Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela Kimetsu

Capítulo 1: Primer día de clases

El sol de la mañana iluminaba los pasillos de la Escuela Kimetsu, una institución conocida por su excelencia académica y su ambiente tranquilo. El sonido de los estudiantes, ansiosos por el nuevo semestre, llenaba el aire con una energía renovada. Entre ellos, caminaba Tanjiro Kamado, con una sonrisa serena, cargando su mochila sobre un hombro.

—¡Oye, Tanjiro! —gritó una voz familiar detrás de él. Zenitsu Agatsuma corría a toda prisa, como si estuviera escapando de algún peligro inminente—. ¡Es el primer día y ya estoy tarde! ¡¿Cómo puede ser esto posible?!

Tanjiro se rió ante el habitual nerviosismo de su amigo, mientras ambos se dirigían hacia su salón de clases. Zenitsu siempre estaba agitado, pero hoy, parecía más nervioso que de costumbre. Tanjiro, sin embargo, no prestó mucha atención a su comportamiento. Su mente estaba ocupada con otros pensamientos.

Al llegar al salón, sus ojos se encontraron con una figura conocida: Shinobu Kochō. Ella estaba sentada cerca de la ventana, su mirada fija en el paisaje exterior, pero al sentir la presencia de Tanjiro, le dirigió una sonrisa suave.

—Buenos días, Kamado —dijo con su habitual tono calmado.

Tanjiro le devolvió la sonrisa, un ligero rubor en sus mejillas, pero antes de poder responder, otra voz interrumpió la interacción.

—¡Tanjiro! —exclamó Inosuke Hashibira, irrumpiendo en el salón de clases como un torbellino—. ¡¿Listo para que el verdadero rey de la clase te supere este semestre?!

Tanjiro apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que Aoi Kanzaki entrara detrás de Inosuke, claramente irritada.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no grites como un salvaje, Inosuke? —lo reprendió Aoi, empujando ligeramente a Inosuke hacia su asiento—. No estamos en la jungla, es una escuela.

Mientras los demás reían por el intercambio, una figura más elegante apareció en la puerta del salón: Kanae Kochou. Su presencia irradiaba una gracia natural, y al igual que su hermana, sus ojos parecían buscar a alguien en particular.

—Buenos días a todos —saludó con su voz melodiosa—. Espero que este semestre sea tan emocionante como el anterior.

Shinobu y Kanae intercambiaron miradas, pero había algo más en esa interacción que simple cortesía fraternal. Para cualquier observador atento, una tensión sutil se escondía bajo la superficie.

Mientras tanto, Nezuko, quien se había mantenido en silencio al lado de su hermano, lanzaba miradas nerviosas hacia Zenitsu, temiendo que, de alguna manera, su relación secreta fuera descubierta. Zenitsu, por su parte, apenas podía concentrarse con la cercanía de Nezuko, temeroso de decir algo inapropiado y atraer la ira de Tanjiro.

La campana sonó, señalando el comienzo de las clases. El primer día había comenzado, y con él, no solo nuevos retos académicos, sino también un torbellino de emociones que los estudiantes aún no podían prever.

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