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El grupo conformado por tres Gryffindors y un Slytherin llegaron durante la madrugada a la enfermería, escoltados por el profesor Snape.

Habían hallado a Harry desmayado junto a Sirius en un lago congelado, luego de que un poderoso patronus ahuyentara a un centenar de dementores, liberando una cegadora luz que permitió encontrar a ambos en el bosque.

Weasley se encontraba en una camilla en reposo, con su pierna vendada en la zona donde había sido mordido por Sirius en su forma animaga. El pelirrojo no dejaba de mirar su pierna, haciendo muecas de molestia, dolor, y lo que parecía ser ganas de llorar.

Hermione se acercó a la camilla en donde se encontraba Harry al percatarse que el chico de movía, quien parecía bastante desorientado cuando estuvo completamente consciente.

—¡Harry, atraparon a Sirius!—Soltó la chica—. ¡Lo someterán al beso del dementor! ¡Le quitarán el alma!

Las puertas de la enfermería se abrieron de golpe, revelando la presencia del profesor Dumbledore.

—¡Profesor Dumbledore, debe hacer algo!—Exclamó Hermione, afligida.

—¡Sirius es inocente—Continuó Harry—. ¡Tienen al hombre equivocado!

—Tienen razón—Habló Xavier, levantándose de la silla que estaba ocupando—. La rata de Weasley resultó ser un animago no autorizado, Peter Pettigrew.

—¡Créanos, profesor!—Hermione casi rogaba en ese momento.

—Les creo, señorita Granger—Respondió el profesor Dumbledore—. Pero el testimonio de tres chicos de trece años y uno de catorce no será suficiente para convencer a algunas personas, ni al Ministro de Magia.

El anciano se paseó por la enfermería, meditando en silencio.

—Lo que necesitamos es ganar tiempo —dijo Dumbledore despacio, mirando a Harry, Hermione y Xavier. La chica Granger pareció entender la indirecta del profesor—. Bien. Sirius está encerrado en el despacho del profesor Flitwick, en el séptimo piso. Torre oeste, ventana número trece por la derecha. Si todo va bien, esta noche podrán salvar más de una vida inocente. Pero recuerden: no los pueden ver. Señorita Granger, ya conoces las normas. Sabes lo que está en juego. No deben verlos.

Dumbledore se alejó y al llegar a la puerta se volvió a ver a los adolescentes.

—Señorita Granger; tres vueltas deberían bastar—Murmuró—. Les deseo buena suerte.

El profesor Dumbledore abandonó el lugar, y Hermione, rápidamente, sacó un collar de dentro de su sudadera, colocando un extremo de la cadena alrededor del cuello de Harry, mirando a Xavier.

—¿Vienes con nosotros?—Cuestionó Hermione.

—No soy fan de los giratiempos—Xavier declinó la oferta, pero aún así, se acercó. Detuvo los movimientos de Hermione y dejó un pequeño beso en los labios de la chica, sin importar que el otro par estuviera mirando—. Cuídate—se giró a mirar a Potter—, y tú no mueras.

Se apartó de ellos y vio la magia. Hermione dio tres vueltas al giratiempo, y en un parpadeo, ya no se encontraban en la enfermería.

La puerta de la enfermería se abrió de golpe, dejando ver el rostro de Harry y Hermione, lo que logró quitar la breve preocupación por la chica de su mente.

—¿Cómo llegaron ahí?—Exclamó Ron, con la voz temblorosa—. Hace un segundo estaban ahí, y ahora, entraron por la enfermería.

—Magia, Weasley—Respondió Xavier—. Simplemente, magia.

[...]

Al otro día, era el último día de clases para todos los estudiantes, como también para el profesor Lupin, porque Snape no se había quedado con los brazos cruzados y había informado a todo Slytherin que Lupin era un hombre lobo.

Como todos los años, desde que Harry Potter había llegado a Hogwarts, Gryffindor ganó la copa de las casa por tercer año consecutivo, dejando al resto de las casas desanimadas mientras estos celebraban, pero de todas maneras, había terminando siendo un año relativamente tranquilo, sin un basilisco por los pasillos.

Se encontró con sus amigos en un compartimiento en expreso en dirección a King's Cross, los cuales no dejaron de comentar sobre los recientes hechos, sin mencionar mucho a su hermano mayor.

Xavier se disculpó con ambos y salió del compartimiento, caminando por el pasillo en busca de Hermione, porque había una última pregunta por hacer antes de que comenzaran las vacaciones de verano, sonriendo cuando se encontraron de frente.

—Tengo que decirte algo—Siendo como un cliché, ambos hablaron al mismo tiempo, soltando una risa, lo que se repitió nuevamente—. Habla tú primero.

Xavier terminó hablando primero, riendo un poco por lo ocurrido.

–Este verano son es el mundial de Quidditch—Comenzó el chico—, me gustaría que fueras conmigo. Claro, si es que ya no te han invitado tus amigos.

—Me encantaría ir contigo, Xavier—Respondió la chica, sonriendo—. Pero tengo que preguntarte algo antes—Hermione pareció nerviosa de golpe, pero no bajó la mirada—. Tu sabes que me gustas, Xavier. ¿Querrías ser mi novio?

—Yo iba a hacerte esa pregunta—El chico Black sonrió, pasando una de sus manos por su cabello, en señal de nerviosismo—. Pero sí, sí quiero ser tu novio, Herms.

Y, sin importar que alguien los viera, se unieron en un tierno beso que marcaba el inicio de su relación, y podrían haber seguido así, pero Xavier tuvo que separarse al sentir un picoteo en su mano, viendo que se trataba de una pequeña lechuza que había aparecido de la nada, dejando una carta en sus manos para luego salir disparada por el pasillo.

—¿Qué demonios?— Susurró el chico, viendo que el sobre traía su nombre.

No tardó en abrirlo, sabiendo de quien se trataba apenas comenzó a leer la carta, junto a Hermione.

"Querido Xavier, mi hermano pequeño,

Espero que sea Xavier quien lea esta carta. Si es así, te escribo para hacerte saber que estoy bien, y a salvo. Harry y Hermione me ayudaron a ser libre.

Creo que los dementores siguen buscándome, pero he logrado evadirlos, y espero seguir haciéndolo.

Se que no estuve durante tu infancia, ni fui capaz de cuidarte cuando madre murió por obvias razones, pero ten la certeza de que te amo, Xavier, porque eres la única familia que me queda. Me gustaría forjar una relación contigo, sin considerar el pasado o las ideas que alguna vez madre pudo haberte dicho sobre mi.

Quiero que me conozcas, hermano, y yo quiero conocerte a ti, para ser el hermano mayor que mereces, aunque ya estoy bastante viejo como para ser tu padre.

Puedes escribirme si me necesitas, porque siempre estaré para ti, Xavier.
Cuídate mucho, hermano.

Sirius.
PD: ¡Ya pídele a Hermione que sea tu novia!"

Xavier sonrió con sinceridad y guardó la carta en su bolsillo.

Ahora solo quedaba esperar que todo mejorara desde ese día.

UNDER CONTROL  ━━ hermione grangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora