Los días en la U.A. seguían el ritmo habitual de entrenamiento, clases y simulaciones de combate. Sin embargo, para Izuku Midoriya, todo esto había pasado a segundo plano en su mente. Habían pasado varios días desde la última vez que tuvo noticias de ___, y cada hora que pasaba sin respuesta solo hacía que su inquietud creciera. Había enviado varios mensajes, pero ninguno había sido contestado.
En un principio, pensó que tal vez ___ estaba ocupado con la escuela o sus actividades diarias. Sin embargo, al llegar al tercer día sin ninguna respuesta, esa ligera preocupación se convirtió en un nudo en el estómago que no podía ignorar
En el comedor de la U.A., los estudiantes de la Clase 1-A charlaban y bromeaban entre sí mientras disfrutaban del almuerzo. Ochaco Uraraka notó que Izuku estaba más callado de lo normal, su mirada fija en la pantalla de su teléfono. Cada pocos minutos, lo miraba con la esperanza de ver un mensaje nuevo, pero su rostro se volvía más sombrío cada vez.
"Deku, ¿estás bien? No has tocado tu comida," comentó Ochaco con preocupación.
Izuku levantó la vista, parpadeando como si volviera a la realidad. "Oh, sí, lo siento, Uraraka. Solo... tengo algunas cosas en mente."
Tenya Iida, siempre observador, se unió a la conversación. "Midoriya, he notado que has estado distraído últimamente, incluso en los entrenamientos. Si algo te preocupa, debes compartirlo con nosotros. Como compañeros de clase, estamos aquí para apoyarte."
Izuku intentó sonreír, pero fue más un gesto forzado que un verdadero alivio. "Gracias, Iida. Solo es algo personal. Nada grave."
Shoto Todoroki, que estaba sentado cerca, agregó en su tono calmado pero serio: "Si hay algo que necesites resolver, no lo guardes. Podría afectar tu rendimiento."
Izuku asintió, agradeciendo el consejo, pero sus pensamientos seguían vagando de vuelta a ___. La falta de contacto comenzaba a afectarle más de lo que él quisiera admitir, y la necesidad de saber por qué no respondía se hacía cada vez más fuerte.
Esa noche, cuando los estudiantes regresaron a sus dormitorios, Izuku se quedó despierto más tiempo del habitual. Había enviado varios mensajes a ___, tratando de no sonar desesperado, pero cada intento de conversación había sido ignorado. Sus dedos temblaban sobre el teclado mientras escribía otro mensaje:
"Hey, ___, estoy un poco preocupado. No he sabido nada de ti en días. ¿Estás bien?"
Pasaron los minutos, luego las horas, y el silencio del teléfono fue lo único que le respondió. La frustración y la ansiedad aumentaban. Izuku, que siempre había sido conocido por su paciencia y su capacidad de mantenerse sereno bajo presión, comenzaba a sentir que algo se rompía dentro de él.
Decidió que, si no podía obtener respuestas de manera virtual, tendría que hacerlo en persona.
Al día siguiente, después de las clases, Izuku salió de la U.A. antes de lo habitual. Usó una excusa simple con sus compañeros, diciendo que tenía algo importante que hacer. Su verdadera intención era mucho más personal: ir a la escuela de ___ y buscarlo. No podía quedarse quieto sin saber qué estaba pasando.
Cuando llegó a la entrada de la escuela de ___, se quedó unos momentos observando el edificio, buscando entre los estudiantes que salían al final de la jornada. Miraba a todos lados, esperando ver la familiar figura de ___. Pero no había rastro de él.
Decidió acercarse a un grupo de estudiantes que parecían ser amigos de ___. Respiró hondo y con voz calmada, aunque sus nervios eran evidentes, preguntó: "Disculpen, ¿han visto a ___ hoy?"
Uno de los amigos de ___, un chico alto con cabello oscuro, lo miró un poco confundido. "¿Tú eres... Izuku Midoriya, verdad? Creo que te mencionó antes."
Izuku asintió rápidamente, sintiendo un pequeño alivio. "Sí, soy yo. He estado tratando de comunicarme con él, pero no he recibido respuesta. ¿Saben si está bien?"
Los amigos intercambiaron miradas, y luego el chico alto respondió: "___ no ha venido a la escuela esta semana. Nos dijo que estaba enfermo, nada grave, pero decidió quedarse en casa para recuperarse."
Izuku sintió un alivio momentáneo al escuchar que solo estaba enfermo, pero al mismo tiempo, la inquietud persistía. ¿Por qué no le había dicho nada? ¿Por qué no le había respondido a sus mensajes? Una voz en su cabeza comenzó a susurrarle que tal vez algo no estaba bien, que había más detrás de esto de lo que aparentaba.
"Gracias," dijo Izuku, tratando de mantener una expresión relajada, aunque sus pensamientos eran un torbellino. "Solo quería asegurarme de que estuviera bien."
Mientras se alejaba, la sensación de inquietud solo crecía. Si realmente estaba enfermo, ¿por qué no lo había contactado para decírselo? Izuku no podía ignorar el creciente sentimiento de celos y posesividad. Sabía que necesitaba ver a ___, saber por sí mismo cómo estaba.
Esa noche, de vuelta en su habitación, Izuku tomó una decisión. No podía esperar más. Iría a la casa de ___. Necesitaba verlo, necesitaba respuestas. Su comportamiento comenzaba a volverse errático, pero no podía detenerse. Su preocupación había dado paso a una obsesión, y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por aliviar ese vacío que sentía sin ___.
Mientras se preparaba para dormir, las palabras de sus compañeros de clase resonaban en su mente. ¿Estaba realmente actuando de manera extraña? ¿O eran ellos los que no entendían la profundidad de lo que sentía? Todo lo que sabía era que no podía seguir así, no sin ver a ___.
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Tinte Verde Corazón Oscuro (Izuku Yandere X Malereader)
Fiksi PenggemarLee la historia nomas