Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela Kimetsu

Capítulo 44: Reapariciones y Conflictos Ocultos

Los días seguían su curso en la Escuela Kimetsu. Después de la revelación de Tanjiro y Shinobu sobre su relación, la tensión entre los personajes empezaba a crecer. Sin embargo, había alguien que había estado observando desde las sombras, guardando un secreto que podría cambiarlo todo.

Tomioka había vuelto a la escuela después de un tiempo ausente. Su semblante tranquilo y serio no había cambiado, pero algo dentro de él se removía cada vez que veía a Shinobu. A pesar de su naturaleza reservada, sus sentimientos por ella nunca habían desaparecido.

Al entrar al salón de profesores, su mirada se cruzó con la de Kanae. Ambos compartieron un breve momento de complicidad. Kanae, consciente de los sentimientos de Tomioka hacia su hermana, sonrió sutilmente. Tenía un plan, y sabía que Tomioka podría ser la clave para separarlos.

—Tomioka, me alegra verte de vuelta —le dijo Kanae, acercándose con naturalidad—. Te has perdido muchas cosas interesantes.

Tomioka la miró con curiosidad, pero no dijo nada. Sabía que algo se estaba gestando, pero prefería mantenerse al margen. Sin embargo, su silencio fue suficiente para que Kanae supiera que tenía su atención.

—Sabes, Shinobu y Tanjiro han estado bastante... cercanos últimamente —dijo con un tono calculado—. Me pregunto cómo te sientes al respecto.

El comentario de Kanae hizo que el corazón de Tomioka latiera con fuerza. No respondió, pero su mirada se oscureció al escuchar el nombre de Tanjiro junto al de Shinobu. Aunque intentaba ignorar sus sentimientos, no podía evitar sentir un profundo malestar.

—Tal vez podrías hacer algo al respecto, ¿no crees? —Kanae dejó caer la sugerencia, midiendo cuidadosamente sus palabras—. Después de todo, tú siempre has sido especial para Shinobu.

Tomioka sabía que lo que Kanae estaba insinuando no era correcto, pero su mente se nublaba con la posibilidad de perder a Shinobu para siempre. A lo lejos, observó cómo Tanjiro y Shinobu caminaban juntos por los pasillos, riendo y compartiendo momentos de felicidad.

Ese mismo día, Tanjiro decidió compartir su felicidad con Tengen. Durante el almuerzo, los dos se sentaron en una mesa apartada.

—¡Tengen! —dijo Tanjiro con una sonrisa en el rostro—. Quería contarte algo... Shinobu y yo estamos saliendo.

Tengen lo miró sorprendido, pero luego estalló en una risa fuerte y alegre.

—¡Vaya, Tanjiro! ¡Eso sí que es un gran avance! Me alegra mucho escuchar eso. Shinobu es increíble, y tú también lo eres. Les deseo lo mejor.

Tanjiro se sintió aliviado al ver la reacción positiva de Tengen. Sin embargo, no podía ignorar la creciente tensión que sentía cada vez que Kanae estaba cerca. Algo no estaba bien, y aunque no lo sabía, esa sensación pronto se materializaría en un conflicto que podría afectar a todos a su alrededor.

Tomioka, por su parte, pasaba la tarde meditando sobre las palabras de Kanae. Su corazón y su mente estaban en constante batalla. ¿Debía seguir los consejos de Kanae y luchar por Shinobu, o debía respetar la relación que ella había decidido tener con Tanjiro? Sabía que cualquier decisión que tomara cambiaría su vida y la de los demás.

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