Capitulo 3

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Raito observó a John con una mirada inquisitiva mientras este último revisaba la Death Note en sus manos, con determinación en su rostro.

-Muy bien, ¿y por dónde vas a empezar, eh? Dime -preguntó Raito con curiosidad.

John no levantó la mirada de la libreta mientras respondía con calma, como si ya tuviera un plan meticulosamente diseñado en su mente.

-Tenía planeado empezar con criminales menores. No tengo acceso a los registros de la policía -admitió, meditando en cómo lograría su objetivo sin esa información crucial-. Pero no importa por ahora. Lo que sí importa es que ahora cambiaré el mundo.

Al día siguiente, John salió a caminar, absorto en sus pensamientos, pero su mente inquieta no dejaba de formular preguntas. De repente, interrumpió el silencio.

-Oye, Raito.

-¿Qué quieres? -respondió el shinigami con su característico tono de indiferencia.

-¿Puedo preguntarte algo? -inquirió John, su curiosidad comenzando a aflorar.

Raito se detuvo un momento antes de contestar, como si estuviera decidiendo si valía la pena responder.

-Mmmm... bueno.

-¿Por qué existe la libreta y por qué fue enviada al mundo humano? -preguntó John, la curiosidad brillando en sus ojos.

Raito rió entre dientes antes de responder.

-No te puedo contestar esa pregunta porque estaría rompiendo las reglas de los shinigami.

John lo miró con incredulidad.

-¿Cuáles reglas? ¿Acaso hay reglas para los dioses de la muerte?

-Sí, sí que las hay, y no quiero romper ninguna -replicó Raito con firmeza.

John suspiró, frustrado por la falta de respuestas, pero no se dejó vencer tan fácilmente.

-¿Hay algo que quieras decirme referente a la libreta?

Raito guardó silencio por un momento, recordando las palabras del Rey de los Shinigami. "Enviaré seis Death Notes al mundo humano". Si le decía a John, podría arruinar la diversión que estaba teniendo. Finalmente, negó con la cabeza.

-No, no hay nada.

John se encogió de hombros, como si no le diera mayor importancia, y cambió de tema.

-Por cierto, ¿tú comes o algo así? Porque no te he visto comer.

Raito lo miró con desdén.

-Los shinigamis no necesitamos comer, dormir o respirar para vivir. Aunque comer es más como una adicción para nosotros.

-¿Una adicción? -preguntó John, intrigado.

-La primera comida que pruebas en el mundo humano será la única que podrás sentir el gusto o disfrutar. Por eso, yo elijo no comer.

Durante el descanso en su trabajo, John se acercó al televisor y lo encendió. La pantalla mostró un noticiero con un encabezado que captó su atención de inmediato.

-Últimamente han habido muchas muertes, todas ocurridas por un ataque al corazón. Las autoridades han dicho que no se trata de ninguna enfermedad. Lo más resaltante es que todas las muertes fueron de criminales -informó la presentadora.

Raito, que estaba cerca, se dio cuenta de lo que eso significaba.

-Así que por eso me preguntabas ayer, ¿verdad? -dijo, recordando la conversación de la noche anterior.

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