Capítulo 29

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Los días se volvieron semanas, y para ___, la presencia de Izuku en su vida se volvió una constante inquietante. Las advertencias sobre Hana y las insistentes afirmaciones de estar siempre "para él" se repetían como un mantra que perforaba su mente, creando una neblina de incertidumbre. Aunque intentaba mantener una actitud neutral, la realidad era que las palabras de Izuku estaban comenzando a surtir efecto.

Un sábado por la tarde, ___ decidió hablar de nuevo con Hana. Necesitaba despejar su mente de todas las dudas que Izuku había sembrado. Se encontraron en su cafetería favorita, un lugar pequeño y acogedor donde solían pasar el rato. Hana llegó con su sonrisa habitual, pero ___ podía notar que también estaba preocupada.

“¿Entonces, qué pasa ahora?” preguntó Hana, después de pedir su café. Se inclinó hacia adelante, con los codos apoyados en la mesa. “¿Izuku te ha dicho algo más?”

___ asintió, revolviendo su bebida con la pajilla, su mirada perdida en el remolino del líquido. “Me ha mandado más mensajes, diciendo que solo quiere protegerme, que ha escuchado más rumores sobre ti... no sé qué pensar, Hana.”

Hana frunció el ceño, su expresión cambiando de preocupación a una mezcla de irritación y exasperación. “¿No es obvio? Izuku está intentando separarnos. Quiere que pienses que soy una amenaza para que te alejes de mí.”

“Lo sé, pero… No quiero pensar que Izuku haría algo así solo porque…” ___ dejó la frase inconclusa, sintiéndose atrapado en una maraña de emociones conflictivas.

Hana suspiró profundamente. “Mira, ___, no es fácil aceptar que alguien a quien aprecias podría tener motivos egoístas, pero necesitas abrir los ojos. Izuku está jugando con tus sentimientos. Necesitas distanciarte de él antes de que esto se vuelva más peligroso.”

Pero esa era la cuestión: ¿cómo distanciarse de alguien que, bajo la superficie, parecía conocer cada una de sus inseguridades? ___ asintió, sin comprometerse del todo.

Esa noche, al llegar a casa, ___ decidió que lo mejor era no responder a los mensajes de Izuku durante unos días. Necesitaba tiempo para pensar, para resolver sus propios sentimientos sin la constante presión de su "preocupación" aparente. Pero Izuku no dejó que el silencio durara mucho tiempo. A los dos días, envió un mensaje inesperado que hizo tambalear la determinación de ___.

> “Lo siento si he sido un poco insistente. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti. ¿Por qué no vienes a mi casa mañana? Podríamos relajarnos un poco. Creo que ambos necesitamos despejar nuestras mentes.”

___ leyó el mensaje varias veces, sintiendo que había algo más entre líneas. Sin embargo, se encontraba en un dilema. Ir a casa de Izuku significaría confrontar la situación directamente, pero también implicaba arriesgarse a quedar atrapado en la manipulación de Izuku aún más.

Finalmente, ___ aceptó, con la idea de que sería una oportunidad para poner todo en claro, para tener una conversación honesta y directa con Izuku.

Al día siguiente, ___ se presentó en casa de Izuku. Era un lugar modesto pero acogedor. Izuku lo recibió con su típica sonrisa cálida, pero había una intensidad en sus ojos que hizo que ___ se sintiera incómodo de inmediato.

“Me alegra que hayas venido, ___,” dijo Izuku, guiándolo hacia su sala de estar. “Quería asegurarme de que todo estuviera bien entre nosotros. Siento que no hemos estado en la misma página últimamente.”

___ se sentó en el sofá, sintiéndose tenso. “Sí, yo también lo he notado. Por eso estoy aquí, Izuku. Necesitamos hablar con claridad. Quiero entender por qué estás diciendo esas cosas sobre Hana. Ella es mi amiga y no creo que tenga malas intenciones.”

Izuku suspiró, sentándose a su lado, pero manteniendo una distancia lo suficientemente cercana como para sentirse invasiva. “Lo entiendo. Y créeme, no quiero que pienses que estoy tratando de controlar con quién te relacionas. Solo... me preocupo. ¿Qué harías si estuvieras en mi lugar? Solo quiero que estés seguro.”

“Pero tu preocupación se está volviendo sofocante,” replicó ___, su tono más firme de lo habitual. “Estás plantando semillas de duda en mi cabeza, y no es justo.”

Izuku miró a ___ con una mezcla de dolor y algo más oscuro que estaba tratando de ocultar. “No lo veo de esa manera… solo quiero que sepas que no todos son tan sinceros como parecen. Pero, ___,” se inclinó un poco más cerca, su voz bajando a un susurro, “independientemente de todo, quiero que sepas que estaré siempre de tu lado. Nadie podrá reemplazar eso.”

Al despedirse, Izuku se acercó un poco más de lo habitual, y antes de que ___ pudiera reaccionar, le dio un suave beso en la mejilla. Fue un gesto breve pero lleno de un significado subyacente que dejó a ___ congelado por un instante. La cercanía de Izuku, la calidez de su respiración en su piel, y la sensación de los labios de Izuku le dejaron una marca imborrable.

“Cuídate, ¿sí?” dijo Izuku, con una sonrisa que parecía inocente, pero que tenía un destello de triunfo en sus ojos.

___ se quedó en la puerta, aún sintiendo el calor del beso en su mejilla, y un nudo de emociones retorciéndose en su pecho. Estaba claro que Izuku no iba a retroceder. De hecho, parecía que había dado otro paso en su estrategia de manipulación.

De camino a casa, ___ no pudo dejar de pensar en el beso. No era el gesto de un amigo preocupado; era el gesto de alguien que quería marcar territorio. Sentía que Izuku había cruzado una línea invisible, pero al mismo tiempo, estaba atrapado en la duda sobre cómo reaccionar.

Esa noche, al hablar con Hana, notó un ligero cambio en su propia percepción. La paranoia sembrada por Izuku comenzaba a nublar su juicio, y no podía evitar preguntarse si tal vez… solo tal vez… había algo de verdad en las palabras de Izuku. Esa pequeña semilla de duda estaba creciendo, enredándose con sus emociones, envenenando su percepción lentamente.

Hana notó la vacilación en su voz y lo confrontó. “___, no puedes dejar que Izuku te manipule. Él está jugando contigo. Si realmente te importa nuestra amistad, necesitas distanciarte de él.”

Pero ___ sabía que eso no sería tan fácil. Izuku no era alguien que renunciara sin pelear. Su obsesión estaba lejos de desvanecerse, y cuanto más tiempo pasaba, más parecía intensificarse.

Tinte Verde Corazón Oscuro (Izuku Yandere X Malereader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora