Ian.
Por quinta vez el teléfono de Layla me manda al buzón de voz, estoy intentando localizar con ella hace un par de horas y no lo consigo.
Observo la hora y ya son las cuatro de la tarde, ¿Será posible que esté durmiendo aún?
No me gustaría que se sienta presionada pero la verdad ya no puedo más con mis sentimientos, necesito saber si siente lo mismo que yo, estoy enamorado hasta los huesos de Layla Lombardi, no lo quería aceptar pero finalmente lo he hecho, no me veo al lado de alguien que no sea ella.
Decidido tranquilizarme un poco y me dejo caer en la cama observando la foto nuestra en la discoteca "La Hera" fue la primera vez que nos vimos gracias a Amanda, Layla se ve espectacular en ese vestido ceñido color marfil y el cabello callendo en cascada por su espalda.
Ella es una mujer preciosa, dulce, gentil, carismática, inteligente, trabajadora, buena hija, amiga, sé que seré el hombre más afortunado del mundo si me da la oportunidad de ser su novio.
El bombillo se me enciende y recuerdo que Amanda dormiría anoche con ella así que decido llamarla y afortunadamente responde al tercer tono.
–Amanda por acá.
–¿Te desperté? —pregunto con algo de temor.
–No, que va, ya hace un buen rato que estoy despierta.
–Menos mal, ¿Layla está contigo? Es que no consigo contactar con ella. —silencio del otro lado. –¿Ami, sigues ahí?
–Si, aquí estoy, emm, Layla está dormida aún, cuando despierte le digo que llamaste.
Y sin darme lugar a despedirme cuelga el telefono y se me hace sumamente extraño, quizás estoy paranoico.
No quiero darle vueltas a las cosas pero a mi cabeza viene el encuentro de ella anoche con Daniel, no es la primera vez que pasa, cuando se encuentran he notado cierta tensión entre ellos, no he querido indagar porque no es de mi incumbencia.
Tampoco creo que exista algo entre ellos ya que es el prometido de Clara, hemos coincidido varias veces en casa de los Lions, ya que su familia y la mía tienen una buena relación y Clara y yo crecimos juntos, pero cada vez que me encuentro a Daniel noto su desprecio hacía mí y no sé si es que esa sea su cara habitual o solo me detesta por algo en particular.
Sacudo la cabeza alejando esos pensamientos, él es solo su Coronel, entre ellos no puede haber nada, Layla no le haría eso a los Lions, quizás solo fue un mal día que tuvieron en el trabajo y hay cierta tensión entre ellos, tengo entendido que Daniel no es un pan.
Me doy una ducha y me coloco una camisa negra, la arremango hasta los codos y me meto en unos jeans de mezclilla y unas botas trenzadas y bajo las escaleras recogiendo mi cartera en el proceso.
El estómago me ruge y necesito comer algo, desde que mis padres se fueron a Brasil por negocios de la empresa no como en casa, he mandado a descansar a los empleados, ellos también lo merecen.
Me subo al auto y tengo la cabeza hecha un lío, necesito hablar con Layla cuánto antes, necesito saber que significó para ella el beso de anoche, yo sé que le gusto y también sé que no se siente lista para una relación.
Hay atracción entre ambos, Ami también me lo a comentando, no quiero apresurar las cosas, pero a la vez quiero saber de sus sentimientos.
Estoy hecho un lío.
Me detengo en el restaurante que más frecuento y pido una mesa mientras voy creando en mi cabeza las mejores palabras para tocar el tema de anoche, estaba ebria y quizás no recuerde nada, pero si es así me gustaría hacerle recordar lo bien que se sintieron nuestros labios juntos, como mi corazón se aceleró al tener contacto con su piel y el calor que emanaba, como me llené de esas tontas mariposas de adolescentes cuando sus manos sujetaron mi cuello profundizando el beso que se vió interrumpido por Daniel y su nueva amante.
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Placer y Obsesión
Teen FictionLayla regresa a Witko finalizadas sus vacaciones en Hawaii la tierra donde reside su padre. En su regreso al trabajo en la Academia Pembrook, unidad militar que pertenece a su apellido, una Academia que recluta y prepara soldados para la disposición...