Capitulo 53

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Te necesito.

Layla.

Termino de arreglarme con Claudia al teléfono informándome de las últimas noticias sobre Daniel.

–Despertó en la madrugada, aún sigue bajo los efectos de los sedantes pero al menos despertó, en la tarde lo trasladarán fuera del país, a una clínica más privada y con mejor atención.

Ahogo un grito dando saltos por toda la habitación, despertó, yo sabía que lo haría, mi fé se tambaleó en su momento pero yo tenía la esperanza de que despertaría.

–¿A donde lo llevarán? —inquiero.

Aún no lo sé, en cuanto tenga otras noticias te las hago saber.

De acuerdo.

Me lanzo a la cama dando vueltas, arruinando mi peinado, pero, ¿Que importa eso ahora? Daniel salió del coma, está delicado, pero con vida, mis oraciones fueron escuchadas.

Se lo llevarán en la tarde, fuera del país, no lo volveré a ver mas, quien sabe en cuanto tiempo, así que hoy... Es una locura lo que estoy pensando, ahí está su familia, su esposa que no permitirá que yo pase a verlo, pero si lo sacarán del país tengo que hacerlo, debo verlo por última vez, aunque sean unos segundos.

Observo mi reloj, debo ir a la Academia, pero Daniel se irá, así que con todo mi impulso de loca enamorada, tomo mis cosas, subo a mi auto y cambio el rumbo al hospital militar.

He de confesar que no he pensado esto lo suficiente, en la puerta principal hay dos guardias, en las puertas del elevador hay dos mas y cuando llego al piso, veo dos guardias más, es entendible la seguridad, cuando ya todos están al tanto que todo fue un atentado organizado por el mismo Toni Gambino, agradezco que Adrik halla omitido los detalles de donde obtuvo esa información.

Las manos me sudan cuando me detienen en el pasillo pidiendo identificación, por suerte mi tarjeta de la Academia Pembrook me da pase a estar aquí arriba y los guardias me permiten pasar, por los pasillos merodean mas hombres trajeados de negro que hablan por el intercomunicador en sus orejas, he sabido por Claudia que esta planta fue desalojada y solo la dejaron a Daniel, para evitar la entrada de personas no autorizadas.

Pego mi cuerpo a la fría pared observando la entrada de la habitación de Daniel, con mas guardias custodiando, Clara, su madre, Sasha y su esposo están sentados en los sillones con tazas y vasos desechables en sus manos.

Una vez mas me convenzo de que no repasé esto bien, la habitación de mi Coronel está pasando a sus familiares y no hay otra manera de llegar a él, a menos que sea por el otro extremo del pasillo, Pero iría de frente a ellos, entonces me reconocerían más fácil.

Cierro los ojos pensando, buscando la manera de poder escabullirme sin ser vista.

El carraspeo de alguien me hace abrir los ojos de golpe para encontrarme a Alex, de brazos cruzados, con su expresión seria y una ceja enarcada.

–General.

Sus ojos plomizos me recorren de arriba abajo con detenimiento.

–Yo... Estaba... Eh... Soy... La...

Él alza la mano para que me cierre la boca y eso hago.

–Eres Layla Lombardi, hija de Ernesto Lombardi, el dueño de Pembrook, un excelente hombre y gran amigo, sé quién eres, ¿Ahora me dirás que haces aquí?

Juego con mis dedos frente a mí, el nerviosismo apoderándose de cada fibra de mi cuerpo.

–Yo... Vine a...

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