Capítulo 49: Revelaciones y Confesiones

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La tensión entre los personajes principales comenzaba a disiparse, pero los problemas no habían terminado. El parque, que había sido testigo de la confrontación entre Tanjiro, Shinobu, y Tomioka, ahora sería el escenario de una nueva revelación.

Zenitsu y Nezuko caminaban tomados de la mano, nerviosos mientras se dirigían hacia donde se encontraba Tanjiro. Ambos sabían que era momento de contarle la verdad. Nezuko, con su habitual dulzura, intentaba tranquilizar a Zenitsu, quien no podía dejar de temblar.

—No te preocupes, Zenitsu. Tanjiro entenderá —dijo Nezuko, apretando suavemente su mano.

Zenitsu tragó saliva, tratando de contener su nerviosismo. Siempre había sido su sueño estar con Nezuko, pero ahora que lo habían logrado, tenía miedo de que Tanjiro no lo aprobara. Después de todo, ella era su hermana pequeña.

Finalmente, ambos llegaron al lugar donde Tanjiro los esperaba. Sentado en una banca, con una sonrisa tranquila en el rostro, parecía relajado tras haber hablado con Shinobu. Al ver a su hermana y a su mejor amigo acercarse, los saludó con calidez.

—¡Nezuko! ¡Zenitsu! —exclamó, levantándose de la banca—. ¿Qué los trae por aquí? Se ven un poco nerviosos.

Nezuko y Zenitsu intercambiaron una mirada. Era el momento.

—Hermano... —comenzó Nezuko, dando un paso al frente—. Hay algo que tenemos que decirte.

Zenitsu tragó saliva nuevamente, mientras sus manos temblaban. Nezuko le dio una suave palmadita en la espalda, animándolo a continuar.

—Tanjiro, verás... yo... yo estoy saliendo con Nezuko —dijo Zenitsu finalmente, con voz entrecortada.

El silencio se apoderó del parque por un momento. Tanjiro los miró a ambos, parpadeando varias veces, procesando la información. Luego, sonrió.

—Ya lo sabía —dijo tranquilamente, lo que dejó a Zenitsu y Nezuko en shock.

—¿C-qué? —balbuceó Zenitsu—. ¿Cómo...?

—Lo supe hace tiempo, Zenitsu —respondió Tanjiro, con una sonrisa amable—. La forma en que te comportas cuando estás cerca de ella, la forma en que cuidas de Nezuko... era obvio que sentías algo más. Y me alegra saber que ambos son felices juntos.

Nezuko soltó un suspiro de alivio, mientras Zenitsu se desplomaba en el banco, aún en estado de shock. No podía creer que todo hubiera sido tan fácil.

—Gracias, hermano —dijo Nezuko, abrazando a Tanjiro—. Sabía que lo entenderías.

Tanjiro correspondió el abrazo con ternura. —Siempre voy a querer lo mejor para ti, Nezuko. Si estás feliz con Zenitsu, entonces eso es lo que importa.

Sin embargo, antes de que pudieran celebrar, un nuevo problema surgió. Desde lejos, Inosuke y Aoi se acercaban, claramente en medio de una discusión acalorada.

—¡Te dije que no necesito tu ayuda, Aoi! —gritaba Inosuke, visiblemente frustrado.

—¡Y te dije que no es sobre ayudarte! ¡Es porque me importas, estúpido! —respondió Aoi, con las manos en las caderas, claramente molesta.

Tanjiro, Nezuko, y Zenitsu miraron la escena, sorprendidos por la intensidad de la discusión. Era raro ver a Inosuke y Aoi pelear de esa manera. Generalmente, ambos mantenían una relación de tensión controlada, pero algo estaba cambiando entre ellos.

—Parece que las cosas entre ellos se están complicando —murmuró Tanjiro.

—Es como si no quisieran admitir lo que sienten —añadió Nezuko—. Claramente están enamorados, pero ninguno de los dos sabe cómo expresarlo.

Zenitsu asintió, aún recuperándose del shock inicial. —Esos dos son más tercos que una roca...

Mientras tanto, la pelea entre Inosuke y Aoi continuaba.

—¡No necesito que te preocupes por mí, Aoi! ¡Soy fuerte! ¡Puedo cuidarme solo! —gritó Inosuke, dando un paso hacia atrás, con los puños apretados.

—¡Eso no tiene nada que ver con ser fuerte! ¡Se trata de preocuparse por las personas que te importan! —respondió Aoi, con la voz quebrada por la frustración.

El silencio que siguió a esa confesión fue ensordecedor. Inosuke parpadeó, confundido por las palabras de Aoi. Por primera vez, parecía no saber qué decir. Aoi, por su parte, respiró profundamente, dándose cuenta de que había dejado salir más de lo que pretendía.

—Yo... yo no quería decir eso así... —murmuró Aoi, con las mejillas sonrojadas.

Antes de que Inosuke pudiera responder, Tanjiro intervino, acercándose a ellos.

—Tal vez es hora de que ambos hablen de lo que realmente sienten —dijo, con una sonrisa tranquilizadora.

Inosuke y Aoi lo miraron, primero sorprendidos, pero luego asintieron lentamente. Tal vez había llegado el momento de dejar de pelear y empezar a ser honestos.

Mientras tanto, Kanae observaba desde la distancia, planeando cuidadosamente su próximo movimiento. La confesión de Tomioka y su rechazo por parte de Shinobu le habían dado una nueva idea. Tomioka sería clave para su plan, y con su obsesión por Tanjiro más fuerte que nunca, Kanae estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para separarlo de su hermana.

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Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela KimetsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora