2.15

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A las once de la mañana del sábado, Xavier ya se había encontrado con su hermano en forma animaga en Hogsmeade, y cuando ya habían caminado juntos por casi treinta minutos, logró ver como su hermano retomaba su forma humana cuando llegaron a una cueva, donde logró ver al majestuoso hipogrifo Buckbeak.

—Estás hecho un desastre—Fue lo primero que dijo Xavier cuando vio a su hermano con las mismas prendas que llevaba la última vez que se vieron.

—¿Crees que tuve tiempo para tomar una ducha?—Respondió Sirius, revisando la comida dentro de la mochila que Xavier traía.

—Es obvio que no—Xavier chasqueó su lengua—, pero podrías hacerlo. Sabes que nadie conoce la ubicación de la casa de nuestros padres más que yo y tu. Podrías ir allí, Kreacher tiene bastante limpio.

—Ese maldito elfo—Murmuró Sirius, llevándose a la boca un par de galletas—, pero iré. Lo había olvidado completamente...

Xavier se encogió de hombros y se sentó en una piedra, soltando un suspiro, mirando a su hermano mayor comer con desespero.

—¿Por qué has venido?—Habló el chico al cabo de unos minutos—. Deberías estar escondido y no arriesgando tu ilegal libertad.

—Vine a cumplir mi deber como hermano mayor y padrino—Respondió el contrario—, luego me reuniré con Harry. Y no te preocupes mucho, Xavier, paso desapercibido como un perro vagabundo de buenos modales.

—Aún así, te arriesgas a que te reconozcan—Reprochó el menor—, no deberías haber escuchado a Potter. Sabes que ya delira con todo lo relacionado al torneo, a los mortífagos y a Voldemort. Su juicio está lo suficientemente dañado como para no fiarse de sus palabras.

—No está mintiendo con respecto a los Mortífagos en Hogwarts, Xavier—Sirius miró al menor—. Debes saber que Snape es mortífago, ¿Cierto?—Xavier asintió, recordando que lo supo escuchando a escondidas una conversación de Lucius con el profesor—. Desde los tiempos en los que estudiaba en Hogwarts, Snape poseía una reputación fuertemente relacionada con las artes oscuras y todo lo que conllevaba eso. La mayoría de su pandilla de Slytherin terminaron siendo Mortífagos. Rosier y Wilkes los mataron un año antes de la caída de Voldemort, los Lestrange siguen en Azkaban... Y claro, Lucius Malfoy, quien salió ileso de todo, al igual que Avery y otros que trabajan en el ministerio.

Xavier se sorprendió un poco al oír la mención del apellido de Lea, y se dio cuenta que nunca le había preguntado a la chica porqué vivía con su abuela, aunque ya podía suponer algo al respecto.

El chico se perdió en sus pensamientos, mirando hacia el cielo desde la entrada de aquella cueva, y no salió de ellos hasta que sintió una mano en su brazo.

—Xavier—Le llamó Sirius, y el chico decidió dirigirle la mirada—, los tiempos están volviendo a ser oscuros como en el pasado... Y solo necesito saber que nunca, nunca, cederás a las ansias de poder o de cualquier cosa que un mago oscuro como Voldemort pueda darte. Puedes confiar en mi, ¿Está bien? Estaré para ti siempre, ya no quiero perder a otro hermano por ello... Solo, prométemelo.

—Claro que sí, Sirius—Respondió Xavier—, lo prometo.

Ambos hermanos compartieron un abrazo, mientras que la cabeza de Xavier volvía a llenarse de miles de interrogantes sobre el futuro próximo, sintiendo leve temor ante lo inesperado que podría ser.

Xavier y Sirius siguieron hablando por un par de minutos más, para luego salir de esa cueva y regresar a la carretera de Hogsmeade. Mientras se acercaban más a esta, el adolescente logró ver a tres figuras esperando, y cuando estuvieron más cerca, se percató que se trataba de Potter, Weasley y Granger.

El chico le dio unas leves palmadas en el lomo a su hermano en su forma animaga en forma de despedida, compartiendo una mirada con el trío antes de caminar por la carretera, de vuelta al pueblo mágico.

Xavier logró ver la cabellera castaña de Lea Rosier fuera de Honeydukes, apresurando sus pasos para tomar su mano, y sin detenerse, terminó por entrar a Las Tres Escobas junto a la chica, sentándose junto a ella en una de las mesas más ocultas del lugar, debatiéndose internamente si lo que pensaba hacer era la mejor decisión.

—¿Qué tanto confías en mi, Lea?

La chica miró a su acompañante, por largos segundos, con la confusión impresa en su rostro. Xavier logró darse cuenta que, por debajo de la mesa, Rosier se pellizcaba los dedos, como solía hacer siempre que pensaba demasiado.

—Eres mi mejor amigo, Xavier—Finalmente respondió, al mismo tiempo que Madame Rosmerta dejaba un par de cervezas de mantequilla sobre la mesa—. Y puedo afirmar que confío plenamente en ti, pero, ¿Tu confías en mi?

Xavier Black se dio cuenta que Lea Rosier se había convertido en su primera mejor amiga en ese momento, cuando fue la primera persona a quien le confesó todo lo que ocultaba a Cho y a Ben, lo que nunca podría decir y que nunca encontraría la forma de explicar. Confesó las cartas que se enviaba con Sirius, los encuentros con su hermano y todo lo que llevaba en su cabeza: sus miedos, inseguridades y más.

Había confesado todo en frente a la chica casi en un vómito verbal, pero se dio cuenta que él no era el único con secretos difíciles de revelar.

Escuchó con atención la historia familiar de Lea, como sus madre y su padre, mortífagos, habían sido asesinados por aurores dejándole en manos de su abuela paterna, una aurora retirada que parecía estar en contra de las artes oscuras, cuando su estrecha relación con ellas le habían hecho tener que huir un tiempo de Inglaterra para que los rumores cesaran luego de la muerte de su único hijo.

Salieron del lugar de regreso al castillo sin detener su conversación, y de esa manera, hicieron una silenciosa promesa de estar el uno para el otro, porque realmente los tiempos que se acercaban parecen ser cada vez más difíciles.

Y no tenían a nadie más en quien confiar.

UNDER CONTROL  ━━ hermione grangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora