Capítulo 24: Corazones en conflicto

21 4 0
                                    

El aire se sentía denso mientras Tanjiro caminaba por los pasillos de la escuela. Su mente estaba nublada por las palabras de Tengen, pero había algo que necesitaba aclarar. Los últimos días, había notado una tensión extraña entre Kanae y Shinobu, algo que no podía simplemente ignorar. Tenía que hablar con Kanae, aunque no sabía qué esperar de esa conversación.

La encontró sola en el jardín de la escuela, sentada bajo un árbol, observando el cielo como si estuviera en otro mundo. Tanjiro se acercó lentamente, sintiendo cómo su corazón latía más rápido de lo habitual. Cuando Kanae lo vio, una suave sonrisa se dibujó en su rostro, pero sus ojos revelaban algo más, una tristeza escondida que Tanjiro no pudo pasar por alto.

—Kanae... ¿puedo hablar contigo? —dijo él con suavidad, pero directo al punto.

—Claro, Tanjiro —respondió ella, tratando de sonar despreocupada, aunque sabía lo que vendría.

El silencio se instaló entre ellos por un momento, antes de que Tanjiro finalmente hablara.

—He notado que... últimamente te comportas de manera extraña, especialmente con Shinobu. ¿Está todo bien? —preguntó, tratando de encontrar las palabras correctas.

Kanae miró al suelo, incapaz de sostenerle la mirada. Sabía que este momento llegaría, pero no estaba lista para enfrentar la verdad que llevaba tanto tiempo ocultando.

—No puedo mentirte, Tanjiro —comenzó, su voz temblando ligeramente—. Lo que sucede es que... mis sentimientos por ti han cambiado. —Kanae levantó la vista, sus ojos reflejando una mezcla de vulnerabilidad y decisión—. Me he dado cuenta de que... estoy enamorada de ti.

Tanjiro sintió cómo el aire le faltaba por un segundo. No sabía qué decir. Jamás había imaginado que Kanae podría sentir algo así por él. Un torbellino de pensamientos inundó su mente. Shinobu, Kanae, sus sentimientos... ¿qué debía hacer?

—Kanae, yo... no sé qué decir. —Su voz era honesta, pero llena de incertidumbre—. Eres alguien muy importante para mí, pero... esto es complicado.

Kanae asintió, sonriendo tristemente.

—Lo sé, Tanjiro. No espero que me respondas ahora, solo necesitaba ser honesta contigo. Pero... no quiero que esto afecte tu relación con Shinobu. Ella te quiere mucho.

Las palabras de Kanae retumbaron en la mente de Tanjiro mientras el silencio volvía a ocupar el espacio entre ellos. No era una conversación fácil, y aunque ambos sabían que no podían resolverlo de inmediato, al menos ahora había algo claro.

En otro rincón de la escuela, Nezuko y Zenitsu se encontraban en una situación igual de complicada. Zenitsu, con su habitual nerviosismo, intentaba mantener una conversación seria.

—Nezuko, no puedo seguir ocultando esto. Tenemos que decirle a Tanjiro... no puedo soportar la idea de traicionarlo más tiempo —murmuró Zenitsu, agitado.

Nezuko lo miró, preocupada. Sabía que Zenitsu tenía razón, pero la sola idea de enfrentar a su hermano le provocaba un nudo en el estómago.

—Lo sé, Zenitsu, pero... si Tanjiro se entera, podría perder a su mejor amigo. No quiero que eso pase —respondió ella, mordiéndose el labio.

Ambos sabían que la verdad tenía que salir a la luz, pero el miedo a las consecuencias los paralizaba.

Mientras tanto, en una esquina más tranquila de la escuela, Rengoku repasaba sus notas cuando una voz suave lo sacó de su concentración.

—Siempre tan enfocado, ¿eh, Rengoku? —dijo Mitsuri, sonriendo de manera encantadora.

Rengoku alzó la vista, y por un instante, algo en su corazón se agitó. Nunca había notado lo bonita que era Mitsuri cuando sonreía así, tan genuina y brillante. Sin embargo, Rengoku rápidamente apartó esos pensamientos, sintiéndolos inapropiados.

—Mitsuri, siempre es un placer verte —respondió él, con su habitual amabilidad, aunque había algo más en su tono que Mitsuri no dejó pasar desapercibido.

¿Acaso Rengoku comenzaba a darse cuenta de sus sentimientos? Mitsuri esperaba, su corazón latiendo con fuerza.

De vuelta con Tanjiro, las palabras de Kanae seguían pesando en su mente mientras buscaba un poco de claridad. Quizás hablar con Tengen podría ayudarlo a encontrar una solución, pero por ahora, necesitaba tiempo para pensar. Las cosas se estaban complicando, y el camino que tenía por delante no sería fácil.

¡Si te gustó el capítulo, no dudes en dejar tu opinión, estaré leyendo todos los comentarios! No olvides dejar tu valioso voto para seguir apoyando la historia. ¡Nos vemos en el próximo capítulo! 😊

Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela KimetsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora