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Todo fue en picada desde que la profesora Umbridge había descubierto el grupo de Potter llamado el "Ejército de Dumbledore", porque, a la mañana siguiente, toda la escuela se enteró de la huida de Dumbledore y sobre el nombramiento de Dolores Umbridge como la nueva directora de Hogwarts. 

Esa misma mañana, todos los integrantes de aquel desmantelado grupo habían sido sometidos a los medievales castigos de Umbridge con esas plumas sanguinarias, siendo vigilados por parte de la Brigada Inquisitorial, además de el señor Filch y la misma mujer. 

Xavier vagó por los pasillos del primer piso del castillo, junto a Lea y Draco, quienes se encontraban entretenidos en una charla de un tema que el chico Black ni siquiera escuchó al estar metido en sus pensamientos, aunque volvió a la realidad al oír como se acercaban a un ruidoso grupo de personas en el vestíbulo de la entrada.

—Oh, era de esperar que realmente fantaseara con sentarse en la oficina del Director—Se oyó la voz de Hermione cada vez más fuerte—, poniéndose sobre los otros profesores. Esa estúpida, creída, vieja loca por el poder...

—¿Realmente quieres terminar esa frase, Granger?—Draco interrumpió el discurso de la chica. Xavier pudo percatarse de que, como siempre, se encontraba con Weasley y Potter, además de un chico de Hufflepuff que desconocía—.  Me temo que le voy a tener que quitar unos cuantos puntos a Gryffindor y a Hufflepuff.

—Solo los profesores pueden quitarle puntos a las casas, Malfoy—Replicó el chico Hufflepuff, provocando que Lea soltara una risa.

—Nosotros también somos prefectos, Malfoy—Añadió Weasley, en un murmullo enfadado.

—Pero no somos simples prefectos, Weasley—Lea se cruzó de brazos—, somos de la Brigada Inquisitorial, y podemos quitar puntos gracias a la profesora Umbridge. 

—Considerando lo que dijo Lea—Volvió a hablar Draco—, a Granger le quitaré cinco puntos por hablar mal de nuestra Directora; a Macmillan, cinco por contradecirme; a Potter, cinco porque no me cae bien...

—A Weasley le quitaremos cinco puntos porque trae la camisa afuera y parece vagabundo—Prosiguió Lea, aguantando una risa—, y a Granger otros diez puntos, por sangre sucia y por ser una zorra de pies a cabeza.

Xavier solo miró de reojo a Lea ante sus últimas palabras, pero mantuvo su semblante relajado, a pesar de sentir molestia por ello, limitándose a rodear los hombros de la chica con uno de sus brazos para arrastrarle con él y seguir caminando, evitando así, que siguiera soltando mordaces comentarios para humillar a Hermione, aunque una parte de él, escondida, quisiera seguir viendo eso. 

—Antes de que digas algo—Lea comenzó a hablar luego de varios metros—, se lo merecía. Y Draco me apoya en eso, ¿Cierto?

—Draco te apoyará en cualquier cosa que sea humillar a cualquier estudiante que no sea Slytherin—Soltó Xavier, oyendo un ruido de afirmación de su primo—, pero no cuestionaré tus decisiones. 

Caída la tarde, el castillo nuevamente se volvió una locura cuando fuegos artificiales comenzaron a rondar sin control por cada salón de clases y cada rincón, explotando y dejando una estela colorida de chispas que dejaban en claro que los responsables de todo eran los gemelos Weasley. De la misma manera, la profesora Umbridge corrió de un lado para otro intentando sacar los pantanos portátiles que ocupaban pasillos enteros, además de atender a los llamados de los profesores para deshacerse de los fuegos artificiales. 

Xavier tuvo que ser bastante cauteloso con sus pasos y acciones, conjurando sobre sí mismo algunos hechizos que había leído en algunos libros para protegerse, porque no habían tardado en aparecer las consecuencias de intentar detener a los gemelos en los integrantes de la Brigada Inquisitorial: a Pansy le habían crecido cornamentas en la cabeza;  el cabello de Draco se había vuelto de color verde fluorescente y sus orejas habían crecido como las de un elefante; los rostros de Blaise y Theodore se habían vuelto irreconocible con las gigantescas pústulas que habían aparecido en ellos; y Lea había perdido todo el cabello, como si alguien la hubiese rapado. 

La historia de los gemelos Weasley en Hogwarts había llegado a su fin cuando el par huyó del castillo montados en sus escobas, dejando que los últimos fuegos artificiales en el cielo dejaran ver el próximo paradero de estos: Sortilegios Weasley en el famoso Callejón Diagon. 

[...]

Los exámenes para los estudiantes de sexto curso habían terminado cuando habían comenzado los T.I.M.O.S. para los de quinto, por lo que no había sido de esperarse que Draco y sus amigos le rogasen tanto a él como a Lea por ayuda para repasar las materias. 

Lo ocurrido con los gemelos Weasley había pasado hace un par de días, y por suerte, ya todos habían vuelto a la normalidad, a excepción de Lea, a quien la señora Pomfrey solo había logrado hacer crecer su cabello a la altura de su hombros, quedando totalmente en el olvido su largo cabello con algunas mechas rubias. La chica había estado de mal humor durante todo ese tiempo, quitando puntos a cualquier estudiante que no fuera de Slytherin que se cruzaba en su camino, pero poco a poco, estaba aceptando su nuevo estilo. 

El último T.I.M.O., de Historia de la Magia, era ese día, por lo que Xavier ya estaba bastante exhausto de tratar de que Pansy entendiera sobre los derechos de los duendes, sintiéndose aliviado cuando sus amigos de curso menor, junto a su primo, abandonaron la sala común, dejándoles a solas con Lea entre la pila de libros. 

—No creí que Pansy fuera tan tonta—Confesó Xavier, sin pelos en la lengua—. Creo que es más fácil lanzarle un Imperius para obligarle a entender. 

—Lamentablemente, es una cabeza hueca—Añadió Lea, levantándose del sofá—, pero es buena amiga. Ahora, mueve tu trasero, vamos a robar comida a las cocinas.

Xavier sonrió, levantándose y tomando la mano de su amiga para salir de la sala común. 

UNDER CONTROL  ━━ hermione grangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora