Capitulo 28

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Inglaterra.

Toni Gambino.

El cálido sol de la mañana resplandece en el lago que tengo al frente y observo a través de la ventana de mi despacho, los rayos crean pequeños brillos que son todo un espectáculo en el agua, me gusta apreciar esto.

–Señor, la señorita Amisha está aquí. —avisa Estefan, uno de mis escoltas.

–Hazla pasar.

Me acomodo en la silla giratoria encendiendo un puro que inunda el lugar con el humo espeso.

Mi hermana menor aparece ante mis ojos en unos ajustados vaqueros, un top demasiado corto y unas botas que la hacen ver un poco más alta de lo que es, observo con detenimiento la pistola que se le asoma en el pantalón y sonrío, nadie creería que un rostro tan angelical esconde a una mujer tan perversa como Amisha Gambino.

Es de baja estatura, esbelta, de fracciones aniñadas, ojos rasgados y tan azules como los de mi padre y hermanos, es una mujer hermosa y peligrosa, el orgullo más grande de mi padre después de Alejandro.

–Hermanito, ya te extrañaba.

Suelta con fingida alegría dejándose caer en el asiento frente a mí.

–Dime lo que haz averiguado y evitemos la hipocresía.

Me sonríe abiertamente, ambos sabemos que por las preferencias de mi padre y sus elecciones sobre quien mandará en la pirámide nuestra relación de hermanos no es la mejor, es la favorita de papá pero no quien va a comandar a su lado, ya que es una mujer impulsiva y arrogante y para ser un buen líder se necesita disciplina, inteligencia y mucha paciencia para idear planes perfectos.

Me extiende un sobre que tomo entre mis manos sacando su contenido, hay papeles y fotos, la primera foto que me encuentro es de una mujer en un mono enterizo pegado al cuerpo, remarcando las curvas, su cabello negro llega hasta su cintura, los ojos son de un verde esmeralda casi exóticos, los labios son rosados y llenos, su cuerpo es una obra de arte.

Acaricio su rostro angelical con la yema de mis dedos, apareciendo la belleza tan atractiva que tiene.

–Ella es Layla Lombardi. —el apellido me hace ladear la cabeza. –Tiene veinticinco años y fue la puta que mató a Alejandro.

Mis labios se curvan en una sonrisa llena de malicia.

–Una maldita Diosa. —murmuro.

Leo su expediente, es una de las mejores francotiradoras que tiene la milicia, experta en armas, succión, baile, políglota y una de las Tenientes más condecoradas también, reside con su madre en Witko, en un recinto privado donde viven personas de clase media alta, es hija de Lucia y Ernesto Lombardi, hijos de....

–Falta una parte aquí.

Observo a mi hermana mostrándole el pedazo de papel con una mitad arrancada.

–Quería tener el privilegio de ser yo quien te contara la siguiente parte, para ver tu cara, sabía que te ibas a babear por ella.

La miro a la espera.

–Sus abuelos maternos fueron unos simples doctores, muy reconocidos pero eso no es relevante, su abuela materna se desconoce su origen, pero nosotros sabemos quién es.

–Habla de una buena vez y deja el suspenso. —me impaciento.

–Su abuelo paterno es el mismísimo Erick Lombardi, ex líder de la Port Mafia y ex general de la milicia.

Mis rostro se descompone, su apellido llamó mi atención, pero hay muchas personas con apellidos iguales, aunque solo hay una familia con ese apellido que tiene una deuda con la mafia Sueca, los lamebotas del gobierno ingles.

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