Xavier no había logrado conciliar el sueño con tranquilidad hasta que se quitó el relicario que había recibido como regalo de Navidad, volviendo a guardarlo en el fondo de su baúl, donde nadie supiera su existencia.
El 26 de Diciembre no había abandonado su habitación, pero tuvo que hacerlo cuando Lea Rosier había golpeado la puerta de su habitación con desespero hasta que el chico se hastió de oírle golpear. Xavier terminó relatando todo lo que había sucedido a su amiga, quien no soltó palabra alguna hasta que terminó de hablar. Luego de ello, le había arrastrado fuera de la sala común de Slytherin hacia las cocinas del castillo, en donde se encontraron con Ben y Cho, quienes también se limitaron a oír su versión de la historia.
A pesar de que estuvieran de su lado, le reprocharon haber atacado a Hermione con las denigrantes palabras "Sangre sucia", pero no podía hacer nada: Era la primera vez que alguien le rompía el corazón, y en ese momento, pensaba que nunca volvería a ser el mismo.
Los días pasaban lentos, y Xavier sentía que el cansancio no le abandonaba, porque la única forma que tenía de distraer sus pensamientos era ahogándose en el estudio, para, al menos, aprobar sus TIMOS.
Se había topado con Hermione en la biblioteca o en los pasillos de manera ocasional, evitando mirarla y manteniendo su semblante serio para no dejarse flaquear como lo hacía en las cuatro paredes de su habitación, donde se convertía en alguien débil y patético.
Para el 24 de febrero, día de la segunda prueba, Xavier pensó que, quizás, ya había superado un poco el engaño de la chica Gryffindor, pero saber que Hermione había sido la "rehén" que Viktor Krum tuvo que salvar en el lago negro, había causado estragos en su interior.
Cuando comenzó marzo, Sirius finalmente había contestado las cartas de su hermano menor, y Xavier se había sentido ansioso al leer su respuesta, aunque terminó maldiciendo en francés al leer la vaga respuesta de el contrario.
"Ve al final de la carretera de Hogsmeade el sábado a las once en punto de la mañana. Trae comida, tenemos que hablar"
Saber que su hermano rondaba cerca del castillo le había provocado un mal humor durante toda la semana a raíz de la latente preocupación de que lo atraparan y lo sentenciaran al beso del dementor, todo por culpa de la excesiva preocupación de Sirius por Harry Potter.
El viernes de esa semana, los murmullos en los pasillos parecían haberse multiplicado, y a Xavier no le hubiese importado si tan solo no estuviese involucrado en nuevos chismes.
—¡Oye, Xavier!—Draco le había llamado esa tarde a la hora del almuerzo, acercándole una revista "Corazón de Bruja"—. Deberías leer esto.
"La pena secreta de Harry Potter" se leía en el enunciado, comenzando a leer sin interés aquel artículo.
«[...] Privado de amor desde la trágica pérdida de sus padres, a sus catorce años Harry Potter creía haber encontrado consuelo en Hogwarts en su novia, Hermione Granger, una muchacha hija de muggles. Poco sospechaba que no tardaría en sufrir otro golpe emocional en una vida cuajada de pérdidas.
La señorita Granger, una muchacha nada agraciada pero sí muy ambiciosa, parece sentir debilidad por los magos famosos, debilidad que ni siquiera Harry ha podido satisfacer por sí solo. Desde la llegada a Hogwarts de Viktor Krum, el buscador búlgaro y héroe de los últimos Mundiales de quidditch, la señorita Granger ha jugado con los afectos de ambos muchachos.
Krum, que está abiertamente enamorado de la taimada señorita Granger, la ha invitado ya a visitarlo en Bulgaria durante las vacaciones de verano, no sin antes declarar que jamás había sentido lo mismo por ninguna otra chica.
¡Pero eso no es todo! Parece ser más que un triángulo amoroso, porque la señorita Granger se ha encargado de jugar y destrozar el corazón de Xavier Black, el hermano menor del prófugo asesino Sirius Black, engañando al desgraciado chico con el búlgaro Viktor Krum en el baile de Navidad.
Sin embargo, podrían no ser los dudosos encantos naturales de la señorita Granger los que han conquistado el interés de estos pobres chicos. [...]»
—Hablaré con tu padre—Murmuró Xavier, manteniendo su rostro rígido—. No quiero que me relacionen con ella.
El chico Black le arrancó la revista de las manos a su primo, y caminó fuera del gran comedor sin siquiera probar un bocado, dirigiéndose a la lechucería.
Al llegar a aquella torre fuera del castillo, maldijo para sus adentros y chasqueó su lengua al percatarse de que su mala suerte seguía, y la única persona alli dentro no era más que Hermione Granger.
—¡Oh! Xavier—Le oyó murmurar cuando le dio la espalda, y el chico apretó sus labios—. ¿Cómo has estado?
No respondió, y el silencio era absolutamente incómodo.
—¿Sabes lo de Canuto?—Volvió a hablar la Gryffindor, y escuchó sus pasos acercarse.
—¿Por qué intentas fingir que nada ha ocurrido con nuestra relación?—Soltó Xavier de golpe, dirigiéndole la mirada por primera vez en meses.
—Yo...—Comenzó Hermione, con los ojos cristalizados en lágrimas—. Porque yo aún te amo, Xavier. Y todo esto también me duele...
—No te creo absolutamente ninguna palabra, Hermione—El chico suspiró—, porque si realmente sintieras algo por mi, no me hubieras engañado.
—¡¿Crees que no me ha herido oírte llamarme por esa... asquerosa forma?!—Hermione estalló, y sus lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas sin parar.
La debilidad del chico salió a flote, y su yo racional no pudo controlar a su yo emocional, dejando una de sus manos descansar en la cintura de la chica, mientras que la otra apartaba las lágrimas de su rostro.
—Tu dolor no se compara al dolor de mi corazón roto por verte hacer todas las cosas que hacíamos juntos con otro chico, Herms—Respondió Xavier, en un hilo de voz.
Cuando sus rostros estuvieron cerca, y que algo más ocurriera entre ellos fuera casi inminente, Xavier se alejó, y salió de ese lugar, enterrando todos sus sentimientos por Hermione Granger en el fondo de su corazón.
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UNDER CONTROL ━━ hermione granger
FanfictionEn donde el último hijo de Orión y Walburga Black, Xavier Black, tiene que soportar ser apuntado por los delitos de su hermano mayor, a quien apenas conoció. O en donde Xavier tiene que acostumbrarse a lidiar con personas curiosas acerca de su extr...