Placer y Obsesión

Capitulo 63

Juramento.

Layla.

Aspiro el aroma del café caliente que tengo frente a mí, mi labio inferior tiembla, no ha dejado de hacerlo desde esta mañana, por mucho que he querido contener los sollozos estos salen una y otra vez sin control ni remedio.

Todo salió mal, quizás estaba destinada a esto y es el pago por mis malos actos, yo solo quería contarle todo a Ian, no esperaba una bonita reacción de su parte pero tampoco quería que las cosas se salieran de control.

Me siento tan culpable por todo esto, Ian no se merecía que lo engañara de esa manera, siempre estuvo ahí para mí, dándome su amor incondicional, siendo un gran amigo y un excelente novio, ¿Y como le pagué? Con infinitas tradiciones y crueles mentiras.

Por seguir mis sentimientos y ser impulsiva con respecto a lo que siento he terminado lastimando personas, desde un tiempo acá todo lo que hago termina en caos, termina jodiendo a los demás que se supone no tienen nada que ver, desde mi relación clandestina con Daniel hasta mis malas decisiones con respecto a los Gambinos.

Mis decisiones siempre ayudaban y beneficiaban a los demás, pero al parecer el amor me a nublado tanto la mente que no hago más que cometer errores que terminan dañando a los demás.

Ya no aguanto una perdida más, ni física ni emocionalmente, he perdido a Cameron, a Ian, perderé a Claudia y a los miembros de su familia, ya no quiero perder mas amigos, no aguanto una más, pero es tan cierto el; "Cosechas los que siembras"

Traiciones y mentiras, eso es lo que he sembrado yo y en cambio estoy cosechando rechazo, pérdidas, decepciones.

Llaman a la puerta pero ni me inmuto, me quedo sentada en el sillón, abrazando mis piernas, recordando el dolor y decepción en los ojos de Ian, su mano impactando contra mi mejilla, el dolor que me recorrió no por el golpe, más bien porque no me esperaba que ese Ian que yo había conocido fuera el mismo que tenía frente a mí, capaz de lastimarme físicamente, pero, ¿Que esperaba? Si había descubierto mi infidelidad y mentiras.

La pantalla de mi móvil se ilumina con la llamada de Amanda y sin ganas lo respondo.

-Dime.

-¡Abre esa maldita puerta antes de que la derribe como karateka endemoniada!

Me arrastro hacia la puerta y la dejo pasar, ocultando mi mejilla enrojecida y rasguñada por el anillo de Ian.

-¿Pero que pasó aquí?

Pregunta horrorizada y si, mi salón y desayunador es un desastre de jarrones rotos, figuras tiradas al suelo, flores esparcidas por doquier, Ian y Daniel se encargaron de hacer este desastre cuando se fueron a golpes.

-¿Y a ti que te pasó en la mejilla?

-Todo se fue a la mierda Amanda.

Me dejo caer en uno de los sofás y ella hace lo mismo reparando mi rostro.

-Cuentame que pasó exactamente.

-Ian lo sabe todo, lo de Daniel, que estuve con él incluso mientras manteniamos una relación.

-Lay, lo siento tanto.

Y le hago un resumen detallado de todo, de como se encontraron, la reacción de Ian y lo frío y violento que se volvió Daniel cuando lo vió golpearme, le cuento todo entre lágrimas que no he podido retener desde que Ian llegó a casa y comenzó a gritarme, pensé que ambos se matarían a golpes o más bien Daniel lo mataría a golpes con la fiereza impavida que lo atacaba.

Amanda se queda estupefacta con todo lo que le cuento y se toma unos minutos para respirar y poder coordinar sus palabras.

-No puedo creer que Ian haya Sido capaz de golpearte, lo creía el mejor hombre del mundo, incapaz de hacerle daño a una mujer y mira.