefe de fisios, quienes me recibieron con sonrisas cordiales. Las formalidades fueron rápidas: se discutieron algunos detalles menores del contrato, se hicieron las últimas revisiones, y finalmente, me pidieron que firmara en varias copias. El bolígrafo se deslizó por el papel y, con cada firma, sentí que mi nuevo capítulo profesional comenzaba a tomar forma.

Después de firmar los documentos, me sentí aliviada y emocionada. Agradecí a todos por su tiempo y me dirigí hacia la salida, sintiendo una mezcla de satisfacción y nerviosismo. Aunque el proceso había sido breve, el hecho de que ahora formaría parte del equipo me llenaba de un entusiasmo renovado. Sabía que el trabajo sería desafiante, pero estaba lista para enfrentar las oportunidades y responsabilidades que vendrían.

Al salir del edificio, el sol brillaba intensamente y el aparcamiento estaba lleno de actividad. Me dirigí hacia la salida, dando un rápido vistazo a los alrededores, cuando de repente, vi a Alexia y a sus amigas a lo lejos. Estaban conversando animadamente cerca del coche de Alexia, y su presencia hizo que mi corazón diera un pequeño brinco. No había visto a Alexia desde la mañana, y la idea de encontrarme con ella justo en este momento me llenaba de una mezcla de alegría y nerviosismo.

Las amigas de Alexia eran un grupo de chicas simpáticas que conocía a la perfección. Aunque no éramos íntimas, siempre había sentido una conexión amistosa con ellas. Me acercé con una sonrisa, tratando de mantener la calma mientras me acercaba al grupo.

Alexia estaba de espaldas a mí, hablando con sus amigas, cuando me vio aparecer. Su rostro se iluminó de inmediato al reconocerme, y su sonrisa se ensanchó aún más. No pude evitar sonreír de vuelta, sintiendo cómo mi corazón se aceleraba con cada paso que daba hacia ellas.

Antes de que pudiera decir algo Alexia me rodeó con los brazos y me dio un cálido abrazo. El contacto de su cuerpo contra el mío me hizo sentir una oleada de afecto y tranquilidad, y el abrazo duró unos segundos más de lo que esperaba. Sus amigas se giraron, observando la escena con curiosidad y una mezcla de sorpresa.

Cuando Alexia se apartó ligeramente, sus ojos brillaban con una mezcla de orgullo y felicidad. Me miró directamente a los ojos, y antes de que pudiera reaccionar, inclinó su rostro hacia el mío y me dio un beso suave en los labios. El gesto, aunque breve, estaba cargado de emoción y ternura. Sentí cómo mis mejillas se sonrojaban mientras me apartaba, dándome cuenta de que sus amigas estaban observando la escena con una expresión de asombro y curiosidad.

Las amigas de Alexia estaban paradas a una distancia prudente, y sus miradas iban de Alexia a mí con una clara mezcla de sorpresa y expectativa. Nunca había sido mi intención causar una escena, pero el beso y el abrazo habían sido impulsivos y auténticos. Mientras me recuperaba del momento, me dirigí a las amigas de Alexia con una sonrisa tímida y un poco nerviosa.

-Anda que dices algo guapa-Le recriminó Mapi a Alexia dándole un empujón.

-Tu tampoco me dijiste nada cuando empezaste con la princess-Se quejó mi chica.

-Dos días tardé en contártelo mala amiga-Añadió la maña causando la risa de todas.

La conversación se tornó en una charla animada sobre fútbol, los nuevos entrenamientos y el ambiente en el equipo. Las amigas de Alexia estaban entusiasmadas con el tema y se notaba que conocían bastante sobre el equipo y los jugadores. A medida que conversábamos, comencé a sentirme más a gusto, me sentía de nuevo en el lugar en el que siempre tendría que haber estado.

-Entonces-Comentó Patri con una sonrisa traviesa-¿Estás mentalmente preparada para lidiar con adolescentes lesionados?, mira que solo con tener a Alexia en casa debes de estar harta.

-¡Oye!, ¿Yo que te he hecho?-Dijo Alexia ofendida.

-Me juego lo que quieras a qué te aprovechas de Laia para que te haga masajes y cosas de las suyas -Dijo Patri y Alexia negó con la cabeza.

-Tendrás el valor de negarlo exploradora-Añadí mirándola incrédula.

-Si tu novia fuese fisio también aprovecharías-Sentenció Alexia algo indignada.

-También puedo aprovechar que una de mis mejores amigas es fisio -Dijo Patri pasando un brazo por mis hombros.

-No,no, es privada para mí-Dijo Alexia retirándole el brazo con humor.

La conversación continuó fluyendo de manera natural, y pronto nos encontramos hablando sobre temas más generales, mientras el sol continuaba descendiendo, el aparcamiento comenzó a vaciarse lentamente, y el grupo se fue dispersando. Las amigas de Alexia se despidieron con sonrisas y promesas de vernos pronto. Me sentí aliviada al ver que la sorpresa inicial se había transformado en una conversación amena y que me había integrado bien en el grupo.

Una vez que las chicas se fueron, Alexia y yo nos quedamos solas en el aparcamiento. La luz del atardecer bañaba el lugar en tonos dorados, y el ambiente se sentía tranquilo y perfecto para una conversación más íntima.

-¿Que tal la reunión?-me preguntó Alexia, su voz suave y curiosa.

-Genial-respondí con sinceridad-Es emocionante saber que oficialmente formaré parte del equipo. Y estoy feliz de que tú estés aquí para compartirlo conmigo.

Alexia sonrió y se acercó, envolviéndome en otro abrazo cálido.

-Estoy muy orgullosa de ti, Laia. Sé cuánto has trabajado para llegar hasta aquí, y me alegra ver cómo todo está encajando-Dijo mientras yo la apretaba contra mi.

El abrazo fue reconfortante, y me hizo sentir aún más conectada con Alexia. La tarde estaba llena de una sensación de logro y promesas futuras, y en ese momento, todo parecía perfecto.

Nos quedamos un rato en el aparcamiento, hablando sobre nuestros planes y sueños para el futuro. Alexia me contó sobre las próximas competiciones y el trabajo que tendría que hacer, mientras yo compartía mis expectativas y ansiedades sobre mi nuevo rol. La conversación fue fluida y llena de entusiasmo, y me hizo sentir aún más emocionada por comenzar este nuevo capítulo.

Finalmente, cuando el sol se había puesto completamente y el aparcamiento estaba casi vacío, Alexia y yo decidimos que era hora de irnos. Nos dirigimos al coche, nuestras conversaciones y risas llenando el aire mientras nos alejábamos.

El día había sido un torbellino de emociones, desde la firma del contrato hasta el encuentro con Alexia y sus amigas. Aunque al principio me sentí un poco abrumada por la sorpresa del beso y el abrazo, el tiempo con Alexia y sus amigas había sido realmente especial. Me había sentido acogida y apoyada, y estaba emocionada por el futuro que nos esperaba.
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Os prometí que todo iba a ser feliz😁

Quizás hay alguna pequeña escena de tensión, pero nada más, os gustará y todo

𝐁𝐀𝐂𝐊 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔-𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐚 𝐏𝐮𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora