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Cuando pudo mirar a su alrededor nuevamente, Xavier se dio cuenta que estaban en una playa, porque sentía el aire levemente salado chocar contra su rostro. Logró ver una pequeña cabaña en la costa, pero sus ojos fueron nuevamente hacia Hermione.

—¿Estás bien?—Cuestionó el chico.

Claramente, Hermione no parecía estar bien, pero no logró escucharlo de sus labios cuando sintió que todo el mundo daba vuelta ante sus ojos, sintiendo sus piernas débiles, terminando por caer en la arena. El grito de Hermione se escuchó ahogado en sus oídos, pero su atención se había ido a sus propias manos, las cuales se encontraban manchadas de sangre luego de haber tocado su costado al sentir una extraña incomodidad.

La daga de plata de Bellatrix relucía con gotas de sangre en el costado de su abdomen, y atribuyó el mareo que sentía a la pérdida de sangre; Aunque su atención fue a la daga que permanecía enterrada en el elfo doméstico que había visto servir a los Malfoy durante los años en los que vivió con ellos. Supuso que Bellatrix había alcanzado a utilizar el encantamiento Geminio para duplicar las dagas antes de que desaparecieran, y así, deshacerse de los traidores como él.

Rasgó su propia camisa en medio de su desvanecimiento, y, aguantando el punzante dolor, quitó la daga y envolvió su torso a sangre fría alrededor de este, frunciendo el ceño y sintiendo las miradas apenas terminó de vendarse a él mismo.

Seguía en un estado débil de consciencia cuando le ayudaron a caminar hacia la cabaña junto a la costa, encontrándose con el rostro conocido de Bill Weasley y Fleur Delacour en el interior, siendo rápidamente socorrido por la francesa, quien también se había ocupado de evaluar el estado de Hermione, quien tampoco se encontraba muy bien luego de aquella sesión nada agradable de tortura con Lestrange.

Cuando supo que estaba seguro dentro de esa cabaña, recostado en una cama de madera, se dejó caer en la inconsciencia necesaria para reponerse, sabiendo que en la cama contigua, Hermione estaba haciendo lo mismo.

[...]

Xavier despertó horas después en medio de la noche, sobresaltado, porque su antebrazo izquierdo ardía como si estuvieran quemándole con fuego, y parecía no ceder en ningún momento. Era obvio que le llamaban, que le buscaban para deshacerse de él, y supo que no podía seguir allí, junto a Hermione, porque solo serviría como un cebo para atraer a Voldemort hacia ellos, y sería totalmente en vano haberles ayudado a escapar.

El chico se levantó de manera silenciosa, evitando arrastrar sus pies por el piso de madera a pesar de sentir sus piernas pesadas aún, deteniéndose frente al pequeño escritorio que permanecía a un costado de esa habitación, con algunos libros desparramados en su superficie y algunos pergaminos. Parecía que utilizaban esa habitación como un estudio antes de colocar dos camas improvisadas en el lugar, porque, además de ese mueble, habían repisas a un costado repletas de libros y otras antigüedades. No lo pensó dos veces antes de tomar uno de los trozos de pergamino, comenzando a escribir con una de las plumas que habían allí.

«Hermione:

No puedo permanecer junto a ti por más tiempo, porque eso significaría ponerte en riesgo. Es claro que Quién-Tu-Sabes ya ha puesto precio a mi cabeza, y sería una irresponsabilidad mía seguir con ustedes, cuando mi posición solo les hace ser más susceptibles a ser capturados.

Por ahora, puedo decirles que Bellatrix tiene un horrocrux en su bóveda, y es por esa la razón de su insistencia en saber si habían ingresado a ella o no. Tienen que encontrar una forma medianamente segura para que puedan entrar.

Cuando sea el momento adecuado, volveremos a encontrarnos, y espero que sea para una batalla final, y no tener que seguir en la incertidumbre. Mientras tanto, espero que logren cuidarse, porque yo seguiré velando por ti de la misma forma que lo he hecho durante todo este tiempo.

Te amo, Herms.

X. » 

Xavier selló aquella carta con magia para que solo Hermione fuera capaz de abrirla, saliendo finalmente de esa habitación.

El pasillo se encontraba en silencio, y ese silencio se mantuvo a pesar de que el chico atravesó toda la cabaña para salir de ella, aunque no contaba con encontrarse a Potter a las afueras, sentado en el pórtico, esperando algo, o simplemente, esperando que el tiempo pasara rápido. Sus ojos se encontraron momentáneamente, y Xavier no tardó en sentarse junto al chico.

—Sirius siempre insistió que tu deberías haber quedado en Gryffindor como él—Comenzó Potter, luego de un tiempo en silencio—. Nunca le creí porque sentía cierta aversión hacia ti desde que te conocí, y desde que comenzaste a salir con Hermione. Pero ahora entiendo que Sirius siempre tuvo razón, y me di cuenta que nunca te odié. Fue valiente haberte enfrentado a Bellatrix, y haber llegado hasta aquí con nosotros... Puede que hayas sido más valiente que muchos Gryffindors durante todo este tiempo, Xavier. Y, realmente, creo que no habríamos llegado aquí si no nos hubieses ayudado.

—Lo que no me hizo Gryffindor fue que siempre seré valiente cuando se trate de proteger a los que amo—Murmuró el chico Black—. Y haría cualquier cosa para hacerlo, a pesar que sea éticamente incorrecto para algunos. Esa es la diferencia—Xavier se levantó al cabo de un rato—. Yo tampoco te odié, nunca. Pero sí puedo admitir que me sentí celoso de la atención que recibías de Sirius cuando él es el único que sigue vivo de mi familia cercana. Aunque, en tu situación, ya no podría sentirme celoso...—Harry rodó los ojos al oír la risa de Xavier, aunque no duró por mucho tiempo—. Recuérdale a Hermione que la amo, y que era mejor irme antes que algo peor suceda.

—Lo haré—Harry asintió a las palabras del Black—, aunque ya debe tenerlo más que presente.

Xavier comenzó a caminar con sus manos en sus bolsillos, aunque terminó sacando una de ellas para presionar su costado. Se giró a mirar por última vez a Potter, notando que seguía en su misma posición.

—Hay algo que solo puedo decírtelo a ti—Murmuró Xavier, lo suficientemente audible para el contrario—, porque si se lo digo a Herms, es seguro que intentará golpearme... Si algo llega a sucederme, dile que sea feliz con Weasley. Se nota que esa zanahoria siente algo por ella aunque intente ocultarlo, y puede que ella también al fin y al cabo.

El más joven de los Black desapareció apenas vio a Potter asentir con su cabeza, huyendo de allí, y huyendo también de los mortífagos que vendrían tras de él.

UNDER CONTROL  ━━ hermione grangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora