El ambiente entre Tanjiro, Shinobu, y Kanae se tornaba cada vez más tenso. Aunque él intentaba mantener la calma, sabía que pronto tendría que enfrentar la realidad y elegir entre las dos hermanas Kochou, antes de que los sentimientos hirieran más de lo necesario.
Después de la escuela, Tanjiro se dirigió al patio donde Aoi y Inosuke ya lo esperaban. Parecía que ellos también tenían sus propios problemas, aunque de una naturaleza completamente distinta.
—Tanjiro, por fin llegas —dijo Aoi mientras cruzaba los brazos—. Necesitamos tu ayuda para convencer a Inosuke de que se tome en serio la próxima competencia deportiva.
Inosuke, sentado sobre el césped, resopló. —No necesito ayuda. ¡Soy el más fuerte!
—Eso no es suficiente, Inosuke —dijo Tanjiro con una sonrisa, tratando de aligerar el ambiente—. Debes ser también estratégico.
Inosuke lo miró, pensativo, pero no dijo nada. Aoi soltó un suspiro mientras lo observaba. Sus sentimientos por él eran claros, pero a veces se preguntaba si él realmente notaba cuánto le importaba. Poco a poco, Aoi esperaba que pudiera cambiar esa parte salvaje de Inosuke, tal vez ayudarlo a ser un poco más atento.
Mientras conversaban, Zenitsu y Nezuko se les unieron. Tanjiro notó cómo Zenitsu trataba de mantener su distancia con Nezuko, como si intentara evitar cualquier interacción que pudiera delatar su relación secreta. Sin embargo, era evidente que había algo entre ellos, y tan solo una mirada de Tanjiro bastaba para que Zenitsu se pusiera nervioso.
—Tanjiro, tenemos que practicar para el evento del fin de semana —comentó Zenitsu, tratando de cambiar de tema—. La competencia se acerca, y Rengoku-sensei dijo que espera lo mejor de nosotros.
Tanjiro asintió, agradecido por la distracción, pero no pudo evitar notar cómo Nezuko sonreía ligeramente cada vez que Zenitsu hablaba. Aunque la relación entre ellos era un secreto, los pequeños gestos que compartían no pasaban desapercibidos.
Mientras el día avanzaba, Tengen se encontró con Tanjiro en los pasillos. —Parece que tienes muchas cosas en la cabeza, amigo —le dijo mientras lo miraba con comprensión—. No es fácil estar en medio de todo eso, ¿verdad?
—No, no lo es —admitió Tanjiro—. A veces siento que todo se está complicando demasiado.
—Es normal —dijo Tengen, apoyando una mano en su hombro—. Solo recuerda que al final, lo más importante es lo que te haga feliz, no lo que otros esperan de ti.
Tanjiro agradeció las palabras de su amigo, pero sabía que lo que realmente necesitaba era enfrentar la situación de frente.
Más tarde ese día, cuando todos se dirigían a sus casas, Shinobu lo interceptó antes de que pudiera irse.
—Tanjiro, ¿puedo hablar contigo un momento? —preguntó, su tono serio y sus ojos fijos en él.
—Claro, Shinobu —respondió él, aunque su corazón comenzó a latir con fuerza, sabiendo que esta conversación podría ser crucial.
Caminando juntos hacia un rincón más privado de la escuela, Shinobu respiró hondo antes de hablar.
—Sé que las cosas han sido difíciles últimamente... —empezó, su voz más suave de lo habitual—. Pero no puedo seguir fingiendo que todo está bien. Necesito saber cómo te sientes, Tanjiro.
El silencio se hizo presente entre ellos mientras Tanjiro intentaba procesar sus pensamientos. Shinobu lo miraba expectante, esperando una respuesta que podía cambiarlo todo.
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Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela Kimetsu
RomanceEn un mundo donde los demonios nunca existieron, los estudiantes de la Escuela Kimetsu enfrentan algo aún más complicado que las lecciones diarias: los altibajos del amor. Tanjiro, Shinobu, Nezuko y sus amigos navegarán entre relaciones secretas, tr...