Capitulo 2

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Izuku no podía sacarse de la cabeza la conversación con ____. Cada detalle, cada gesto, cada palabra de ese encuentro rondaba por su mente como una melodía repetitiva. Aquella noche, apenas había podido dormir. Se había quedado pensando en las respuestas de ____, en cómo sus ojos se iluminaban al hablar de sus amigos, de su vida en Argentina, y de la forma en que miraba el mundo con un matiz que a Izuku le resultaba fascinante.

"Es como si viera el mundo de una forma completamente diferente...", pensaba Izuku, repasando mentalmente cada momento de la conversación. No era solo curiosidad, sino algo más profundo. Algo que lo hacía sentir más conectado, más... vivo.

Los días siguientes se sintieron extrañamente vacíos sin una nueva interacción con ____. Durante los entrenamientos, los estudios y las charlas con sus amigos de la U.A., su mente siempre regresaba a él. Decidió que necesitaba una nueva excusa para verlo de nuevo. El "proyecto" sobre la percepción de los héroes había funcionado bien la primera vez; tal vez podría expandirlo.

"¿Y si hago una encuesta más grande? Una que necesite más tiempo para completarse," pensó Izuku, justificándose. Preparó un cuestionario con más preguntas, algunas genuinamente interesantes y otras diseñadas para ser más profundas, explorando la personalidad de ____. Necesitaba saber más. Tenía que entenderlo por completo.

Cuando finalmente lo vio cerca de la escuela, esperó a que estuviera solo. Su corazón latía con fuerza, una mezcla de nerviosismo y una necesidad desesperada de ver su reacción.

"____, hola otra vez," saludó Izuku, acercándose con una sonrisa, tratando de no parecer demasiado ansioso. "Espero no molestarte, pero estuve pensando en el proyecto, y me di cuenta de que hay muchas más cosas que podría investigar sobre las percepciones culturales."

____ sonrió. "¡Claro! Me parece interesante. ¿Quieres que te ayude de nuevo?"

"Sí, si no es molestia. Esta vez hay algunas preguntas más, así que pensé que podríamos sentarnos en algún lugar más tranquilo para discutirlo."

Encontraron un pequeño café cercano. Mientras hablaban, Izuku no podía evitar fijarse en cada detalle. El movimiento de las manos de ____, el tono de su voz, incluso la manera en que tomaba su bebida. Estaba absorbiendo cada parte de su ser, memorizando cada detalle como si fuera información vital.

Con cada respuesta que recibía, Izuku sentía que estaba entrando en el mundo de ____ de una manera que nadie más lo había hecho. Cuando ____ mencionó a sus amigos, Izuku se sintió incómodo, una punzada extraña de algo que no quería reconocer: celos. Sabía que era irracional, pero no podía evitarlo. Era como si, por un momento, deseara que ____ no tuviera a nadie más en su vida.

"¿Por qué no puedo ser suficiente?" se preguntó a sí mismo, la inseguridad empezando a mezclarse con su interés creciente.

Mientras hablaban, Izuku empezó a lanzar preguntas más personales, de manera casual, como si simplemente tuviera curiosidad. Quería saber sobre los sueños de ____, sus miedos, sus relaciones. Y, aunque la conversación parecía amistosa, Izuku estaba cuidadosamente analizando cada respuesta, buscando más de lo que se decía en las palabras.

Cuando terminó el encuentro, intercambiaron números nuevamente, prometiendo verse para más "sesiones del proyecto". Izuku se sentía eufórico por dentro. Tenía lo que necesitaba: una razón para seguir viéndolo. Pero también había notado algo más. ____, sin darse cuenta, había bajado un poco su guardia. Se sentía más cómodo con él, y eso significaba que había espacio para profundizar más.

Esa noche, Izuku empezó a pensar en formas de mantenerse informado sobre ____. Sabía que no podía parecer demasiado obvio, pero al mismo tiempo, quería asegurarse de que estaba al tanto de todo lo que ocurría a su alrededor. Creó un perfil falso en las redes sociales para seguir a ____ y sus amigos, observar sus interacciones y aprender más sobre su vida.

Los posts de ____ eran un reflejo de su vida cotidiana, de sus amigos, de sus actividades. A veces publicaba fotos en grupo, sonriendo, riendo. Y con cada publicación, Izuku sentía una mezcla de interés y un incómodo sentimiento de frustración. ¿Cómo podía estar tan feliz sin él? ¿Cómo era posible que existieran otras personas que parecieran conocerlo mejor?

"No lo entienden como yo," se repetía, cada vez más convencido de que solo él podía comprender a ____ de la manera correcta. Con el tiempo, esta idea comenzó a arraigarse en su mente.

En la U.A., Izuku empezó a notar que su comportamiento estaba cambiando. Ya no estaba tan enfocado en sus estudios ni en sus entrenamientos. Estaba más distraído, sus pensamientos vagaban constantemente hacia ____. Cuando sus amigos le preguntaban qué ocurría, él solo sonreía y cambiaba de tema.

Un día, mientras entrenaba con Shoto Todoroki, notó que había perdido el enfoque. Shoto se detuvo y lo miró con preocupación. "Midoriya, ¿estás bien? No has estado tú mismo estos últimos días."

"Sí, estoy bien," respondió rápidamente Izuku, evitando la mirada. "Solo... pensando en cosas."

Sabía que no podía decirle a nadie lo que realmente estaba pensando. Nadie lo entendería. Pero en su mente, la idea seguía creciendo. Tenía que encontrar una manera de acercarse más a ____. Necesitaba verlo más a menudo, conocerlo más profundamente. Quería ser la única persona en su vida que realmente importara.

La siguiente vez que se encontraron, Izuku propuso algo diferente. "Pensé que tal vez podríamos hacer algo más divertido que solo preguntas. ¿Te gustaría venir a la U.A. alguna vez? Podrías conocer el campus, y sería interesante mostrarte lo que hacemos aquí."

____ parecía entusiasmado con la idea. "¡Sí, me encantaría! Nunca he estado dentro de la U.A."

Para Izuku, esto era un pequeño triunfo. Lograr que ____ entrara a su mundo era un paso crucial. Cada interacción, cada encuentro, era una oportunidad para profundizar esa conexión y empujar la línea de lo que consideraba normal.

Esa noche, Izuku anotó cada detalle en su cuaderno, no solo sobre el "proyecto", sino sobre ____. Su voz, sus gestos, sus palabras. Una entrada tras otra, cada vez más obsesivas, llenas de pensamientos sobre cómo protegerlo, cómo alejarlo de otros, cómo tenerlo más cerca.

El cambio en Izuku era ya evidente, al menos para él mismo. La semilla había germinado, y las raíces de la obsesión comenzaban a extenderse por su mente. Y en la oscuridad, donde nadie más podía verlo, Izuku sonría.

Tinte Verde Corazón Oscuro (Izuku Yandere X Malereader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora