Capitulo 21

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Déjame alcanzarte.

Daniel.

Me peino el cabello con las manos revisando las coordenadas que me trajo Adrik y estudiando el holograma sobre mi escritorio.

–Tuvimos noticias de los oGambinos. —informa Adrik frente a mí. –Siguen de duelo por la muerte de Alejandro y juraron vengar su muerte, Toni pasó a ser el favorito de la pirámide y tiene a unos cuantos a favor.

–Que vengan a vengar la muerte de ese hijo de puta que yo los estaré esperando con ansias.

Se prolonga un silencio hasta que miro a Adrik con cara seria.

–Hay que dar con el para saber el paradero del cargamento de armas que compraron, no podemos bajar la guardía, nada nos garantiza que no estén planeando un ataque terrorista.

–Todos estamos detrás de los malditos. —asegura. –Layla no a dejado de buscar pistas con los drones que se han enviado pero los mal nacidos son bien inteligentes.

–¿Cómo están los rehenes que rescatamos?  —pregunto de repente y es que he estado lo bastante ocupado en estos días con Layla como para pensar en algo más.

–Se van recuperando, muchos llegaron aquí muy débiles y con heridas lo bastante graves, entre ellos niños y mujeres, tenemos la impresión de que fueron los que intentaron resistirse.

Aprieto la mandíbula con fuerza, a penas son niños de diez años y un poco más.

–Hay que acabar con la maldita organización y la pirámide, solo así podremos respirar un poco de paz y darle tranquilidad a nuestra gente.

–Estamos trabajando con los mejores y sin descanso, todo se dará tal cual lo planificado.

Dos toques en la puerta hacen girar a Adrik.

–Adelante.

Doy la orden.

–Coronel. —Anastacia entra acomodándose las gafas de pasta. –La teniente Lombardi le mandó esto con un cadete.

Me pasa unos informes que le pedí hace unas horas y los tomo preguntándome el porque no vino ella directamente a traerlo.

–Permiso para retirarme.

–Propio.

Ojeo los papeles y la cara se me descompone, le pedí el informe de las desapariciones en Rusia e indonesia pero jamás creí que fueran tantas, hay alrededor de treinta desaparecidos en Rusia y cincuenta en indonesia y el patrón se repite, niños y mujeres entre los veinte y treinta años.

–Convoca una reunión para ya mismo. —le ordeno a Adrik.

Sin preguntar nada sale disparado de la oficina y yo respiro varias veces tratando de calmar la impotencia que me causa todo esto.

Sigo por dónde se fue Adrik hasta la sala de reuniones, ya esto se nos está saliendo de las manos, somos una rama militar bien extensa, la CIA, la interpol, la DEA y la policía local en algunos casos, todos estamos trabajando distribuidos por los distintos países dónde tenemos la autoridad y Rusia es uno en dónde más gente tenemos y aún así pasa esto en nuestras narices.

Me comunico con los superiores poniéndolos al tanto.

Muevo soldados a Indonesia, Rusia por ahora no lo podemos pisar por el incidente con Alejandro pero aún así me comunico con los soldados infiltrados en Moscú y les doy órdenes.

Me voy a la oficina de investigación junto con Adrik y nos ponemos a revisar hologramas, coordenadas, videos, cualquier cosa que nos pueda arrojar alguna pista sobre el paradero de los malditos Gambinos.

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