Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela Kimetsu

Capítulo 29: Tiempos de reflexión y decisiones importantes

Después de las intensas semanas que habían pasado, los días en la Escuela Kimetsu parecían volver a la calma, pero solo en apariencia. En lo más profundo de sus corazones, muchos de los estudiantes seguían lidiando con emociones intensas.

Tanjiro, como siempre, caminaba con una sonrisa en su rostro, pero en su interior sentía una creciente inquietud. Entre los encuentros con Shinobu, y los momentos que compartía con Nezuko, la sensación de tener que tomar decisiones importantes se hacía más fuerte cada día. Sabía que sus acciones y palabras podrían herir a aquellos a quienes más quería, y eso lo preocupaba más que cualquier otra cosa.

Por otro lado, Inosuke comenzaba a notar algo diferente en Aoi. Aunque seguía siendo la chica fuerte y decidida que lo regañaba cuando hacía tonterías, también había momentos en los que sentía que su relación estaba cambiando. No entendía del todo por qué, pero algo en su pecho le decía que debía prestar más atención a lo que sentía cuando estaba cerca de ella.

Mientras tanto, Shinobu había estado reflexionando profundamente sobre sus sentimientos hacia Tanjiro. Aunque lo admiraba desde hacía tiempo, en los últimos meses, ese sentimiento de admiración se había transformado en algo mucho más complejo. Cada vez que pensaba en él, una mezcla de dulzura y tristeza la invadía, sabiendo que su hermana Kanae también había mostrado interés por el joven.

Kanae, por su parte, no podía evitar sentir celos cada vez que veía a Tanjiro junto a Shinobu. Aunque amaba profundamente a su hermana, había algo en Tanjiro que la hacía querer estar siempre a su lado, protegerlo y tenerlo solo para ella. Sabía que esos sentimientos no eran los más sanos, pero no podía controlarlos.

Los otros estudiantes, como Zenitsu y Nezuko, también seguían lidiando con sus propios conflictos internos. Zenitsu intentaba acercarse a Nezuko sin que Tanjiro se enterara, mientras Nezuko, por su parte, se sentía dividida entre el cariño por su hermano y los sentimientos que comenzaban a florecer por Zenitsu.

Las clases continuaban, y los profesores, como Tengen y Rengoku, observaban atentamente a sus estudiantes. Tengen, siempre perceptivo, comenzaba a notar el creciente malestar entre varios de ellos, en especial entre las hermanas Kochou y Tanjiro. Sabía que, tarde o temprano, debería intervenir para darles el consejo que tanto necesitaban.

El final del día llegó, y mientras los estudiantes se retiraban a sus casas, las emociones seguían flotando en el aire, como un susurro que anunciaba que algo importante estaba por suceder.

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