Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela Kimetsu

Capítulo 5: Confesiones silenciosas

Era una tarde lluviosa en la Escuela Kimetsu, y el ambiente estaba cargado de una mezcla de emociones que parecía reflejarse en el cielo gris. Los estudiantes se habían refugiado en la cafetería, buscando escapar del mal tiempo, pero los sentimientos entre ellos eran imposibles de evitar, incluso dentro de las cuatro paredes.

Tanjiro y Shinobu estaban sentados en una de las mesas cercanas a la ventana, observando cómo las gotas de lluvia golpeaban suavemente el vidrio. Shinobu, aunque calmada en apariencia, no podía evitar sentir que su corazón latía con fuerza cada vez que miraba a Tanjiro. Había algo en él que la hacía sentir segura, pero al mismo tiempo, vulnerable.

—Tanjiro, ¿alguna vez te has sentido... confundido sobre lo que sientes por alguien? —preguntó Shinobu, sin mirarlo directamente.

Tanjiro, sorprendido por la pregunta, apartó la mirada de la lluvia para observar a su compañera. Sabía que Shinobu no era del tipo de persona que compartía sus sentimientos fácilmente, así que esta pregunta lo tomó por sorpresa.

—No estoy seguro —respondió Tanjiro con sinceridad—. Supongo que todos nos sentimos así en algún momento. A veces es difícil saber lo que realmente queremos.

Shinobu asintió, pero en su mente, sus pensamientos giraban alrededor de las palabras de Kanae, su hermana mayor. Desde que Kanae había mostrado interés por Tanjiro, Shinobu no había podido dejar de sentirse incómoda. Estaba acostumbrada a compartir todo con su hermana, pero esto era diferente.

Mientras Shinobu intentaba encontrar las palabras adecuadas, Zenitsu y Nezuko se unieron a la mesa, trayendo consigo una atmósfera más ligera. Zenitsu, como de costumbre, intentaba impresionar a Nezuko, quien solo sonreía tímidamente, mientras mantenía su relación en secreto.

—¡Tanjiro, deberías relajarte un poco! —exclamó Zenitsu, sin darse cuenta de la tensión que había entre Shinobu y Tanjiro—. Siempre estás tan serio... deberíamos hacer algo divertido este fin de semana.

Nezuko, quien normalmente permanecía en silencio, miró a su hermano, esperando su reacción. No podía evitar sentir una pequeña culpa por ocultarle su relación con Zenitsu, pero sabía que él no lo aceptaría fácilmente.

—Podemos planear algo —dijo Tanjiro, forzando una sonrisa—. Pero ahora mismo estoy pensando en otras cosas.

Shinobu, al escuchar esto, sintió que había algo más profundo en las palabras de Tanjiro. Quizás, al igual que ella, él también estaba lidiando con sentimientos que no comprendía del todo. ¿Podría ser que él también sintiera algo por ella? O tal vez, ¿era otra cosa lo que lo preocupaba?

Mientras la tarde avanzaba y la lluvia continuaba cayendo, cada uno de ellos se vio envuelto en sus propios pensamientos, dejando las confesiones para otro momento. Las relaciones en la Escuela Kimetsu eran más complicadas de lo que parecía a simple vista, y cada uno tendría que enfrentar sus propios sentimientos tarde o temprano.

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