La vida diaria de ____ había empezado a tomar un giro inesperado. Aunque la presión y el constante acoso de Izuku habían sido abrumadores, encontrar algo de normalidad en medio de su agitada existencia le brindó un alivio inesperado. Esa normalidad llegó en forma de Hana, una nueva compañera de clase.
Hana era la antítesis de la intensidad con la que Izuku lo envolvía. Su risa contagiosa y su actitud despreocupada eran un bálsamo para el estrés que acumulaba. Desde su primer encuentro en el aula, ____ se sintió atraído por su personalidad vibrante. Hana tenía una forma de hablar sobre temas cotidianos de manera que parecía que cada palabra era una burbuja de aire fresco.
A medida que pasaban las semanas, ____ y Hana comenzaron a pasar más tiempo juntos. Ella era una apasionada de la literatura, algo que ____ también disfrutaba. Sus conversaciones en la biblioteca de la escuela se convirtieron en un refugio donde ____ podía relajarse y desconectar del peso de su vida cotidiana. Hana tenía una energía contagiosa, y cada momento con ella era un recordatorio de lo que se sentía ser normal.
Una tarde, después de una animada charla sobre su libro favorito, Hana y ____ se despidieron en la entrada de la escuela.
—¿Qué te parece si vamos al café nuevo de la esquina este sábado? —propuso Hana con una sonrisa—. He oído que tienen pasteles increíbles.
____ se sintió emocionado ante la idea. Era un respiro bienvenido de la rutina y una oportunidad para seguir disfrutando de la compañía de Hana.
—Me encantaría —respondió ____—. Será genial.
Sin embargo, la llegada de Izuku cambió el ambiente. Izuku, que había estado vigilando discretamente desde la distancia, apareció justo cuando Hana se estaba despidiendo de ____. Con su sonrisa característica y una actitud que mezclaba amabilidad con una sutil posesividad, Izuku se presentó ante Hana.
—Hola, ____ —dijo Izuku con una sonrisa amplia—. ¿Listo para irte a casa?
Hana, sorprendida, miró a Izuku con curiosidad.
—Hola, soy Hana —se presentó con un tono amigable—. ¿Eres amigo de ____?
Izuku extendió su mano de forma ceremoniosa, un gesto que estaba cuidadosamente calculado.
—Sí, soy Izuku. Un placer conocerte, Hana.
La conversación fue breve pero cordial. Hana notó la forma en que Izuku observaba a ____ con una intensidad que le resultaba inquietante. Aunque Izuku se esforzó por parecer encantador, había algo en su mirada que no pasó desapercibido para Hana.
Cuando ____ se despidió de Hana y se dirigió hacia Izuku, el ambiente se volvió notablemente más tenso. Izuku colocó su mano protectora en el brazo de ____, su toque era una mezcla de afecto y dominio.
—Parece que te llevas muy bien con Hana —comentó Izuku, su tono sonaba amistoso, pero había un matiz de control subyacente.
—Sí, es una persona maravillosa —respondió ____—. Me hace sentir bien.
Izuku frunció el ceño, conteniendo su deseo de mostrar un desagrado más evidente. Sabía que no podía permitir que Hana se interpusiera en su relación con ____.
—Me alegra que hayas encontrado a alguien con quien te sientas a gusto —dijo Izuku—. Pero recuerda que siempre estoy aquí para ti, ¿de acuerdo?
Al día siguiente, Izuku empezó a hacer actos aparentemente amables pero con una agenda oculta. Se presentó en la puerta de la casa de ____ con una cena casera que había preparado. La intención era clara: interrumpir la cita entre ____ y Hana.
Cuando Hana llegó al parque para encontrarse con ____ como habían planeado, se sorprendió al encontrar a Izuku esperando frente a la casa de ____. Ella se acercó con una mezcla de curiosidad y preocupación.
—Hola, ¿qué pasa? —preguntó Hana—. ¿No íbamos a salir hoy?
Izuku sonrió, pero era una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
—Hola, Hana. Parece que ____ no puede salir hoy. Estoy aquí para ayudarlo con algo. ¿Por qué no nos encontramos en otro momento?
Hana sintió un nudo en el estómago. Había algo en el tono de Izuku que le parecía inquietante. Sin embargo, aceptó la sugerencia con una sonrisa forzada, aunque sus pensamientos estaban llenos de preguntas no resueltas.
Esa noche, Izuku comenzó a tomar medidas más drásticas para asegurar que ____ se mantuviera alejado de Hana. Durante las siguientes semanas, Izuku seguía apareciendo en momentos clave, en el parque donde solían ir, en la cafetería donde se encontraban. Cada vez que Hana y ____ trataban de tener un momento juntos, Izuku se encontraba de alguna manera presente, ya sea en la forma de una llamada inesperada o una visita.
Por otro lado, ____ comenzó a notar el patrón. Aunque al principio no entendía el comportamiento de Izuku, pronto comenzó a sentir una presión creciente. A medida que su relación con Hana se volvía más significativa, el comportamiento posesivo de Izuku se hacía más evidente. Las excusas para las visitas inesperadas de Izuku y las pequeñas "atenciones" de su parte se volvieron más frecuentes.
Una tarde, después de una cena especialmente incómoda en la que Izuku había interrumpido de nuevo un plan entre ____ y Hana, ____ se encontró a solas con Hana en el parque. Hana parecía preocupada y molesta, y ____ podía ver el impacto que la situación estaba teniendo en ella.
—____, ¿qué está pasando? —preguntó Hana, su voz temblando ligeramente—. Siento que hay algo raro con Izuku. No puedo entender por qué siempre está tan presente.
____ sintió una mezcla de culpa y confusión. A pesar de su creciente conexión con Hana, no podía ignorar la realidad de la influencia que Izuku tenía sobre él.
—Lo siento, Hana. No sé cómo explicar esto, pero Izuku es... complicado. A veces siento que no puedo alejarme de él, y no entiendo por qué.
Hana asintió con una expresión de comprensión, pero sus ojos mostraban una tristeza palpable.
—Solo quiero que estés bien, ____ —dijo Hana—. Me preocupas.
El conflicto entre ____ e Izuku estaba alcanzando un punto crítico. Mientras ____ luchaba por equilibrar sus sentimientos por Hana y la influencia de Izuku, el comportamiento controlador de Izuku se volvía más evidente y perturbador. La situación estaba a punto de desbordarse, y el conflicto se estaba intensificando de formas que ____ no había previsto.