Después de la intensa conversación con Kanae, Tanjiro se sentía emocionalmente agotado, pero también aliviado. Había hecho lo correcto, aunque sabía que no sería fácil para nadie. Su siguiente paso era hablar con Shinobu, la persona que realmente había capturado su corazón.
El sol comenzaba a ponerse cuando Tanjiro la encontró en el pequeño invernadero de la escuela, donde a menudo pasaba tiempo cuidando de las plantas. El cálido resplandor del atardecer iluminaba el rostro de Shinobu, quien al verlo llegar, le ofreció una sonrisa suave pero curiosa.
—Tanjiro, ¿todo bien? Pareces preocupado —dijo ella, acercándose a él con esa calma característica que siempre lo había reconfortado.
Tanjiro respiró hondo, sintiendo su corazón latir rápido. Esta vez no podía esconder lo que sentía.
—Shinobu... he tomado una decisión —empezó, su voz apenas un susurro.
Shinobu lo observó, esperando pacientemente mientras su expresión se volvía más seria. Había algo en el tono de Tanjiro que le hizo saber que lo que venía era importante.
—Hablé con Kanae... —dijo, bajando la mirada—. Le dije cómo me siento realmente... y es a ti a quien amo.
Los ojos de Shinobu se abrieron un poco, sorprendida por la confesión. Aunque había habido señales de los sentimientos de Tanjiro, escucharlo decirlo tan claramente la dejó sin palabras por un momento.
—¿A mí...? —repitió ella, como si quisiera asegurarse de que había escuchado bien.
Tanjiro asintió, finalmente reuniendo el valor para mirarla directamente a los ojos.
—Shinobu, he estado pensando en esto durante mucho tiempo. No quiero seguir fingiendo o evitando mis sentimientos. Me haces sentir algo que nunca he sentido antes. Eres fuerte, amable, y cada momento que paso contigo solo me confirma lo que siento... te amo, Shinobu.
Las palabras de Tanjiro fueron sinceras y llenas de emoción. Shinobu, siempre tan controlada, no pudo evitar sentir un calor en sus mejillas, una mezcla de felicidad y alivio. Lentamente, una sonrisa suave y genuina apareció en su rostro, algo que no siempre mostraba.
—Tanjiro... yo también... te amo —respondió, su voz apenas un susurro, pero con una claridad que hizo que el corazón de Tanjiro se acelerara.
El momento era perfecto. El silencio que siguió no era incómodo, sino cargado de emoción. Tanjiro, impulsado por un sentimiento de cercanía y necesidad de expresar lo que sentía, dio un paso adelante, acercándose más a Shinobu. Ambos parecían entender lo que venía.
Con delicadeza, Tanjiro levantó una mano, rozando suavemente la mejilla de Shinobu antes de inclinarse hacia ella. Shinobu no se apartó, su mirada fija en la de él, hasta que finalmente sus labios se encontraron en un beso suave, dulce, pero lleno de significado.
El tiempo pareció detenerse para ambos. El beso era una promesa, un comienzo, y una confirmación de lo que ambos sentían desde hace tiempo. Cuando se separaron, ambos se quedaron en silencio, simplemente disfrutando del momento.
—Gracias... por decirme lo que sientes —dijo Shinobu, aún con una sonrisa en los labios.
Tanjiro la miró con ternura, sintiendo que finalmente todo estaba en su lugar.
—Siempre estaré a tu lado —respondió él, su voz firme, pero cálida—. No importa lo que pase.
El sol se ocultaba por completo en el horizonte, pero para ellos, este era solo el inicio de algo nuevo y hermoso.
VIVA EL TANSHINOOOO! ❤️
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Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela Kimetsu
RomanceEn un mundo donde los demonios nunca existieron, los estudiantes de la Escuela Kimetsu enfrentan algo aún más complicado que las lecciones diarias: los altibajos del amor. Tanjiro, Shinobu, Nezuko y sus amigos navegarán entre relaciones secretas, tr...