Capitulo 37

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Bajo un cielo estrellado.

Layla.

La mañana de hoy es sin tanto estrés, pero sí con un buen entrenamiento que me deja agotada y con dolor de garganta de tantas órdenes impartidas.

Una vez más están abiertas las inscripciones para postularse a Capitanes y Tenientes, en el torneo que realiza Pembrook cada seis meses, así que hay un buen ajetreo.

La pista de obstáculos está lista y en el campo de tiros ya se encuentran los que pasaron y aprobaron la prueba de resistencia física.

Elena, Raiko, Adriana y yo estamos supervisando el entrenamiento de resistencia, mientras Anieska, Melody y Carter se encargan del entrenamiento de tiro al blanco; la pregunta es, ¿Por qué no estoy yo en la práctica de tiro al blanco cuando yo soy la Teniente encargada de eso? Fácil, porque Daniel Frost está cerca, coqueteando con Anieska.

-¿No podían hacer esta prueba en la tarde? Mejor en la noche, hace un sol asqueroso. -se queja Elena, limpiando el sudor de su frente.

Y no es menos cierto, el sol hoy está insoportable, lanzando sus rayos directamente hacia nosotros, calentando.

-Ordenes son ordenes. -dice Adriana lo obvio.

-Cambiando de tema. -Elena me hace ojitos. -Anoche llegó Daniel y tú te fuiste de aquí tarde, ¿Alguien tuvo sexo desenfrenado anoche? Te ves radiante.

Ruedo los ojos...

-Ni siquiera lo ví, además, tengo novio, ¿Lo olvidas?

-Ah si, ahora es una mujer con novio, de seguro él le dió una buena ración de sexo anoche. -cuchichea Adriana con Raiko y los ignoro.

-No me digas que... ¡Oh Dios! -la expresión dramática de Elena es exagerada. -¿No tuviste sexo anoche?

La miro tranquila, ¿Acaso es obligatorio tener sexo todas las noches?

-No dormimos juntos. -aclaro.

-Entiendo, pero cuenta, como la tiene, ¿Es grande? Y hablando de cosas grandes, los orgasmos, son así con squirt o solo es orgasmo trivial. -Adriana se acerca deseosa de saber.

-Me voy lejos de ustedes. -Raiko pone una mueca. -No me apetece hablar de pitos y escuchar a mi mejor amiga contar como han sido sus orgasmos.

El moreno se aleja y se concentra en el campo, yo intento hacer lo mismo, pero las dos ladillas a mi lado no me dejarán en paz.

-¡Habla! -me sobresalto con el grito de Elena.

Me quedo callada, apuntando no sé que en mi planilla, porque la verdad no estoy concentrada, mis pensamientos están en que no he tenido el valor para irme a la cama con él.

-Ese silencio solo significa dos cosas, una, no nos quieres contar o dos, no lo han hecho todavía. -supone Adriana entornando los ojos en mí dirección. -Y me decanto más por la segunda.

-Chicas, siento que aún es muy pronto para dar ese paso. -explico.

-Dejame ver si entiendo. -Adriana hace una pausa dramática. -Es demasiado pronto para acostarte con tú novio que te quiere y te ama y conoces hace un siglo, pero no fue demasiado pronto para irte a la cama con tú coronel la tercera vez que lo veías en tu vida, vamos, sin juzgar.

Suspiro y me encojo de hombros.

-No lo entenderían..

-No, la verdad no.

Damos el tema por terminado y nos concentramos en el entrenamiento, me quedo pensativa, es cierto que dejé que Daniel se metiera en mi vida y en mi cama sin conocerlo y las cosas salieron mal, no quiero que con Ian salgan mal.

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