Capitulo 34

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Unos días habían pasado desde la muerte de Ross, pero la tensión solo aumentaba. En la casa de Fitzgerald, la rabia y la sed de venganza se acumulaban cada vez más.

En la casa de Fitzgerald

Fitzgerald se paseaba inquieto por su sala, sosteniendo unos informes en sus manos, su mirada cargada de furia.

—Sé que el maldito está ahí afuera, burlándose de todos nosotros —murmuró entre dientes—. Pero aun así, tiene el descaro de pedir que nos viéramos... —Su voz temblaba de ira mientras repasaba los últimos reportes de las muertes recientes—. No soy el único que se dio cuenta del mensaje oculto... Estas muertes no son coincidencia, pero tampoco puedo descartar que sea una trampa. Aun así, no puedo desaprovechar esta oportunidad. —Sus puños se cerraron con fuerza—. ¡KIRA, o quien seas, acabaré contigo!

Mientras tanto, en la casa de John

John había reunido al grupo en su sala, con una expresión de preocupación. A pesar de la aparente calma, todos sabían que algo oscuro se avecinaba.

John suspiró profundamente antes de hablar—. Bueno... Ahora tenemos que deshacernos del compañero de Ross. Lo más probable es que actúe por su cuenta ahora que Ross no está. Eso podría ayudarnos.

—¿Y Jude? —preguntó Andre, mientras jugueteaba con un cigarrillo apagado entre sus dedos.

—Se quedó allí —respondió John—. Tiene que fingir que no sabe nada, seguir con su papel.

Stephanie, sentada en un rincón, sacudió la cabeza con preocupación—. El plan es deshacernos de él, pero no veo cómo vamos a lograrlo con todo lo que ha pasado. No después de Ross.

—De cualquier modo —intervino Andre, con su tono siempre práctico—, será mejor no pensar demasiado en ello. Sé que sería mejor hacerlo rápido, pero ustedes dos —miró a John y a Stephanie— están demasiado afectados por todo esto. Lo discutimos mañana, ¿de acuerdo?

John asintió lentamente—. De acuerdo...

Trevor se levantó de su asiento con un suspiro—. Voy a tomar aire —dijo, dirigiéndose hacia la puerta.

—Yo también —añadió Andre, siguiéndolo.

En el techo de la casa

Trevor y Andre se sentaron en silencio en el borde del tejado, mirando el cielo nocturno. La brisa era fría y ligera, pero la tensión en el aire era palpable.

—Sé lo que quieren hacer —dijo Andre, rompiendo el silencio.

Trevor lo miró de reojo, sorprendido por su franqueza—. Entonces, ¿por qué no nos detienes?

Andre sonrió con un aire casi paternal—. Porque tienen un plan sólido... Y por eso los felicito. —Se inclinó hacia adelante, cruzando los brazos sobre las rodillas—. ¿Cuándo lo harán?

Trevor exhaló con nerviosismo—. En unos días. No queríamos involucrar a John en esto, porque él y Stephanie ya han pasado por suficiente. Es nuestro turno.

Andre asintió, reconociendo el peso de sus palabras—. Solo tengan cuidado... Y llámenme si necesitan ayuda. —Con un último golpe en la espalda, Andre volvió adentro de la casa.

Josh se acercó poco después, uniéndose a Trevor en el techo—. Hola, Trevor.

—Hola, Josh —respondió Trevor—. ¿Qué piensas sobre el plan?

Josh se encogió de hombros, pero su expresión era seria—. Creo que es sólido, pero también peligroso. No debí empujarlos a esto... Solo fue mi necesidad de sentirme útil.

Trevor lo miró con comprensión—. No te sientas así. Todos estamos en esto juntos. Pero, ¿estás preparado para...?

Josh bajó la mirada, jugueteando nerviosamente con sus manos—. No lo sé. Si algo sale mal, tendré que disparar... y no estoy seguro de estar listo para eso. Nunca he acabado con alguien cara a cara.

Trevor asintió en silencio—. Yo lo he hecho... aunque fue en defensa propia más que por otra cosa. Pero entiendo lo que sientes.

—¿Y Alice? —preguntó Josh de repente, cambiando el tema.

—¿Qué pasa con Alice? —preguntó Trevor, desconcertado.

Josh sonrió ligeramente—. Creo que le gustas. —Su sonrisa se amplió, pero estaba claro que hablaba en serio.

Trevor desvió la mirada, incómodo—. Lo sé, pero... no sé si soy suficiente para ella.

Antes de que pudieran continuar, Alice apareció repentinamente, abrazándolos a ambos por detrás con una energía inusitada.

—¿De qué están hablando, chicos? —preguntó alegremente, apretándolos a los dos con fuerza.

Josh se rió nerviosamente—. Nada, solo del plan.

Alice asintió con seguridad—. Chicos, el plan va a funcionar. No lo piensen tanto, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —dijeron ambos, casi al unísono.

Alice sonrió, revolviéndoles el pelo a ambos—. ¡Así se habla! Ahora vamos adentro, es hora de descansar.

En la base de operaciones

Jude y Near estaban inmersos en una conversación tensa mientras revisaban los últimos movimientos de KIRA.

—¿Estás seguro? —preguntó Jude, mirando a Near con preocupación.

—Sí —respondió Near con frialdad—. Las últimas acciones de KIRA revelan un mensaje claro. Quiere que Flynn lo vea... Es casi como si lo estuviera invitando.

—En ese caso... —Jude se detuvo, inseguro de cómo proceder.

—Envía a Wilson a vigilarlo, pero será mejor advertirle —Near hizo una pausa, su voz traicionando una rara nota de vulnerabilidad—. No quiero perder a nadie más.

Naomi, que había entrado silenciosamente en la sala, intervino de repente.

—Sé de lo que están hablando —dijo, sorprendiendo a ambos.

—¡Naomi! —exclamó Jude—. ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

—El tiempo suficiente para entender lo que está sucediendo —respondió ella—. Sabemos que esto podría ser una trampa para Flynn, pero tampoco podemos evitar que él vaya. Si lo hace, será su decisión.

Near frunció el ceño, tratando de encontrar una solución—. Estoy intentando pensar en cómo manejar esto...

Naomi lo miró con ternura, acariciando suavemente su cabello—. No lo hagas solo.

Jude observó la escena en silencio, sin saber muy bien cómo intervenir.

En la casa de Fitzgerald

De vuelta en su hogar, Fitzgerald preparaba sus cosas, su rostro decidido mientras cargaba su arma.

—Muy bien, KIRA... Si quieres verme, entonces me verás —murmuró, su voz cargada de ira y determinación.

Continuará...

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