Capítulo 46: Semillas de Duda

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Los días pasaban, pero las palabras de Tomioka seguían resonando en la mente de Tanjiro. A pesar de la seguridad que tenía en sus sentimientos por Shinobu, no podía ignorar el peso que había sentido en la confesión de su compañero. Sabía que debía ser fuerte, pero algo en el fondo lo inquietaba.

Shinobu, sin embargo, había notado el cambio en Tanjiro. Aunque él intentaba actuar con normalidad, sus ojos no mentían. En más de una ocasión lo había encontrado sumido en pensamientos profundos, alejándose sutilmente de las sonrisas que los habían unido.

Tanjiro, ¿todo está bien? —preguntó un día mientras caminaban juntos al final de las clases.

Tanjiro se detuvo por un segundo. Sabía que no podía ocultarle nada a Shinobu; su relación se basaba en la honestidad. Sin embargo, no quería preocuparla innecesariamente.

—Solo he estado pensando... en algunas cosas —respondió con una sonrisa forzada.

Shinobu lo miró detenidamente, sabiendo que había algo más.

—Es por Tomioka, ¿verdad?

El rostro de Tanjiro mostró sorpresa. No esperaba que ella lo supiera, pero recordaba cuán perspicaz era Shinobu. Asintió levemente.

—Sí... hablamos hace unos días. Me dijo lo que siente por ti.

Shinobu suspiró. Sabía que, eventualmente, Tomioka se atrevería a decirle algo a Tanjiro. Aunque tenía un aprecio especial por Tomioka, su corazón ya había elegido, y ese alguien era Tanjiro.

—No tienes que preocuparte por eso, Tanjiro —dijo Shinobu, suavizando su voz—. Mis sentimientos son claros. Solo tengo ojos para ti.

La sonrisa dulce de Shinobu logró calmar un poco las preocupaciones de Tanjiro, pero había una sensación de que algo más estaba en marcha. Aún así, decidió confiar en las palabras de Shinobu. Sabía que, mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier obstáculo.

Pero no todos compartían esa confianza.

Kanae, cada vez más decidida a ejecutar su plan, se acercaba con sigilo a Tomioka. Había estado observando cómo él lidiaba con sus sentimientos y sabía que si lograba manipular la situación adecuadamente, podría usarlo para crear una distancia entre Tanjiro y Shinobu.

Una tarde, se encontró con Tomioka en los pasillos, justo cuando él terminaba de dar una clase.

Tomioka-san, ¿puedo hablar contigo un momento? —su tono era amable, pero en su mirada había algo más.

Tomioka, aunque reservado como siempre, asintió y ambos se alejaron para tener una conversación privada.

—Sé que todavía sientes algo por Shinobu —dijo Kanae, sin rodeos—. Y quiero que sepas que no estás solo en esto.

Tomioka la miró con cautela, sin saber a dónde quería llegar.

—Lo que pasa es que... —Kanae pausó, buscando las palabras adecuadas para plantar la semilla de duda—, estoy preocupada por mi hermana. No estoy segura de que Tanjiro sea lo mejor para ella.

La sorpresa cruzó el rostro de Tomioka.

—¿Qué quieres decir?

Kanae aprovechó la oportunidad. Sabía que tenía que ser cuidadosa, manipulando la situación a su favor.

—Sé que Tanjiro es un buen chico, pero hay cosas que me hacen pensar que no podrán ser felices juntos a largo plazo. Y tú, más que nadie, conoces a Shinobu. Sabes lo que ella necesita.

Tomioka escuchaba con atención, sintiendo cómo las dudas empezaban a enraizarse en su mente. Él no quería causar problemas, pero la verdad era que todavía amaba a Shinobu, y si había alguna forma de estar con ella... tal vez debía actuar antes de que fuera demasiado tarde.

—¿Qué sugieres que haga? —preguntó finalmente, con una voz más baja.

Kanae sonrió levemente, sabiendo que lo había atrapado.

—Dejemos que las cosas tomen su curso natural. No te estoy pidiendo que hagas nada malo, solo que estés cerca de ella. Haz que Shinobu recuerde lo importante que eres para ella. Con el tiempo, las cosas cambiarán.

Aunque Tomioka no estaba completamente convencido, las palabras de Kanae resonaban en su cabeza. Quizá, después de todo, tenía una oportunidad.

Con cada día que pasaba, las relaciones entre los personajes se volvían más tensas. Las semillas de la duda y la manipulación estaban plantadas, y pronto florecerían, alterando el curso de todos sus destinos.

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Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela KimetsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora