Capitulo 30 Parte 1

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La llamada del hospital había sacudido a Ross, quien desde ese momento supo la verdad: John era KIRA. Sin embargo, no lo había compartido con nadie, consciente de lo que implicaría esa revelación. El peso del secreto lo sofocaba, y cada vez que repasaba la información, se sentía más atrapado.

Semanas después del accidente, en la casa de Ross...

Ross estaba en su estudio, rodeado de documentos. Entre ellos, los archivos de John. Su mente divagaba en un torbellino de dudas y certezas, su mirada fija en la hoja frente a él.

-¿Cómo es posible que este tipo sea KIRA? -susurró para sí mismo, con incredulidad-. Ahora... debo... matarlo... pero... puede que muera en el intento -sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido del timbre.

-¡Ya voy! -gritó mientras cerraba con rapidez los documentos.

Al abrir la puerta, vio a Jude,quien lo miraba con una mezcla de preocupación y compasión.

-Hey, Antony -saludó Jude con tono suave.

-Oh, Jude... pasa -dijo Ross, haciéndolo entrar y cerrando la puerta tras ellos.

-¿Y... cómo estás? Mis condolencias, amigo.

-Gracias... -respondió Ross, con una sonrisa apagada.

-¿Te sirvió el psicólogo que te recomendé?

-Un poco, supongo -dijo Ross, sin darle demasiada importancia al asunto.

Jude hizo una pausa, observándolo. Sabía que su amigo estaba sumido en el dolor.

-Escucha, amigo... Todos en la base estamos contigo. Sé que es duro perder a tu familia. Créeme, lo sé, yo también perdí a mis padres. No vine aquí a decirte que vuelvas al trabajo, solo quería saber cómo estabas.

Ross suspiró, agradecido.

-Gracias, Jude. En serio.

-En cuanto al caso, hemos hecho algunos avances. Descubrimos que hay siete individuos involucrados, incluyendo al verdadero KIRA.

Los ojos de Ross brillaron por un momento.

-Me alegra saber que estamos avanzando.

Jude asintió.

-No había forma de prever ese accidente, Ross. Simplemente ocurrió. No quiero que te castigues por ello.

Ross frunció el ceño.

-¿A qué hora fue el accidente?

-A las ocho y veinte -respondió Jude, casualmente.

Ross sintió un escalofrío recorrerle la espalda. ¿Ocho y veinte? Pensó rápidamente. Pero Berneker dijo que fue a las ocho y veinticinco...Algo no cuadraba.

-¿Pasa algo? -preguntó Jude, notando la expresión de Ross.

-No, nada -respondió, disimulando su desconcierto.

-Bueno, te dejo descansar. Nos vemos cuando decidas volver -dijo Jude, despidiéndose mientras salía de la casa.

En cuanto se fue, Ross se lanzó sobre los documentos del accidente.

-No, no... -murmuraba frenéticamente mientras leía los reportes-. ¿Por qué Jude dijo que el accidente fue a las ocho y veinte cuando en el informe oficial dice ocho y veinticinco? Esto... no... tiene... ¡sentido!

De repente, una revelación lo golpeó con fuerza.

-¡Jude fue quien me habló de Berneker por primera vez! ¿Cómo sabía la hora exacta del accidente? -Ross cerró los ojos por un momento, tratando de organizar sus pensamientos-. ¡Claro! Berneker debió manipular la hora de salida, poniéndola a las ocho y veinte, y luego el accidente ocurrió a las ocho y veinticinco para despistarme. Pero... Jude...

Mientras tanto, en la base...

-Hola, Jude -lo saludó Fitzgerald al verlo llegar-. ¿Cómo está Antony?

-Está bien -respondió Jude con un aire despreocupado.

-Me alegro. No puedo imaginar el dolor que debe estar pasando -dijo el jefe, preocupado.

-Sí, bueno... Me alegra que Ross esté mejorando -comentó Near mientras se comía un pedazo de pastel-. Además, ya tenemos la cantidad aproximada de cuántos KIRAS existen.

-Suponemos que todos se conocen o trabajan juntos, por la forma en que ocurren las muertes -añadió Naomi.

-Sí, están planeando algo grande -intervino Linder.

-Sin duda -asintió Rester-. Pero, ¿cómo sabremos por dónde atacarán?

Near sonrió con calma.

-Ya atacaron a uno de los nuestros, lo que refuerza la teoría de que están desesperados. Podemos usar esa desesperación a nuestro favor.

-¿Cómo? -preguntó Jude, con curiosidad.

-Podríamos organizar una reunión, o al menos un acercamiento hacia KIRA. Pero primero debemos encontrar la forma de atraer a uno -sugirió Near.

-¿No sería mejor encontrarlos y arrestarlos directamente? -intervino el jefe.

-Sería lo ideal, pero necesitamos a todos los KIRAS en la cárcel. Si atrapamos a uno, los otros podrían matarlo para cubrirse.

La propuesta de Near tomó forma.

-Entonces, propongo la idea de la reunión, ¿qué dicen?

-Es nuestra mejor oportunidad... Hagámoslo -respondió el jefe, decidido.

Todos asintieron.

Horas después, Jude estaba en su auto, rumbo a la casa de John.

El viaje era silencioso, hasta que sintió algo frío en la nuca. Giró ligeramente y vio a Ross, apuntándole con un arma.

-¡Antony! ¿Qué diablos haces? ¡Deja de jugar!

-Silencio. Conduce. Sé que vas a la casa de Berneker. ¡CONDUCE! -ordenó Ross, implacable.

-Está bien... -susurró Jude, con el rostro tenso, mientras se dirigían hacia la casa de John.

Continuará...

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