Capitulo 57

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Los que han llegado hasta aquí se darán cuenta que hubo un cambio de fechas, cuando edite los capítulos voy a corregir ese error, me dí cuenta que para que este capítulo quedará como quería tenía que ser en octubre y no me percaté que anteriormente había incluído otra fecha en la historia, eso será corregido y no alterará en nada el curso de la trama, es solo un cambio de fecha, Pero para que no se pierdan, les haré saber el cambio cuando lo haga.


Ardiendo.

Layla.

Los dias han pasado tan arrolladores, que sin darme cuenta ya han pasado tres meses desde aquel trágico atentado que sufrió Daniel, lo último que supe fue que se estaba recuperando en Londres y eso me dió fuerzas para continuar con mis labores y seguir con mi vida.

Por otra parte está Ian, indagando en mi vida, merodeando a mi alrededor, intentando que le dé una nueva oportunidad y no puedo negar que me duele ver el estado en el que se encuentra, sus ojos tiernos se han convertido en una tormenta de locura y desequilibrio, está enfermo y no lo quiere aceptar y que yo sea débil con él y le de nuevas esperanzas no va a ayudar en nada, por eso tengo que mostrarme impasible cada vez que acude a mí para una nueva oportunidad.

Termino de arreglar los últimos detalles de mi atuendo frente al espejo, ya que tengo a un impaciente Cameron abajo, gritando cada dos por tres, hace un par de semanas regresó de Rusia y la verdad nos hemos puesto al dia con bastante facilidad.

Extrañaba las horas en vela con Cameron, las conversaciones infinitas y aunque tenga que compartirlo con una nueva inquilina que apareció queriendo robarse su atención y él le puso la etiqueta de novia, aún así estoy feliz de finalmente tenerlo conmigo, me hacía mucha falta.

Que estemos bien no significa que cada vez que tiene la oportunidad no me reproche lo mal que lo estoy haciendo, que con Toni no se juega, que debería decirle a mi padre, pero al final se resigna a mis decisiones.

Suspiro frente al espejo, Daniel ya regresó al país hace un par de semanas pero no se a presentado al público, hoy será ese día, en la inauguración de la nueva Academia, de seguro con su titulada esposa del brazo, a la misma que tendré que soportar ver en cada evento desde ahora.

Salgo de la habitación bajando las escaleras y un Cameron impaciente me sonríe desde abajo mientras repara su reloj.

–¡Te ves hermosa! —me adula tomando mi mano cuando llego a su altura.

–Gracias Cam, tu igual.

Lo admiro, porque es hermoso, los rizos dorados le caen despreocupados sobre la frente, dándole ese toque jovial y coqueto que siempre le ha gustado.

Y lo abrazo, llenandome de su perfume, recordando cada detalle de él, desde sus labios carnosos, sus ojos azul zafiro, sus cejas arqueadas, su piel pálida como la nieve hasta su nariz respingada, no quiero perderme ni un solo detalle del hombre que me sonríe ampliamente y arruga la nariz cuando mis ojos se pasan más tiempo del normal sobre él.

–Ya deja de mirarme.

–Estás guapísimo. —confieso.

–Layla, eres mi hermana. —ruedo los ojos.

–Idiota, mejor vámonos.

Lo escucho reír detrás de mí mientras abandonamos mi casa, su auto está al otro lado del jardín y me informa que nos iremos en él y lo agradezco, no me apetece conducir con estos tacones.

El ambiente otoñal se siente en cada particula de aire, las hojas de los árboles ya han comenzado a caer con la  llegada de octubre, me acomodo en el auto que desciende por las calles de Witko, ya la noche comienza a apoderarse de la ciudad y los establecimientos comerciales encienden sus luces iluminando todo.

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