Capitulo 46

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Toni.

Dentro del amplio espacio de mi despacho el único sonido que se escucha es el repiqueteo de mis dedos contra la madera del escritorio, Amisha está frente a mí con la boca rota y un ojo morado, mi padre a su lado la escuadriña con mucho enojo, ambos callados sin ser capaces de emitir palabra mientras mi hermana baja la cabeza avergonzada.

–Una Gambino, portadora del apellido mas importante de la pirámide se deja vencer por un imbécil y una ramera. —suelta mi padre con reproche.

–Es una buena contrincante, además no estaba sola, él también me....

–Te he visto matar hombres sin esfuerzo alguno. —mi padre interrumpe su estúpida escusa. –Y ahora no puedes con dos imbéciles que se las dan de superhéroes.

–Papá nos tomaron desprevenidos, ni siquiera sabíamos quienes eran los infiltrados, mucho menos que se encontraban en el despacho.

Mi padre no dice más y sé que se está conteniendo para no soltarle todo lo que tiene guardado, que a de ser mucho.

Nuestra reunión privada es interrumpida por Crysta que entra como si nada dejándose caer en mis piernas.

–¿Faltaba algo en el despacho? —pregunto y Amisha finalmente levanta la cabeza para mirarme.

–Los planos no estaban, estoy segura que los tomaron y la laptop... —pasa saliva. –La alarma sonó.

–¡Filtraron información los hijos de puta! —se escandaliza mi padre.

–No... No pueden... Ellos... —el tartamudeo de mi hermana es símbolo de miedo a la reacción de nuestro padre. –Tenemos una buena seguridad.

–Los perros lame botas de la CIA se infiltraron en la fiesta, se hicieron pasar por nuestra gente y dudas de sus capacidades para hackear una computadora y filtrar información, te creía más inteligente Amisha.

La voz de Carolina Irasabal nos hace centrar la atención en la puerta y ahí está ella, alta, elegante, de figura esbelta, pechos firmes, piernas torneadas,, vistiendo sus majestuosos vestidos de telas carísimas, oliendo esos exquisitos perfumes caros que tanto le gustan, sus ojos verdes, de un verde menta se pozan en mi hermana, intimidantes, con sus peinados clásicos de los noventa, da varios pasos hacía nosotros, mostrando esa serenidad y poder que se carga, la única mujer que la pirámide respeta, siendo una organización machista, porque Carolina, mi madrastra es una mujer con carácter imponente, que se hace escuchar y respetar, sanguinaria, con una mente fría y calculadora, es la que a mantenido a esta familia unida y a flote.

–Yo...

–Actuaste sin pensar cuando descubriste que estaban infiltrados en la fiesta, no pusiste cuidado y por eso terminaste así. —señala su rostro con su larga uña pintada de rojo cereza. –Tu sed de venganza te ciega cuando tienes al alcance a los asesinos de tus hermanos y eso va a arruinar todo lo que hemos construido.

El tono de voz es firme, Carolina no alza la voz, mantiene un tono regulado pero cuando habla se hace escuchar, intimida y pasa justo lo que ahora, hace tragar las palabras a cualquiera, como a Amisha.

–¿Por qué estás tan callado Toni?. —inquiere mi padre y me encojo de hombros.

–No tengo nada que alegar.

–¡Nunca tienes nada que decir! Siempre estás ahí todo altanero, detrás de ese escritorio, manejando gente a tu antojo mientras fumas puros y bebes vino, tus únicas preocupaciones son vestir bien y que no se te termine la reserva de la bodega, ¡Estoy harta que la única que quiera actuar para matar a esos malditos sea yo!

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