La siguiente semana, las cosas se volvieron más incómodas para ___. Su cabeza estaba llena de pensamientos contradictorios, y el peso de la tensión lo seguía a todas partes. Desde el beso de Izuku en la mejilla, algo había cambiado en el aire; una tensión invisible que él no podía ignorar.
Los mensajes de Izuku se hicieron más frecuentes, llenos de un tono suave y cálido que rayaba en lo posesivo. Cada vez que sonaba el teléfono de ___, sentía una mezcla de anticipación y ansiedad. Izuku se estaba volviendo más insistente en querer saber dónde estaba, con quién, y cómo se sentía. Preguntas que a primera vista parecían inocentes, pero que en realidad estaban cuidadosamente diseñadas para mantener a ___ bajo su control.
Una tarde, mientras caminaba de regreso de la escuela, ___ recibió otro mensaje de Izuku:
"He estado pensando en ti. ¿Estás libre esta noche? Podríamos ver una película en mi casa. Me encantaría pasar tiempo contigo."
___ dudó por un momento, recordando las palabras de Hana. Había prometido distanciarse un poco de Izuku, pero las constantes insinuaciones de su "preocupación" le hacían sentir que, si rechazaba la invitación, estaría confirmando las sospechas de Izuku de que algo no andaba bien.
"Está bien. Nos vemos más tarde", respondió finalmente, sintiendo un nudo en el estómago.
La casa de Izuku estaba en penumbras cuando ___ llegó esa noche. Izuku abrió la puerta con una sonrisa tranquilizadora, pero sus ojos irradiaban una intensidad que puso a ___ en alerta. "Pasa, ya tengo todo listo."
La sala estaba arreglada con mantas y cojines esparcidos, creando un ambiente que parecía relajado, pero que ___ percibía como algo premeditado. En el televisor, había una película romántica pausada en la pantalla. Izuku había pensado en todo. Mientras se acomodaban en el sofá, Izuku sirvió unas bebidas y se sentó sorprendentemente cerca, sus rodillas tocando las de ___.
"Pensé que necesitábamos relajarnos un poco, solo nosotros dos. Sin distracciones", comentó Izuku, su tono desenfadado, pero con un trasfondo de algo mucho más controlado.
A medida que la película avanzaba, ___ sentía que la distancia entre ellos se acortaba cada vez más. Izuku colocó su mano suavemente sobre la de ___, acariciando sus dedos con una suavidad que parecía contradictoria a la intensidad que emanaba. ___ se tensó, sintiéndose atrapado en la situación, pero al mismo tiempo, incapaz de rechazar abiertamente el gesto.
"No tienes que preocuparte por nada cuando estás conmigo," susurró Izuku, girando la cabeza para mirarlo directamente a los ojos. "Lo sabes, ¿verdad?"
El nudo en el estómago de ___ se apretó aún más. Asintió, sin confiar en su propia voz para hablar. Pero cuando Izuku acercó su rostro al suyo, ___ sintió un impulso de alejarse. "Izuku, creo que deberíamos…"
Izuku no le dejó terminar. "Shh… solo relájate," insistió, sus labios rozando la mejilla de ___, dejando un beso que parecía demasiado intencionado. "Estoy aquí para ti."
Esa noche, cuando ___ regresó a casa, sintió que el aire era más pesado. No podía dejar de pensar en la cercanía de Izuku, en la forma en que sus palabras lo envolvían como una serpiente, apretando lentamente su control. Sabía que algo no estaba bien, pero no podía identificar exactamente qué. Solo sabía que necesitaba hablar con Hana.
Esa misma noche, llamó a Hana. Ella contestó al segundo timbre, y su tono preocupado le confirmó que había sentido lo mismo. "___, ¿qué ha pasado? Tu voz suena extraña."
“Fui a ver a Izuku,” comenzó ___, sintiendo la urgencia en su propia voz. “Me invitó a ver una película, pero… fue raro. Se está volviendo más insistente. Siento que no me deja espacio para respirar.”
“¡Te dije que te alejaras de él!” Hana replicó, con una mezcla de frustración y preocupación. “Izuku está tratando de controlarte, ___, y cuanto más tiempo pases con él, más difícil será salir de su red. Necesitas ser más firme con él.”
Pero ___ sabía que no era tan simple. Si se apartaba de Izuku, él podría reaccionar de manera impredecible. "No quiero hacer algo que lo enfurezca… pero tienes razón. Esto no puede seguir así.
Al día siguiente, ___ decidió mantener cierta distancia de Izuku. Respondía a sus mensajes con respuestas cortas y esquivas, tratando de mantener una neutralidad que no lo delatara. Sin embargo, Izuku no era tonto. Lo notó casi de inmediato y, en lugar de confrontarlo abiertamente, cambió de táctica.
Durante los días siguientes, Izuku se volvió más amable, más paciente. En lugar de forzar la cercanía, comenzó a enviar mensajes que parecían genuinos y comprensivos:
"Sé que has estado ocupado. Solo quiero que sepas que estoy aquí, cuando quieras hablar."
Este cambio en la actitud de Izuku confundió aún más a ___. ¿Era sincero? ¿Estaba dándole espacio de verdad? No podía estar seguro. Esa duda minaba su resolución, permitiendo que Izuku volviera a sembrar inseguridades en su mente.
Una tarde, mientras caminaba a casa después de las clases, ___ notó una figura familiar en el parque cercano. Era Izuku, sentado en un banco, aparentemente esperando. ___ pensó en dar media vuelta y seguir su camino, pero algo en su interior le hizo detenerse. Izuku lo había visto ya y levantó la mano, saludándolo con una sonrisa. No había escapatoria.
___ se acercó, intentando mantener una actitud relajada. “¿Qué haces aquí, Izuku?”
“Pensé en venir a saludarte,” respondió Izuku. “Y, tal vez, caminar juntos un rato, si te parece bien.”
Aunque cada fibra de su ser le decía que debía rechazar la oferta, ___ sintió la presión de la situación y, antes de darse cuenta, estaba caminando al lado de Izuku. Sus conversaciones eran ligeras al principio, hablando de la escuela y temas superficiales, pero ___ no podía dejar de sentir la mirada persistente de Izuku, evaluándolo, buscando una grieta en su fachada.
Cuando llegaron a un pequeño claro del parque, Izuku se detuvo. “___, siento que has estado distante últimamente. Si hay algo que te preocupe, me gustaría que me lo dijeras. No quiero perderte.”
La sinceridad en su voz casi sonó auténtica, pero ___ sabía mejor. "No es eso, Izuku… Es solo que siento que necesito un poco de espacio."
Izuku asintió lentamente, sus ojos se suavizaron, pero había una intensidad ardiente detrás. "Entiendo. Pero también quiero que sepas que no importa cuánto espacio necesites, estaré aquí esperándote. Nunca dejaré que te alejes de mí."
La última declaración cayó como una piedra en el estómago de ___. No era solo una promesa; era una amenaza velada. Izuku estaba reafirmando su control de una manera más sutil, pero no menos perturbadora.
Mientras se despedían, Izuku le dio otro beso rápido en la mejilla, un recordatorio inquietante de su dominio sobre la situación. “Nos vemos pronto, ___,” dijo, con una sonrisa que era más de posesión que de afecto.
___ caminó de regreso a casa sintiéndose más atrapado que nunca. Cada vez era más claro que Izuku no lo dejaría ir, no sin luchar. Hana tenía razón. Si no hacía algo pronto, su vida sería absorbida completamente por la influencia tóxica de Izuku.
El miedo y la desesperación comenzaron a crecer en su interior. Izuku no era solo un amigo preocupado; era alguien con una obsesión peligrosa. Y ahora, más que nunca, ___ sabía que tendría que tomar decisiones difíciles, antes de que todo se saliera de control.
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Tinte Verde Corazón Oscuro (Izuku Yandere X Malereader)
FanfictionLee la historia nomas