Habían pasado varias semanas desde marzo, porque junio había llegado de manera inevitable, generando ansiedad a cada estudiante de quinto año, porque se acercaba nada más y nada menos que la rendición de los T.I.M.O.S.
Xavier había pasado día y noche estudiando junto a Cho, Ben y Lea; su tiempo de descanso y recreación se había reducido al mínimo, guardando un par de horas para recomponer sus energías durmiendo.
Recibía lechuzas semanales de Sirius y otras de Narcissa, quien le enviaba dulces para recuperar energías a medida que estudiaba, o para encontrar fuerzas para seguir.
Las dos semanas de exámenes fueron intensas, pero poco a poco, iba relajándose cada vez que salía de algún examen, teniendo la certeza que aprobaría todos.
Xavier Black se sentía completamente confiado de sus habilidades, y quizás eso ayudaba mucho a su desempeño.
El día 24 de junio, Xavier pudo afirmar que había terminado la caótica rendición de sus T.I.M.O.S, al mismo tiempo que era turno de la realización de la última prueba del Torneo de los Tres Magos.
Como la prueba no se llevaría a cabo hasta la noche de ese día, Xavier durmió toda la mañana, y se dignó en hacer acto de presencia para la hora de la cena, sentándose junto a Lea en la mesa de Slytherin, con una sonrisa casi de oreja a oreja.
—Se siente bien volver a dormir más de cuatro horas, ¿No crees?—Soltó el chico, sirviéndose una gran porción de comida.
—Ya creía que habías muerto—Respondió la chica Rosier—, Ben subió a tu habitación y no reaccionabas. Estuvimos a punto de llevar al profesor Snape, pero supimos que seguías vivo cuando le gritaste a Ben que se fuera.
—Oh, creí haber soñado eso—Xavier se encogió de hombros y se decidió a comer.
En cada mesa, hubieron más platos de lo habitual, y el ambiente parecía sentirse energético y ansioso por lo que estaba por acontecer luego de la cena.
Cuando el techo encantado comenzó a pasar del azul a un morado oscuro, Dumbledore, en la mesa de los profesores, se puso en pie y se hizo el silencio, al mismo tiempo que las mesas volvían a estar vacías, indicando que había terminado la cena.
—Damas y caballeros, dentro de cinco minutos les pediré que vayamos todos hacia el campo de quidditch para presenciar la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos. En cuanto a los campeones, les ruego que tengan la bondad de seguir ya al señor Bagman hasta el estadio.
Los aplausos se extendieron en el lugar cuando los campeones se levantaron de las mesas y salieron del lugar siguiendo a Ludo Bagman. Cuando las puertas se cerraron detrás de ellos, fue turno del resto de levantarse, dispuestos a seguirlos hacia el campo de quidditch.
El chico Black se dirigió al campo de quidditch junto a Lea en medio de los estudiantes de Slytherin, y cuando llegaron allí, se unieron a Cho y a Ben, quienes reservaron lugares cercanos a los Hufflepuff para apoyar a Cedric.
—¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡el señor Cedric Diggory y el señor Harry Potter, ambos del colegio Hogwarts! —Se oyeron varios aplausos ante la mención de los dos chicos por parte de Lud Bagman—. En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Viktor Krum, del Instituto Durmstrang! —Más aplausos—. Y, en tercer lugar, ¡la señorita Fleur Delacour, de la Academia Beauxbatons!
—No vayas a desmayarte, Cho—Xavier soltó una risita al ver lo pálida que se veía su amiga—. Cedric estará bien, espero que él sea el ganador.
Ambos chicos desaparecieron en el gran laberinto que habían montado en el campo de Quidditch, seguidos por Viktor Krum y luego por Fleur Delacour.
Los minutos pasaban lentos, y no parecía ocurrir nada relevante, solo hasta que se oyó que Fleur Delacour había sido la primera en salir del laberinto, algo herida, y claramente, sin la copa que se encontraba en medio de este.
La mirada de Xavier divagó por las graderías del campo de Quidditch, intentando entretenerse mirando al resto. Se dio cuenta que algunos parecían caer dormidos en cualquier momento, otros tarareaban canciones, y pudo ver la cabellera pelirroja de los gemelos Weasley moverse de un lado a otro, incitando a las apuestas para saber quién sería el ganador esa noche.
Desgraciadamente, su mirada se topó con la de Hermione, quien le miraba fijamente desde ese extremo. Y podría haber seguido así, pero la mirada de ambos se dirigió a la entrada del laberinto, por donde ahora salía Viktor Krum en pasos tambaleantes, igual de golpeado que Fleur.
La tensión en el lugar había llegado a su punto máximo cuando todos se percataron que solo faltaba que Cedric y Harry salieran del laberinto.
El tiempo pasó más lento, hasta que, de un momento a otro, en tan solo un parpadeo, el cuerpo de Harry y de Cedric apareció en medio de la entrada al laberinto, con una reluciente copa junto a ellos.
La orquesta no tardó en comenzar a tocar una alegre canción, al mismo tiempo en que los gritos no tardaron en oírse junto a las celebraciones por la victoria de Hogwarts, aunque sin saber exactamente cuál de los dos campeones les había llevado a ella.
Un mal presentimiento se instaló en Xavier cuando se percató que solo Harry parecía moverse, jalando a Dumbledore para hablarle de cerca cuando el anciano se le acercó.
Los gritos de alegría fueron remplazados por gritos de horror cuando todos cayeron en cuenta de lo que sucedía, y Xavier no dudó en tomar del brazo a Cho, deteniendo cualquier movimiento que fuera a hacer.
—¡Cedric Diggory ha muerto!
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UNDER CONTROL ━━ hermione granger
FanfictionEn donde el último hijo de Orión y Walburga Black, Xavier Black, tiene que soportar ser apuntado por los delitos de su hermano mayor, a quien apenas conoció. O en donde Xavier tiene que acostumbrarse a lidiar con personas curiosas acerca de su extr...