Propuesta.
Layla.
El timbre de mi teléfono me hace salir del baño apresurada con una toalla enredada en mi cabello y atandome el albornoz, es mi único momento de relajación, el baño y se ve interrumpido, el nombre de; Camerucho aparece en pantalla y sonrío, hace bastante no hablamos.
–¿Recordaste que tienes una hermana? ¡Wow! Una estrella se va a caer. —bromeo y lo escucho suspirar del otro lado. –¿Que tal el clima en Rusia?
–Frio, cómo siempre y con respecto a no llamarte, tú sabes cómo es esta vida de militar. —río junto con él, porque si, lo sé.
–¿Que sucede? —interrogo.
–La verdad no sé por donde empezar a contarte, es bien difícil para mí. —suspira con pesadez.
–No me digas que a tí también te gusto, porque ya eso no lo soportaría, he tenido demasiadas confesiones en estos días. —bromeo y resopla.
–No tengo tan mal gusto.
Lo imagino rodando los ojos y suelto una ligera carcajada, he extrañado a Cameron mucho, éramos inseparables desde siempre, creo que desde que comenzó nuestra amistad no nos hemos separado y que lleve tanto tiempo en Rusia, sin verlo me hace sentir nostálgica, extrañar las pijamadas reales, la maratón de películas de Marvel o de realitys que el se oponía a ver pero terminaba chismeando, opinando, gritando o llorando a la par mía.
Con Cameron he vivido lindos recuerdos, de mis amistades más sanas, él es una de ellas, es como ese hermano que mis padres nunca me dieron y a pesar de que él si tiene hermanos, sé que me ve como otra más, esa mujer en la que nunca se fijaría porque ve como su sangre.
–¿Estás diciendo que no soy atractiva? —me hago la ofendida.
–No.. he... Yo... Tienes un cuerpo perfecto y eres hermosa pero... ¡No me líes! —chilla. –No te llamé para eso.
Río abiertamente antes su nerviosismo y es que siempre a sido así, se pone nervioso ante cualquier coquetería de una chica y mis amigas y yo siempre lo hemos molestado con eso, solo para ver su rostro enrojecido y su expresión molesta y nerviosa.
–¿Para que llamaste entonces?
–¿Recuerdas el operativo aquí en Rusia?
–Ujum.
Pongo el teléfono en la cama con el manos libres activado mientras me aplico crema en las piernas.
–Donde Alejandro murió.
–¡Si Cameron por Dios! Ve al punto, me estás poniendo de los nervios. —me aplico más crema en las manos y las deslizo por mis muslos.
–De los escoltas de Alejandro que escaparon, uno de ellos fue a dar a Mansión imperius, dónde viven los Gambinos, ese hombre contó a detalle todo lo que había pasado, dando tu descripción, Layla, toda la pirámide tiene una fotografía tuya, dónde están pagando sumas exhuberantes a quien te dé caza por haber sido la causante de la muerte de Alejandro Gambino, el futuro rey.
El frasco de perfume que sostengo cae al suelo haciéndose añicos en el proceso, mi corazón a pasado de tener un ritmo normal a latir desbocado, la voz de Cameron se escucha distante y yo solo puedo atar cabos, el secuestro, la sensación de nervios y acecho constante que he llevado estos días, las palabras de Amisha, la mujer que quiere cazar, la ayuda de Demir y su sistema de tecnología.
Siento que la cabeza me pesa y tengo que sentarme en la cama porque me he mareado.
–¿Layla?
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Placer y Obsesión
Подростковая литератураLayla regresa a Witko finalizadas sus vacaciones en Hawaii la tierra donde reside su padre. En su regreso al trabajo en la Academia Pembrook, unidad militar que pertenece a su apellido, una Academia que recluta y prepara soldados para la disposición...