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Xavier había sentido que toda la alegría, luego de la victoria de Irlanda, había desaparecido de su cuerpo cuando tuvieron que abandonar la tienda de los Malfoy por los disturbios provocados en el campamento, sosteniendo a Draco de uno de sus brazos para evitar que se alejara y perdiera en la multitud, siguiendo a Narcissa, mientras que Lucius ni siquiera había estado con ellos cuando huyeron. Y, a pesar de mostrarse indiferente, tenía miedo. 

¿Quién no lo tendría? Eran mortífagos, los fieles de Lord Voldemort, quienes aún creían en el pronto regreso de su señor. Y, saber que Lucius Malfoy formaba parte de ellos, le hacía sentir repulsión.

Una multitud de estos marchaban en medio del campamento, lanzando hechizos a diestra y siniestra, provocando incendios en algunas tiendas y que cuerpos de personas inocentes se alzaran ante la mirada de todos, retorciéndose en el cielo. El chico Black reconoció a las personas como los Muggles que participaban en el mundial, a los cuales, obviamente, el ministerio les borraría la memoria luego del evento. 

—¡Corran al bosque!—Les gritó Narcissa, mirándoles por un segundo—. ¡Iré por ustedes más tarde!

Xavier acató a las palabras de su prima, y junto a Draco, no tardaron en internarse dentro del bosque aledaño al lugar. El chico Black iluminó el camino con su varita, aflojando un poco el agarre que tenía sobre el menor.

—¡Ayuda!—Un grito femenino llamó la atención de los dos Slytherins, y no se escuchó por unos segundos—. ¡Ayuda!

El nuevo grito sobresaltó un poco a Xavier, mirando a Draco ahora.

—Sigue caminando—Murmuró el chico Black al menor—, iré por ti luego de ver qué sucede, ¿Bien?

El chico vio asentir a Draco, percatándose del miedo oculto en sus ojos. Le vio introducirse en el bosque hasta perderle de vista, y cuando lo hizo, Xavier comenzó a acercarse a la fuente de los gritos de auxilio, y sintió que el aire desaparecía de sus pulmones por unos segundos al notar que uno de los mortífagos tenía acorralada a una chica, quizás con qué fin. 

Sus manos temblaron cuando se acercó a ellos con sigilo, porque si estaba más cerca, habían más oportunidades de que su hechizo llegara al mortífago sin que este quisiese atacar.  

—¡Petrificus Totalus!

Un destello púrpura salió de su varita, dándole de lleno en la espalda a ese mortífago, y antes de que cayera al suelo, lanzó un "Desmaius", dejándole completamente inconsciente. Cuando Xavier miró a la chica, su ceño se frunció levemente ante la confusión, acercándose y ayudándole a levantarse.

—Creí que estabas con tu abuela, Lea—Murmuró el chico, entregándole la varita que anteriormente tenía el mortífago, presuntamente, de ella.

—Ha ido a ayudar al ministerio a controlar la situación—Murmuró la chica, con un leve temblor de voz—, era Auror antes de jubilarse. Por cierto... Gracias por ayudarme, no sabría qué habría pasado conmigo si no hubieses llegado.

Xavier solo asintió con su cabeza, y comenzó a caminar junto a la chica, pero, al ver que esta se tambaleaba, no tardó en rodear su cintura con uno de sus brazos, ayudándole a caminar al interior del bosque. 

Se mantuvieron en silencio mientras caminaban, y se acercaron donde se oían voces. Xavier suspiró involuntariamente al reconocer la voz de Draco, y luego la de Potter, pero cuando encontraron al menor de los Malfoy, recostado en el tronco de un árbol, se hallaba completamente solo. Xavier no dijo nada, limitándose a indicarle que siguiera caminando junto a ellos. 

y podrían haberlo hecho, pero la atención de todos fue a la gran calavera que se proyectó en el oscuro cielo de la noche.

La marca tenebrosa. 

[...]

Xavier se despidió de una forma poco afectiva de Narcissa y Lucius antes de subir al Expreso a Hogwarts, soltando todo el aire retenido en sus pulmones mientras caminaba por el largo pasillo, trayendo consigo su baúl.  Ese año, no se había desgastado en traer su escoba, porque, días antes del primero de septiembre, Lucius le había revelado que ese año escolar se realizaría el Torneo de los Tres Magos, lo que, en pocas palabras, se refería a ver a tres adolescentes de distintas escuelas mágicas luchando por sus vidas, cancelando de paso, el torneo de Quidditch de Hogwarts. 

Su primera parada, al estar en el Expreso, fue dirigirse la vagón de Prefectos, porque sí, le habían nombrado prefecto de Slytherin. Se había sentido bastante contento cuando recibió su carta de Hogwarts con la insignia en su interior, y no dudó en compartir aquello con el cuadro de su madre en Grimmauld Place. 

Al término de la reunión con el resto de los prefectos, y sabiendo que no tendría que patrullar el tren, el chico encontró a Cho y Ben en un compartimiento, apresurándose en guardar sus cosas dentro de este antes de unirse a la conversación que mantenían. A pesar de haber compartido algunas cartas luego de los Mundiales, el chico Black sintió que un peso se le salía de encima al verles perfectamente bien.

—¡Casi lo olvido, Eridanus!—Exclamó Ben, de un momento a otro, en medio de la conversación—. Una chica pasó preguntando por ti minutos antes de que llegaras. Y no era Hermione. Creo que su nombre era Lily...

—Era Lea, idiota—Añadió Cho, quien apartó la mirada de la revista entre sus manos—. Una tal Lea Rosier te buscaba. Nunca la había visto en la escuela... ¿La conoces?

Xavier asintió en un simple sonido, antes de hablar.

—Narcissa me la presentó en la final del Mundial de Quidditch—Respondió el chico—. Parecía muy interesada en que la conociera... Luego, casi la matan unos mortífagos y la ayudé a escapar.

—Vaya, tu lado Gryffindor saliendo a flote—Murmuró Cho, soltando una risa—. Quién lo diría.

—No me ofendas, Chang—Los tres rieron ante la exageración de Xavier—. Podrán ser valientes y todo eso, pero lo testarudo nunca lo dejarán atrás. 

La puerta del compartimiento se abrió de golpe en ese momento, y la mirada de los tres se dirigió a esta cuando terminaron su conversación de golpe ante la interrupción. Xavier podría haber utilizado palabras venenosas para cuestionar las acciones de esa persona, pero esas intenciones quedaron en el olvido cuando se percató que se trataba de Hermione, sonriendo de manera inevitable. 

—Hola, Cho, Benjamin—Saludó Hermione, con cordialidad—. ¿Les molesta si me llevo a Xavier por unos minutos?

—No uses demasiada formalidad con nosotros, Hermione—Habló Ben, sonriendo de manera amistosa—. Si quieres, te regalamos a Xavier. No lo queremos.

Xavier miró a su amigo con fingida molestia, soltando una risa y levantándose de su lugar.

—Claro, Hermione—Respondió Cho, luego de haber golpeado a Ben por sus palabras—. No es molestia. Aprovechando, iré por Cedric.

El chico Black salió del compartimiento tomando la mano de Hermione, escuchando las quejas de Ben cuando quedó solo. 









UNDER CONTROL  ━━ hermione grangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora