Antes de leer la historia, soy totalmente nuevo y si hay errores bueno soy humano. Voy a intentar hacerlo con las historias qué lei con esta temática pero a mi manera.
____ = Tu nombre (o el qué quieras)
-----------------------------------------------------------
El bullicio del festival se alzaba sobre los sonidos cotidianos de la ciudad, llenando el aire de risas, música y voces mezcladas en diferentes idiomas. En el gran parque que albergaba el evento, puestos decorados con banderas coloridas y aromas exóticos se alineaban en filas interminables, atrayendo a curiosos y entusiastas por igual. Era el día del Festival Internacional de Cultura, un evento que celebraba la diversidad y promovía el intercambio entre estudiantes de diferentes países.Izuku Midoriya caminaba lentamente entre la multitud, su mirada atenta observando cada detalle. Después de un día agotador de entrenamiento en la U.A., había decidido tomar un desvío por el parque, buscando algo de distracción. Llevaba su cuaderno de notas de héroes en la mano, pero no estaba pensando en estrategias o habilidades en ese momento. Su mente divagaba en el caos de los días recientes, los retos que enfrentaría y el peso de su propio futuro como héroe. Sin embargo, el ambiente vibrante del festival comenzó a desviar su atención. El color y la energía eran contagiosos, y pronto se encontró siguiendo la corriente de gente que lo guiaba hacia el corazón del evento.
En el centro del parque, un escenario improvisado llamaba la atención de la mayoría. Izuku observó desde la distancia cómo un grupo de jóvenes, vestidos con trajes tradicionales, se preparaba para una presentación. Banderas de colores azul y blanco ondeaban al viento, y el ritmo de tambores comenzó a llenar el aire. Algo en esa energía atrajo a Izuku; sin pensarlo demasiado, se acercó más, buscando un lugar entre la multitud para observar mejor.
El presentador anunció en un japonés claro pero con un leve acento extranjero: "¡Y ahora, desde Argentina, una representación especial de nuestro folclore nacional!" Izuku levantó la vista, su interés capturado por el acento y la emoción en la voz del orador.
Entonces, lo vio.
Un chico de cabello oscuro y rizado, con una sonrisa carismática y una postura relajada pero segura, subió al escenario. Llevaba una camisa blanca de lino y un pañuelo azul al cuello. Su mirada era intensa, pero llena de calidez mientras saludaba a la audiencia con un ademán amable. Los amigos de Izuku siempre le decían que tenía una habilidad especial para notar cosas que los demás no podían, y esta vez, esa habilidad se activó sin que él lo planeara. No podía apartar los ojos de ese chico.
El joven argentino comenzó a hablar, explicando en un japonés sorprendentemente fluido la historia detrás del baile que estaban a punto de presentar. "Se llama ‘chacarera’. Es un baile que nace de la tierra misma, de la conexión entre las personas y su historia," dijo con una voz clara que resonó incluso por encima de la música de fondo. Cada palabra estaba cargada de un fervor que hizo que Izuku sintiera un cosquilleo en el pecho.
Mientras los bailarines comenzaban su rutina, el chico argentino se movió con gracia por el escenario, liderando con un talento evidente. Sus pasos eran precisos, rítmicos, y cada movimiento parecía contar una historia. La multitud estaba absorta, pero los ojos de Izuku no podían ver más allá de él.
Cuando la música se detuvo y los bailarines hicieron una reverencia, la multitud estalló en aplausos. Izuku aplaudió también, pero su mente ya estaba en otro lugar. Sin pensarlo, comenzó a caminar hacia el escenario, impulsado por una mezcla de curiosidad e interés. No sabía exactamente por qué, pero necesitaba hablar con él. Necesitaba conocerlo.
Mientras los bailarines bajaban del escenario, el joven argentino fue abordado por varios espectadores que lo felicitaban por su actuación. Izuku se quedó unos pasos atrás, inseguro de cómo acercarse. Sin embargo, el destino parecía tener sus propios planes.
El chico se giró hacia él, como si hubiera sentido su presencia. Sus miradas se encontraron por un breve momento, y el joven argentino le sonrió. "¿Te gustó la presentación?" preguntó, su tono amigable y natural.
Izuku parpadeó, algo sorprendido por el contacto directo. "Sí, estuvo... increíble," respondió con cierta timidez, pero con sinceridad en su voz. "Nunca había visto algo así."
El chico rió suavemente, una risa que hizo eco en la mente de Izuku de una manera que no pudo entender. "Gracias, me alegra escuchar eso. Soy ___, por cierto. Estoy en la escuela cercana, la que está a unas cuadras de la U.A."
"Yo soy Izuku Midoriya," respondió automáticamente, pero luego se sintió un poco torpe por no saber qué más decir. ____, sin embargo, no parecía notar su incomodidad. De hecho, continuó hablando como si fueran viejos conocidos.
"¡Ah, así que eres de la U.A.! He oído que es una escuela increíble. ¿Qué te trae por aquí?"
Izuku, sintiendo un pequeño rayo de esperanza, sonrió más ampliamente y se sintió, por un momento, como si pudiera ser él mismo. "Bueno, estaba buscando algo de aire fresco después de entrenar... y terminé aquí."
La conversación continuó de manera fluida, algo inesperado para Izuku. A medida que hablaban, se dio cuenta de que quería saber más, mucho más. Este chico era diferente, y ese simple encuentro casual en un festival cultural estaba a punto de cambiar la vida de ambos, de formas que Izuku nunca hubiera imaginado.