El clima en la escuela Kimetsu había comenzado a cambiar. No solo el ambiente se sentía más pesado, sino que las relaciones entre los estudiantes también estaban en constante tensión. Kanae no podía quitarse de la cabeza la conversación de su hermana con Tanjiro. Estaba decidida a no permitir que Shinobu se quedara con él sin luchar.
Por su parte, Shinobu intentaba mantener la calma. Sabía que Kanae estaba obsesionada con Tanjiro, pero no quería que esa rivalidad destruyera su relación de hermanas. Sin embargo, en el fondo, también tenía miedo de perder a Tanjiro.
Mientras tanto, Inosuke y Aoi seguían forjando una relación inusual pero sincera. Aoi, con su paciencia infinita, estaba logrando suavizar la rudeza de Inosuke, aunque este seguía siendo un torbellino de emociones. Durante los descansos entre clases, ambos se encontraban en el comedor para compartir momentos juntos.
—¡Aoi! —gritó Inosuke, llamando la atención de todo el comedor mientras se acercaba a su mesa—. Hoy entrené como un loco, pero... no me siento bien. Creo que me enfermé.
Aoi suspiró, pero no pudo evitar sonreír ante la torpeza de Inosuke. —No puedes entrenar tan duro todos los días, te lo he dicho mil veces. —respondió mientras le ofrecía un vaso de agua.
—¡Tonterías! —dijo Inosuke mientras tomaba el agua de un solo sorbo—. Un guerrero nunca se rinde.
Aoi lo miró con una mezcla de ternura y desesperación. —Inosuke, no estamos en tiempos de guerreros. Tienes que cuidarte más.
Inosuke frunció el ceño, pero no respondió. Algo en las palabras de Aoi siempre lograba hacerlo reflexionar, aunque le costara admitirlo. Y, aunque no lo entendía del todo, había algo en ella que lo hacía querer ser mejor.
En otro rincón de la escuela, Zenitsu se encontraba nervioso. Había estado evitando a Nezuko por unos días. Después de haber comenzado su relación en secreto, el miedo de que Tanjiro lo descubriera lo estaba carcomiendo por dentro. No podía soportar la idea de perder a su mejor amigo.
—Zenitsu, ¿todo está bien? —preguntó Nezuko mientras lo encontraba sentado solo en el jardín de la escuela.
Zenitsu casi saltó del susto al escuchar su voz. —¡Nezuko! No me asustes así. —dijo con nerviosismo, mirando a todos lados para asegurarse de que Tanjiro no estuviera cerca.
—Has estado raro estos últimos días —continuó ella con un tono de preocupación—. ¿Es por Tanjiro?
Zenitsu no pudo mentirle. —Sí... Es que, si él se entera de lo nuestro, nunca me lo perdonará. Siempre me ha visto como su mejor amigo, pero si descubre que estoy saliendo contigo... me odiará.
Nezuko se sentó junto a él, sus ojos llenos de empatía. —Zenitsu, no podemos seguir escondiéndonos para siempre. Si realmente queremos que esto funcione, tarde o temprano tendremos que decírselo.
Zenitsu suspiró. Sabía que Nezuko tenía razón, pero el miedo seguía siendo más fuerte. Sin embargo, decidió que hablarían con Tanjiro pronto. No podían seguir viviendo con ese temor constante.
Mientras tanto, en el aula de profesores, Rengoku y Tengen discutían una situación completamente diferente. El salón estaba vacío, salvo por ellos dos, quienes se encontraban discutiendo la problemática de algunos alumnos.
—Rengoku, ¿has notado que las relaciones entre los estudiantes están un poco... tensas últimamente? —preguntó Tengen con una sonrisa cómplice—. Especialmente entre los que están en tus clases.
Rengoku, quien solía ser muy despreocupado, se mostró pensativo. —Sí, lo he notado. Hay muchas emociones en juego entre ellos. Especialmente con Tanjiro y Shinobu... y parece que Kanae también está involucrada.
Tengen asintió. —Parece que los corazones jóvenes están en llamas. ¿Quién lo diría? —bromeó, aunque en el fondo sabía que esas tensiones podían afectar el rendimiento de los estudiantes.
—Lo más importante es guiarlos para que no se lastimen entre sí —dijo Rengoku con seriedad—. A veces, los jóvenes no comprenden la magnitud de sus decisiones.
Tengen sonrió y puso una mano en el hombro de su amigo. —Tranquilo, Rengoku. Todo irá bien. A veces, solo necesitan un poco de orientación. Y para eso estamos aquí.
Rengoku asintió, aunque no pudo evitar sentir que algo grande estaba por suceder. Las relaciones en la escuela estaban al borde de un colapso, y sabía que, tarde o temprano, todo estallaría.
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Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela Kimetsu
RomantizmEn un mundo donde los demonios nunca existieron, los estudiantes de la Escuela Kimetsu enfrentan algo aún más complicado que las lecciones diarias: los altibajos del amor. Tanjiro, Shinobu, Nezuko y sus amigos navegarán entre relaciones secretas, tr...