Malfoy Manor se volvía un lugar cada vez más lúgubre a medida que pasaba el tiempo, porque cada vez se acumulaban más almas en pena que vagaban por los pasillos de aquella mansión luego de haber sido asesinados a sangre fría por nada más ni nada menos que Lord Voldemort, quien había tomado aquel lugar como su fortaleza desde que había recuperado sus fuerzas.
Xavier mantenía su postura recta, con su espalda pegada completamente al respaldo de la silla que ocupaba. A su izquierda, Draco se mantenía en silencio con la mirada perdida en cualquier cosa dentro de aquella sala, y a su derecha, Madame Rosier mantenía su actitud diplomática de siempre. El chico Black se sentía aliviado de no ver a Lea en ese lugar, porque sabía que la chica no sería capaz de soportar la situación, considerando que el cuerpo paralizado de una mujer flotaba sobre aquella mesa, con una expresión de dolor puro.
—Mi señor—Se oyó la voz de Snape en aquel salón—. La Orden del Fénix planea trasladar a Harry Potter de su actual lugar seguro el próximo sábado, al anochecer.
Las miradas de todos los presentes en aquella mesa fueron hacia el Señor Tenebroso, quien se encontraba en el extremo junto a la chimenea, con Severus Snape a su derecha.
—Sábado en la noche...—Voldemort pareció meditar las palabras del contrario—. Esta información proviene de la fuente discutida, ¿Cierto?—Snape asintió a las palabras de este.
—Mi señor—Otra voz se unió a la conversación, y todos miraron como Yaxley comenzaba a hablar—. Mi señor, yo he oído algo diferente. A Dawlish, el auror, se le escapó que trasladarían a Potter el día treinta, antes de su cumpleaños.
—Mi fuente me dijo que plantarían un falso rastro—Interrumpió Snape, con una sonrisa de superioridad en el rostro—. No dudo en que hayan confundido a Dawlish con un encantamiento, se sabe que es bastante susceptible.
Xavier recordó en ese momento que Bill Weasley se uniría en matrimonio con Fleur Delacour el primero de agosto porque él también había sido invitado a esa boda, claramente, cuando sus pasos no habían sido delatados, por lo que aquello apoyaba a la idea que trasladarían a Potter ese sábado y no antes de su cumpleaños, porque, conociendo como era la Orden del Fénix, todos colocarían la vida del Elegido por sobre sus propias vidas, pero tampoco querían alguna desgracia antes de un "lindo" acto de amor como el matrimonio.
Aquella reunión se extendió por una hora más, y luego de haber sido objeto de burlas por el reciente matrimonio de Remus Lupin y Nymphadora Tonks, hija de una de sus primas rechazadas de la familia Black, Andromeda; y haber sido testigo del asesinato de Charity Burbage, profesora de Estudios Muggles en Hogwarts antes de su desaparición; finalmente pudo largarse de aquel lugar.
Mediante aparición, llegó al pequeño apartamento que había rentado en la parte Muggle de Londres apenas terminó su educación en Hogwarts, utilizando sus ahorros y el dinero que su madre le había dejado de herencia, sin ser muy complicado mezclarse entre los muggles a su alrededor. Era bastante obvio que no podría colocar un pie en la Mansión Black en Grimmauld Place hasta el día en que alguno de los dos bandos en aquella guerra ganara, por lo que no había dudado en pedirle a Kreacher que trajera sus cosas, porque aquel elfo doméstico sería fiel a él hasta su último día de vida.
Su vida se había vuelto completamente monótona, y se sentía más solo que nunca.
Disorder de Joy Division resonaba en las cuatro paredes de aquella habitación, provocando que un suspiro nostálgico saliera de su boca. Extrañaba a su hermano, porque había sido él quien le enseñó la música muggle con la que tanto se había obsesionado ese último tiempo. Extrañaba a Lea, su mejor amiga, quien había logrado viajar a Estados Unidos para no estar en medio de esa guerra, siendo lo único conherente que había hecho Madame Rosier.
Y extrañaba a Hermione, porque era la única mujer que podría amar en su vida.
[...]
Su cuerpo se envolvió en una bruma negra cuando comenzó a flotar en el cielo, cubierto con una túnica negra y una máscara con detalles plateados. Xavier Black estaba vestido como un mortífago cualquiera, y sentía repulsión de sí mismo por ello.
La oscuridad ya había caído aquel sábado, y aquello solo había sido una señal para que todos los mortífagos de confianza de Voldemort, asignados para perseguir a Potter, quien sería trasladado a un lugar seguro por la Orden, se pusieran en marcha hacia la cacería, la cual comenzaría en Surrey, donde siempre vivió Potter.
Una maldición resonó en su cabeza cuando, detrás de las nubes que tapaban su campo de visión, aparecieron aproximadamente una docena de personas en escobas, Thestrals y otros transportes, siendo lo más peculiar la presencia de más de un Harry Potter allí. La Orden había previsto un posible ataque de mortifagos, y no había dudado en actuar antes.
El primer rayo verde salió disparado de Bellatrix, quien iba a la cabeza del grupo de mortífagos, sin dudar en lanzarse contra uno de los Potters que se encontraban escapando, siendo seguido por el resto de mortífagos que se dispersó, comenzando una increíble batalla en el aire, con hechizos y maldiciones volando de las varitas de ambos bandos.
Para Xavier no fue complicado percatarse de quién era el verdadero Harry Potter, porque, sabiendo que sería el único en preocuparse de su lechuza, también sería el único en llevarla consigo, viéndole en una motocicleta que alguna vez vio junto a Hagrid.
No se detuvo a pensar en Potter, porque su atención se desvió hacia un mortífago que perseguía a uno de los Potters, quien iba acompañado de nada más ni nada menos que su propio hermano mayor, Sirius. Guió su propio cuerpo a través de la bruma negra que lo rodeaba hacia ellos, porque no permitiría que Sirius fuera dañado, no si podía evitarlo.
El mortífago creyó que le respaldaría en su trabajo de deshacerse del par que volvaba en escoba, comenzando a lanzar más maldiciones contra ellos, pero el más joven de los Black no tardó en colocarse en el trayecto entre el mortífago y la escoba, comenzando un duelo que no duró mucho, porque, la maldición asesina desde la varita de Xavier impactó limpiamente en el pecho del mortífago, quien flotó por unos segundos antes de caer al vacío.
Siguió el trayecto del par en escoba, quitándose la máscara para dejar ver su pálido rostro hacia sus supuestos oponentes. Logró ver la sorpresa impregnada en el rostro de Sirius, provocándole una pequeña sonrisa sincera, antes de frenar en su posición y dejarles huir.
Al menos, tenía la satisfacción de haber visto a su hermano. Quizás con eso, estaría bien por un tiempo.
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UNDER CONTROL ━━ hermione granger
FanficEn donde el último hijo de Orión y Walburga Black, Xavier Black, tiene que soportar ser apuntado por los delitos de su hermano mayor, a quien apenas conoció. O en donde Xavier tiene que acostumbrarse a lidiar con personas curiosas acerca de su extr...