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La cruda realidad se presentó ante los ojos de todos cuando, entre los brazos de Hagrid, yacía el inerte cuerpo de Harry Potter.

Voldemort y sus seguidores rodeaban y seguían los pasos de semi-gigante hasta detenerse frente a la entrada principal al castillo, frente a todos los integrantes de la Orden, estudiantes y apoyo que se había unido para combatir al bando contrario, los cuales se habían reunido fuera del lugar.

Las reacciones no tardaron en hacerse presentes, y el grito desgarrador de la profesora McGonagall provocó que una risa saliera de la boca de Xavier, pero no en el sentido burlesco: Era una risa nerviosa, ansiosa. Sus piernas se sintieron débiles, tapando su boca para acallar esa risa que aún quería surgir a pesar de saber que era el fin, y que los esfuerzos de todos no habían valido la pena.

Porque Harry Potter realmente estaba muerto.

Hagrid dejó el cuerpo del chico en el piso por órdenes de Voldemort, y el monstruo no tardó en gritar para acallar los lamentos.

—¡Potter está muerto!—Soltó Voldemort, paseándose de un lado a otro, con una sonrisa que causaba repulsión—. ¿Ahora lo entienden? ¡Nunca fue nada ni alguien! ¡Solo fue un niño que confiaba en que todos se sacrificarían por él!

Nadie esperó que Neville Longbottom se colocara en medio de ambos bandos, apenas sosteniéndose en pie, en un intento de enfrentar a Voldemort con su varita extendida y una espada en su otra mano. No fue de esperarse que lo desarmaran con rapidez, provocando la risa de todos los seguidores del Señor Oscuro. 

—¿Quién es este?—Cuestionó Voldemort, en un siseo—. ¿Se ha ofrecido como voluntario para demostrar lo que ocurre con los que continúan en contra mía a pesar de mi victoria?

—Es Longbottom, Neville, mi Señor—Bellatrix se apresuró en responder—. El hijo de los Aurores Longbottom, ¿Recuerda? ¡Les ha dado muchos problemas a los Carrow durante este tiempo!

—Un sangre pura—Afirmó Voldemort, y Bellatrix asintió a sus palabras—. Has mostrado espíritu y valor, muchacho, además de provenir de un linaje noble. Serás un mortífago de gran valor si decides tomar la decisión correcta, Neville Longbottom. 

—¡Nunca me uniré a ti!—Gritó el chico, aunque era obvio que no era la reacción que Voldemort quería, porque el Gryffindor no tardó en estar en el piso, retorciéndose en su posición al haber sido impactado con la maldición Cruciatus. 

Ocurrió algo extraño en ese momento, porque Harry Potter se había levantado del suelo como si nunca hubiese estado muerto, lanzando un hechizo en dirección a Voldemort, iniciando una reacción en cadena en ese momento. 

La distracción ante la repentina vuelta a la vida de Potter provocó que Voldemort centrara su atención completamente en el chico, dejándole vía libre a Neville, quien no tardó en utilizar la espada que traía para cortar la cabeza de la descomunal serpiente que siempre acompañaba al Señor Oscuro, provocando que rodase unos metros a los pies de los mortífagos. 

La verdadera batalla inició en ese momento, porque la vida de Voldemort dependía únicamente de él mismo. Ya no existían más horrocruxes para destruir, porque, aparentemente, Potter también había sido uno de ellos, y si estaba vivo, significaba que habían destruido el horrocrux en su interior. 

Potter se había enfrascado en un intenso duelo contra Voldemort, sacando a relucir verdades frente al monstruo, las cuales nadie tuvo tiempo de escuchar al estar en una constante lucha contra los mortífagos, quienes, a pesar de que el destino de su amo ya estaba asegurado, no daban su brazo a torcer. 

Xavier se abrió paso entre las personas cuando vio que Bellatrix comenzaba a lanzar repetidas maldiciones contra Sirius, quien se mantenía esquivando cada hechizo con habilidad. Pero el menor de los Black sabía que eso no se detendría hasta que la mujer estuviese muerta. 

—Es una tristeza tener que despedirnos así, Bella—Habló Xavier, con ironía—. Pero no dejaré que intentes asesinar a mi hermano otra vez. 

—No es necesario que estés ansioso, Xavier—Bellatrix soltó una carcajada—. Después de asesinar a Sirius, iba a ir sí o sí detrás de ti, primito, porque eres un traicionero de primera, y mi Señor estará más que encantado si me deshago de las escorias de la familia Black. 

El primer hechizo fue lanzado por Lestrange, y Xavier no tardó en defenderse. Hubo un tiempo en que Bellatrix creyó que ganaría aquel duelo, pero el más joven de los Black no tardó en demostrarle lo equivocada que estaba, dejando a relucir todas sus habilidades en el duelo, en maldiciones y hechizos. El cuerpo de Bellatrix se quedó congelado en ese momento cuando un hechizo impactó de lleno en su pecho, y Xavier sonrió con victoria, porque, poco a poco, la figura de la mujer desapareció, desintegrándose frente a los ojos de todos, y convirtiéndose en un montón de polvo en el suelo. 

Una explosión se escuchó en ese momento, y un choque entre un rayo verde y uno rojo atrajo la atención de todos hacia el duelo que mantenían Potter y Voldemort, porque aquel choque de rayos se transformó en un solo rayo dorado que encegueció a todos por unos segundos. La varita que, anteriormente, poseía Voldemort, terminó cayendo en manos de Harry, y todos vieron como el cuerpo de Lord Voldemort caía inerte en el piso, pálido, tieso, sin vida. 

El silencio se extendió por un tiempo, antes de que los vítores comenzaran, sin intenciones de silenciarse, cuando todos cayeron en cuenta que finalmente todo había terminado. 

Lord Voldemort había muerto, y ya no existiría más un periodo de incertidumbre, ni miedo, ni terror.

El mundo mágico ya era libre. 

Xavier Black sintió sus propias lágrimas al pasar sus manos por su rostro, sin tardar un minuto más en buscar a Hermione entre la gente, sonriendo con amplitud cuando le encontró.

No fueron necesarias las palabras, y solo bastó unirse en un brazo que parecía no tener fin. 

Eran libres, y podrían aprovechar esa libertad juntos. 


UNDER CONTROL  ━━ hermione grangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora