Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela Kimetsu

Capítulo 58: El punto de quiebre (Parte 1)

El ambiente en la Escuela Kimetsu se había vuelto cada vez más tenso. La obsesión de Kanae por Tanjiro comenzaba a tomar formas más siniestras, su plan para separarlo de Shinobu avanzaba de manera calculada. Sabía que su única oportunidad residía en usar a Tomioka, el joven de carácter reservado que, aunque siempre distante, nunca había dejado de observar a Shinobu desde las sombras. Admirador silencioso durante años, había sido incapaz de confesar sus sentimientos... hasta ahora.

Días antes, Kanae había sembrado cuidadosamente las semillas de la duda en el corazón de Tomioka. En conversaciones casuales, había insinuado que Shinobu y Tanjiro no eran tan perfectos como parecían. "No creas que está todo decidido... Aún hay tiempo, Tomioka. Sabes que Shinobu te aprecia mucho, ¿no?", le decía con una sonrisa sutil, mientras lo miraba de reojo, buscando esa chispa de inseguridad.

Finalmente, su manipulación surtió efecto.

De vuelta al presente, Shinobu y Tanjiro disfrutaban de un momento de paz en el jardín de la escuela, riendo suavemente mientras el sol dorado acariciaba sus rostros. Era uno de esos raros momentos en los que el tiempo parecía detenerse, hasta que Tomioka apareció. Su figura sombría contrastaba con la serenidad del lugar, y en su rostro serio se ocultaba una tormenta de emociones.

Tanjiro lo saludó con una sonrisa amable, pero Tomioka apenas lo miró, sus ojos enfocados solo en Shinobu. Algo en su expresión hizo que Shinobu se detuviera, su sonrisa desvaneciéndose lentamente.

"Tomioka, ¿todo está bien?" preguntó ella, su voz tranquila, pero con un matiz de preocupación.

Tomioka respiró hondo, luchando por contener la mezcla de ira, celos y dolor que lo consumía. "Quiero hablar contigo... en privado", dijo, lanzando una rápida mirada a Tanjiro. Este, aunque confundido por la actitud de su compañero, decidió respetar el espacio, asintiendo antes de alejarse unos pasos.

Shinobu y Tomioka quedaron solos en medio del jardín, el ambiente cargado de una tensión palpable.

"Tomioka, ¿qué ocurre?" preguntó Shinobu, intentando sonar calmada, pero notando el temblor en las manos de él.

Las palabras salieron de él como una explosión reprimida. "Shinobu, no puedo seguir guardando esto más tiempo. Siempre he estado a tu lado, en silencio. Te he observado, te he cuidado desde lejos... pero no puedo soportar verte con Tanjiro. Lo que siento por ti es más fuerte de lo que puedo controlar. Te amo, Shinobu. Te amo desde hace años, y no puedo dejar que sigas ignorando mis sentimientos."

Shinobu, sorprendida, sintió su corazón acelerarse. Miró a Tomioka con empatía, comprendiendo el dolor detrás de sus palabras. Aun así, no podía corresponderle de la manera que él deseaba. "Tomioka... siento mucho que hayas tenido que cargar con estos sentimientos durante tanto tiempo. Pero... mi corazón ya pertenece a Tanjiro. Mis sentimientos por él son claros, y no puedo ofrecerte más que mi amistad."

Tomioka retrocedió, como si las palabras de Shinobu lo hubieran golpeado. Su rostro permaneció impasible, pero por dentro, algo oscuro comenzaba a crecer. "Entonces... no hay esperanza", murmuró, casi para sí mismo, antes de alejarse rápidamente, sin mirar atrás.

Desde una esquina del jardín, Kanae observaba con una sonrisa torcida en los labios. Su plan estaba en marcha. Tomioka sería la pieza clave para destruir la relación entre Shinobu y Tanjiro, y todo había comenzado según lo planeado.

Mientras tanto, Tanjiro se acercaba de nuevo a Shinobu. Aunque no había escuchado la conversación, algo en el semblante de su novia lo inquietaba.

"¿Estás bien, Shinobu?" preguntó, buscando en sus ojos alguna señal de lo ocurrido.

Shinobu, todavía procesando lo sucedido, forzó una sonrisa. "Sí, Tanjiro... todo está bien", dijo, aunque sus pensamientos estaban lejos de estar en calma.

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